Muérdago

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Aquella tarde, cierto espíritu de invierno apareció en el polo norte, colándose dentro del taller de juguetes de Santa a través de una ventana como ya era costumbre en él. Era 23 de Diciembre y faltando apenas unas cuantas horas para Navidad, Jack Frost planeaba pasar un par de horas con su buen amigo North a pesar de que el ruso probablemente estaría muy ocupado. Quizá podría ayudarlo a empacar algunos juguetes.

Caminaba distraídamente contemplando aquel peculiar y asombroso taller, de pronto termino chocando contra algo bastante duro. Cerro los ojos por el golpe y antes de abrirlos había sido levantado sorpresivamente del suelo.

- ¡Jack, pequeño *Snezhinka!-

Estaba siendo envuelto en uno de los famosos abrazos parte costillas del enorme ruso, intento corresponder como pudo y rápidamente escapo de aquellos brazos tatuados.

- ¿Qué te trae al Polo esta tarde antes de Navidad? -

- Nada, estaba aburrido y vine a ayudar -esbozó una pequeña sonrisa.- ¿Qué tal los regalos? ¿Todos listos? -

Aquel comentario provocó que North abriera los ojos de par en par, como si hubiese notado algo de extrema importancia que hasta entonces había dejado de lado. Jack retrocedió, pero no lo suficiente para evitar los brazos que de nuevo le sujetaban y esta vez le zarandeaban con fuerza.

- ¿¡Donde está Aster!? -

- ¿A-Aster? -

El ruso le soltó y salió disparado a su estudio, dejando a un confundo y mareado Jack.

- Aster es...- se recargo en su cayado, entornando los ojos mientras pensaba de donde había escuchado ese nombre.- Era... ¿El canguro? -

- ¿A quién le llamas canguro, paleta helada? -

Jack pego un respingón girando su cuerpo por completo hasta toparse con E. Aster Bunnymund, el gruñón conejo de pascua de 2 metros que parecía un canguro. El aparente adolescente sonrío divertido apoyando el cayado sobre sus hombros.

- ¡Cangurito! ¿Qué haces aquí? Ya sabes, con todo eso de ser el Grinch que odia la Navidad -

Aster bufó molesto ante el comentario cruzando los brazos sobre el pecho, el duende invernal ensanchó su sonrisa.

- Uno de los regalos que pidió Sophie este año fue uno de mis huevos de chocolate, vengo a entregárselo a North antes de que le de un ataque -

Sophie. Esa pequeña traviesa si que adoraba al conejo, preguntaba por él a Jack cada vez que este iba a visitarla a ella y Jaime. Sin duda era su guardián favorito, aunque a veces el albino cuestionaba el porque.

- ¿¡Donde está Aster!? -

Aquel grito proveniente de estudio de North llamó de inmediato la atención de ambos guardianes quienes comenzaron a caminar rumbo a su encuentro. Al llegar, Bunny fue hasta donde se encontraba el ruso y comenzó a rebuscar entre sus cosas hasta encontrar el huevo color rosa decorado con adorables patrones y mariposas. Por su lado Jack se quedo simplemente observando de pie, apoyado en el marco de la puerta, mientras asombro y esperanza charlaban. Aunque dicha conversación acabo bastante rápido y Aster volvió junto a Jack acomodándose también en el marco de la puerta.

- Odio cuando está así, parece demente cada vez que llega la Navidad -

- ¿De que te quejas canguro? Tu eres mucho peor un día antes de la Pascua -

Observo de reojo al conejo, este simplemente negó con la cabeza cruzando los brazos sobre el pecho sin estar dispuesto a dar replica. El albino suspiro fastidiado ocupando su atención en los adornos navideños de la puerta, no tenía sentido molestar al conejo si este no comenzaba a quejarse.

- Oh...mira canguro, estamos bajo un muérdago -

Aquel comentario surgió en el momento de que Jack fue consiente del pequeño adorno ubicado justo sobre sus cabezas. Fue inocente y dicho solo para terminar en una broma tonta, solo eso. Pero para su sorpresa todos los presentes dejaron de realizar sus actividades y posaron la atención en ambos guardianes bajo el muérdago, incluso North les miraba expectante. Obviamente el duende de invierno no entendía nada, razón por la cual fijo su mirada en Bunny en busca de una explicación, el conejo le miraba con el ceño fruncido estando notablemente disgustado.

- No debiste decir eso, compañero -

- ¿Qué? Si es solo un muérdago... -

- ¡No es "solo un muérdago"! -exclamo North levantándose de su asiento, mirando a Jack con una seriedad muy impropia de él.- Es tradición ¡deben besarse! -

- ¿¡Qué!? -los ojos de invierno se ensancharon por la sorpresa.- ¿¡Estás loco!? ¡No besare al canguro! -

- ¡Tradición, Jack, tradición! -

Jack estrelló la palma de la mano contra su frente. Había olvidado por completo que aquel ruso amaba...y enserio AMABA sus tradiciones, y castigaba a quien las rompía sin importar lo tontas que fuesen.

Estúpido North, estúpidas tradiciones sin sentido. Que le dieran al ruso y a su muérdago.

Iba a quejarse una vez más antes de salir huyendo, pero fue sujetado firmemente de los hombros y obligado a posar su atención en Aster. Bunny tomo a Jack del rostro con ambas manos y enlazo sus brillantes ojos esmeraldas con los gélidos del eterno adolescente, quien se perdió en ellos sin saber realmente el porque.

- Terminemos con esto, solo es un beso, Frostbite -

Y sin perder más tiempo, acabo con la distancia entre ellos y unió sus labios en un simple beso. Los labios de Aster se movieron suavemente sobre los helados labios de Jack ocasionando que una corriente eléctrica recorriera su cuerpo entero haciéndolo estremecer, luego simplemente se apartaron tan rápido como llegaron y todos volvieron a sus actividades de antes. Incluso el conejo se alejo para ayudar a North con los regalos como si nada hubiese pasado.

Fue un simple beso, nada romántico o dulce, pero fue suficiente para petrificar al eterno adolescente y confundir completamente su mente dejándolo de pie bajo el marco de la puerta, bajo aquel muérdago, con una mano cubriendo su boca y un notorio sonrojo azulado en sus mejillas.

No entendía muy bien porque, pero quizá las tradiciones del ruso no eran tan malas después de todo...

~Fin~

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*Snezhinka: Copo de nieve en ruso

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