Capitulo 7

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Sin perder el ritmo, Jev, deslizo el vestido al piso, enganchó con sus dedos la hermosa braga de encaje negro y le hizo compañía al resto de ropa en el suelo. Por más hermosa que fuera la visión de ella con ese conjunto, la quería sin nada para embeberse de su cuerpo. Parecía un adicto frente a su adicción y no sabía si podía controlarse. Con cuidado la hizo retroceder hasta que afirmara sus caderas contra el sofá de la habitación.

Cuando se aseguró que ella estaba cómoda, empezó a deslizarse por su cuerpo con besos y caricias, jugando con su ombligo. Sin querer esperar más se arrodilló frente a ella y le hizo separar sus piernas, sus pulgares acariciaron lentamente su pubis y siguieron bajando mientras abrían los labios que ocultaban una perla preciosa.

Su boca se unió a los dedos para crear una sinfonía acorde a los sonidos que escapaban de los labios de ella. Cuando Jev probó su dulzura, el hambre entró en su torrente sanguíneo y el deseo se apoderó de él por completo. No paró de comer y beber de ella hasta quedar saciado y sentir como lograba desencadenar el orgasmo en esta hermosa y apasionada mujer.

martina no podía moverse, o tal vez no quería hacerlo para no dejar de sentir como el mundo a su alrededor se sacudía. Las sensaciones fueron intensas, esa boca era dinamita que minaba sus sentidos, el oxígeno se evaporaba de su cuerpo, la habitación se desdibujo y todo lo demás dejó de existir, mientras el orgasmo la alcanzaba y corría a través de ella.
Jev la abrazó con fuerza y la besó con una ternura de no creer, con cuidado la tomó en sus brazos y la llevó al dormitorio, recostándola en el centro de la cama.

– Dime como estas nena, ¿quieres seguir? Tenemos toda la noche, esto recién empieza. “le guiño un ojo mientras sonreía”

martina quedó sorprendida por la dulzura de esa sonrisa, por supuesto que quería más, quería todo lo que él le podía dar.

– Estoy bien “mientras lo miraba a los ojos y sonreía pícaramente le preguntó” ¿Qué más tienes para mí?

– ¡Oh nena! Mas, mucho más… “le dijo mientras una carcajada estallaba en él”

Jev salió del dormitorio y volvió con el champan, le ofreció una copa y después de beberla se la quitó y empezó el juego de nuevo. Se quitó el bóxer, se arrodillo junto a ella y comenzó a acariciarla y besarla, tomó el champan y volcó un poco en su ombligo y bebió, luego en sus pechos y recorrió todo el camino del líquido que se esparcía consiente de la excitación de ella.

– Eres deliciosa y adictiva nena. “le dijo mientras buscaba un preservativo de la mesa de luz, se lo colocaba y luego se ubicaba entre sus piernas”

martina estaba excitada de nuevo, sentía una corriente interna que quemaba y lo deseaba dentro ahora mismo, pero él seguía preparándola, tocando, besando, enterrando y sacando sus dedos dentro de ella y cuando creyó no aguantar más lo sintió entrar con una fuerte embestida, no se movió, hasta que su cuerpo asimiló la invasión.

Lo acogió sin problema, se sentía muy bien, grande, duro y caliente, las sensaciones a flor de piel quemaban su cuerpo. Sin vergüenza lo rodeo con sus piernas y lo acompañó, instigó y rogó por que aumentara la velocidad. Él parecía conocer los puntos donde tocar para desencadenar en ella el deseo desenfrenado. Los movimientos se volvieron más frenéticos, cuando uno avanzaba el otro atacaba, era como si lo hubieran ensayado muchas veces.

martina se sentía llegar a la cima y se dejó llevar gritando su liberación. Jev aumento su ritmo y toco, pellizcó y frotó el clítoris, despertando nuevamente la tensión en ella. Sentía sus espasmos y lo apretó en su interior quitándole el aliento. Sus pensamientos se disiparon y la beso profundamente mientras la urgencia crecía.

– No puedo…no puedo aguantar más, vamos nena córrete conmigo…

¡ahoraaa!

Explosión, luces de colores, el alma los abandonó por un momento. Los espasmos los recorrieron a ambos, temblaron, se estremecieron, gritaron, jadearon. Cuando calló la llevó con él, abrazándola fuerte.

una noche involvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora