Yo quiero ver una bella danza

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Punto de vista de Ariel

Eric bajó hábilmente del carruaje con un pequeño salto. Habíamos llegado al fin al reino.

— Si me permites... —me ofreció su mano para ayudarme a bajar, lo cual era tan lindo y tan útil a la vez porque aun me temblaban las piernas—. Bienvenida, este es el centro del pueblo —exclamó—. En esta parte, hay algunos comercios en donde las personas vienen y compran lo necesario para cocinar. De hecho el Chef Loui pasa mucho tiempo aquí entre semana, le gusta seleccionar personalmente las frutas y verduras que usará en nuestros banquetes.

Comenzamos casi de inmediato a andar y Eric me fue explicando en cada lugar en el que parábamos de lo que se trataba, aunque creo que era difícil llevarme el ritmo, pues yo señalaba casi todo.

Había tantas cosas que no sé nombrar, no sé que son, pero, estaba ahí, bajo el sol y en dos piernas, con Eric. El corazón me latía tan fuerte que dolía.

Eric sostenía mi mano en un intento de que no me perdiera de su vista porque me la pasaba yendo de un lugar a otro sin previo aviso... pero me gustaba estar así con él, su tacto era hermoso... suave y cálido, muy gentil. No podía creerlo, al fin estaba sucediendo por lo que siempre había pedido y ese era el momento más feliz de mi vida.

De pronto comenzamos a caminar por otra calle, listos para encontrar mas cosas nuevas que conocer, cuando escuché música. Me congelé en mi lugar cuando vi a dos parejas bailando a lo lejos y a una banda tocar.

Eso es bailar... —Si, eso era, lo sabía... ¡lo sabía! ¡y al fin podía verlo con mis propios ojos! Sin darme cuenta jalé a Eric conmigo, para poder acercarnos y ver mejor. Creo que casi hago que él se cayera por culpa de mi emoción.

Ya mas cerca, observé como bailaban: daban vueltas tomados de las manos, como piezas que encajaban perfectamente la una con la otra. Movían los pies de forma sincronizada... complementaria. Lucían muy felices. Al verlos así, mirándose a los ojos, pensé que bailar de esa forma era algo que se hacía solamente con aquella persona a la que amas.

— ¿Me concederías esta pieza? —repentinamente, Eric me sacó de mis pensamientos. Estaba parado al lado mío y me ofrecía su mano. Creo que mi cara reflejaba desconcierto, pues planteó la pregunta de forma diferente—. Quiero decir, si te gustaría bailar conmigo.

El corazón me dio un vuelco que jamás había sentido. Asentí enseguida.

Fue esta vez él quien me jaló de la mano al centro de ese lugar. Yo estaba tan nerviosa que no sabía qué hacer, pero el me condujo con su infinita paciencia y su bella sonrisa.

— Dame tu mano —me pidió—, esta va en mi hombro —la colocó—, mi mano va en tu cintura —creo que me puse tan roja con eso que lo contagié, pues pude ver en sus mejillas el sonrojo—. Y esta mano y la tuya —dijo, deslizando sus dedos sobre los míos, con lo cual me estremecí—, van juntas —y entonces comenzamos; no sé como logré controlar mis piernas, ni siquiera sé como se comenzaron a mover al ritmo de la suave música, pero lo hicieron, y si verlo era bonito, hacerlo era realmente mágico. Cuando pensé que lo tenía todo bajo control, casi me caigo, sin embargo Eric me sostuvo a tiempo—. Te tengo —sonrió, sin parar de bailar—, y ahora... —me cargó por la cintura y me alzó por unos segundos. Estoy segura que de haber tenido voz habría gritado de la emoción.

Esto es... bailar —pensé maravillada. En aquel hermoso lugar, con Eric, había descubierto lo que se sentía bailar con la persona que amas—. Esto es una bella danza...

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Traté de ponerme en el lugar de Ariel para esta viñeta. Es decir, estar en un lugar nuevo, desconocido el cuál te mueres por explorar y conocer. El no saber el nombre de ciertas cosas, ni saber que son pero aun así sentirte maravillada por eso. El Estar con Eric pero a la vez querer correr a todos lados de la emoción. Y sobretodo, el baile, lo que Ariel siempre soñó con ver, con sentir, con hacer. Creo que al ser algo nuevo su mente esta abierta a todo, y aprecia los detalles mejor. Creo que Ariel le hubiera dado un sentido mas profundo, al hecho de bailar con alguien más, de lo que los propios humanos podrían dárselo.

Espero les guste, se me hizo lindo escribir sobre este momento, y creo que se nota bastante lo mucho que amo a Eric y cómo lo idealizo *^* jejeje

La Sirenita: ViñetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora