Capítulo 2

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MONSSERAT

¡Horas Después!

¡Uff! Estoy muerta. Altagracia, prácticamente me arrastró al centro comercial y me llevo tienda por tienda, ya tengo un guardarropa nuevo y completo. Cambie absolutamente todo (hasta compre lencería nueva) y la verdad me gusta muchísimo como me quedo todo. Luego de eso pasamos por el salón de belleza, donde cambie el color de mi cabello a negro (antes era rubio) lo rice y corte un poco y la verdad me gusta mucho el resultado... Al salir del salón de belleza decimos ir a un Spa y ahora estamos en él sauna del primer Spa que encontramos, mientras trago de controlar sus instintos asesinos en contra de Camilo.

—Ese perro infeliz, ¿Cómo se atrevió a tratarte así?, se merece que hagamos una hoguera y que lo quememos vivo, no mejor aún hay que castrarlo y darle su basura a comer a los perros... ¡O, ya sé!, cortémoslos en pedacitos muy lentamente mientras aún está vivo para que sufra, o mejor aún láncemelos al río atado a ladrillos para que se ahogue, o mejor aún se lo damos de comer a los tiburones, también podríamos guindarlo por las bolas mientras lo matamos a golpes o.....

—Altagracia ¡Por Dios! —detengo todos sus maquiavélicos planes antes de que termine haciéndole caso y me convierta en homicida, digo, no es que él no se lo merezca, es solo que... Yo no soy así.

—¿Qué? Solo estoy haciendo algunas sugerencias, que no son nada comparado con lo que él se merece.

—Lo sé, pero... Sabes que no soy así, yo no le deseo el mal a nadie.

—¡Ay nena!, tienes que dejar de ser tan puritana. Tiene que tener malicia en este mundo de hienas, solo sobreviven los fuertes, los que llevan malicia en la sangre. Tu problema es que eres muy buena y eso amiga mía en este mundo es un defecto —sé que ella tiene razón, mi problema es que siempre le busco el lado bueno a quien no lo tiene, siempre busco sus virtudes y no sus defectos y debo aprender que no todos tienen virtudes.

—Lo sé, prometo cambiar, sin arruinar mi esencia —digo y ella aplaude como niña chiquita en navidad.

—¡Esa es mi chica!, ahora vamos a terminar de ponerte más guapa de lo que ya eres, ¡Hoy saldremos a bailar hasta el amanecer!...

—¿Cómo? No, no, no —niego varias veces, aún no estoy lista para salir...

—Claro que si, hoy saldremos y tú tendrás sexo desenfrenado con el primer hombre sexy que te mire.

—Claro que no, eso nunca —no pienso volver a tener a nadie en mi vida, mejor sola que mal acompañada.

—Claro que lo harás, necesitas tener sexo con un hombre que te haga sentir lo que eres, una mujer, sexy, hermosas y ardiente. Necesita tener otro pene en tu vagina para darte cuenta de que no solo el trapito que tiene, Camilo da placer —como ya dije ¡Sin pelos en la lengua! —Necesitas sentirte mujer, y yo te ayudaré con eso porque eres mi mejor amiga y te amo. Monse ¡Por Dios!, eres una mujer sumamente sexy que cualquier hombre pagaría por tener en su cama, y si el infeliz de Camilo no se dio cuenta lo sensual que eres otro lo hará...

—Pero yo aún lo amo y no puedo acostarme con nadie más que él. Sabes que él ha sido mi único hombre —y no miento por muy patético que suene, ni siquiera he besado a nadie más que a él.

—¿Y eso que?, sé que lo ama ¡Espero que pronto lo dejes de hacer!, pero no te estoy pidiendo que te enamores de alguien más, solo te digo que tengas sexo con alguien más, que por primera vez en tu vida rompas las reglas y mande a todos al diablo para poder hacer lo que a ti te dé la gana. Es hora de pensar en ti nena, al cuerpo lo que pida y tu cuerpo pide sexo a gritos.

Mi Señora Mía (En Físico En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora