Capitulo 2

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Dos horas más tarde y varios tragos encima, seguían bailando en el club cuando las amigas de martina le entregan un papel con indicaciones a seguir:

Ahora comienza una de tus fantasías:

– Un hombre te ofrecerá hacer realidad tus sueños.

– Síguelo.

– Cumple sus indicaciones.

– Es un profesional, no temas.

– Nos vemos mañana y recuerda que solo esta noche te queda para ser mala.

– Disfrútalo….

Te queremos.

Tus amigas.

Al terminar de leer la nota levanta la vista y vi a un hombre de casi 1.90 de estatura, ancho de hombros, cabello bien corto y oscuro y unos ojos mieles increíbles. No aparta la mirada de ella mientras se acerca. tini no encuentra a ninguna de sus amigas y solo queda hacer frente a este desconocido que tiene un aire peligroso. Parece un animal estudiando a su presa antes de atacar y cuando llega, su voz encanta sus sentidos, gruesa, suave y con una entonación perfecta dice a su oído.

– Ya es suficiente de bailar y disfrutar sola, ven conmigo y hare realidad tus sueños.

– ¿Quién eres, cómo te llamas? Y ¿Por qué crees que iré contigo?

– Sin nombres muñeca, vendrás porque esta es tu noche, si no te arrepentirás más tarde. La gente del club me conoce y no corres peligro conmigo. Leíste la nota, por favor sigue las indicaciones.

– Eres arrogante y te crees muy seguro, y…¿ si no quiero salir? “no sabía cómo disimular su nerviosismo. ¿Qué hacía?”

Este hombre sonríe y algo dentro de martina se estremece, es deseo puro, su cuerpo lo sabe y ella también, ésta es su última noche no quiere pensar en la boda, los invitados y… el novio.

– Vamos muñeca déjate llevar solo por esta vez y no te arrepentirás.

Guardaras buenos recuerdos… “guiña un ojo y ofrece su mano”.

martina la toma sin mirar atrás y lo acompaña a la puerta, solo se deja llevar por lo que su cuerpo siente y lo más extraño es que no tiene miedo, en el fondo confía en este hombre.

Después de salir del club la lleva a un hotel de cinco estrellas en el centro de la ciudad y con seguridad y arrogancia en su andar, pide la llave de la habitación número 122.

Esto la hizo pensar que ya tenía planeado traer a alguien; y ese alguien resultaba ser, ella.

– ¿Hace mucho que te dedicas a esto? ¿Siempre vienes a este hotel? Es
un poco caro, cuanto le cobraste a mis amigas, como te contactaron? “los nervios la hacían hablar de más”

una noche involvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora