Invocar

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Kim JunMyeon a sus 25 años recién cumplidos era muy inocente y con una vida sexual inexistente.

Siendo muy atractivo no debería tener problema con eso, pero era tan tímido que realmente se preguntaba ¿cómo es que logro perder su Virginidad? Sin perder detalle lo recuerda muy bien, tenía 21 años, su vecino y actual amigo lo había convencido de perderla juntos, ya que al parecer estaba tan de moda tener sexo, que su amigo SeHun, no se quería quedar atrás.
Para ese entonces SeHun tenía 18 por lo que fue bastante estúpido y vergonzoso para ambos, pero al final no fue tan malo...¿a quien quería engañar? Realmente fue muy malo, los dos eran inexpertos en ese tema.

Aunque SeHun si tuvo gran suerte, ya que había perdido la cuenta de las veces que le contó sobre algún revolcón de una noche, por otro lado, el no volvió a intentarlo, simplemente no hubo alguien más con el que quisiera o sintiera algo, y se dijo que eso no era para él.

El joven castaño se encontraba navegando en sus redes sociales más específicamente: *Facebook*, tratando de matar el tiempo en lo que su amigo SeHun terminaba de ligar con ese chico llamado LuHan para poder ir casa.
Actualmente rentaban un departamento juntos.
Reía un poco con todos esos memes que sus amigos compartían, hasta que uno de esos famosos "hilos" apareció en su inicio, uno que llamo bastante su atención '''como invocar a un incubo''' ...¿Qué era un incubo? Y como la persona chismosa que era le dio click a la primera imagen.

_Los incubos, según las leyendas medievales occidentales, son unos demonios que toman la forma de hombres atractivos para seducir a los varones, sobre todo a los adolescentes y a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías. En general son hombres de gran sensualidad y de una extrema belleza incandescente, se dice que son descendientes de Lilith._

Un poco más intrigado siguió leyendo, se preguntó ¿será posible que esto sea real? No se imaginaba que alguien realmente pudiera intentar algo como eso, digo, ¿no sería peligroso invocar algo así?

— Jun, vamos a casa — la voz de su amigo lo distrajo de sus pensamientos, asintió agarrando sus cosas y caminaron juntos a casa, dejando por un momento aquel tema de lado.

Aveces era un poco raro tener que ver a SeHun coqueteando con todo lo que tuviera dos piernas, después de todo aún tenía un pequeño flechazo con el menor, que espera pronto desaparezca o un día de estos colapsaría. Sonrió al recordar el día en el que se dió cuenta que sentía algo por su amigo, tenía 15 y SeHun 12, el pequeño peli negro le había robado su primer beso y de paso el corazón, nunca entendería porque siempre quería hacer lo que los demás y todavía, experimentarlo con él. Ese niño solo quería causarle estragos en el corazón. Después de ese beso y de —Hyung, ahora ya no nos quedaremos atrás, hemos dado nuestro primer beso — del pequeño SeHun, supo que lo que sentía por él, era más que un cariño fraternal.

Después de haber cenado juntos, Jun decidió tomar una ducha para poder ir a descansar, realmente la necesitaba. Pasar un rato bajo la lluvia artificial de su baño lo relajó un poco, necesitaba desestresarse, últimamente el trabajo le causaba mucho estrés y dolores de cabeza, una buena noche con su mano antes de dormir no estaría mal. Aunque últimamente se ha despertado a mitad de la noche jadeando por tener tremendos sueños con SeHun, además de esa sensación de sentirse observado cada que los tenía, necesitaba unas vacaciones con urgencia.

Después de desearle buenas noches a SeHun y ponerse una camisa de algodón para dormir, junto con unos bóxers se metió a la cama, se quedó mirando el techo por un momento pensando en cómo iniciar el toque en su parte baja, ¿debería pensar en alguien? No es como que fuera la primera vez haciendo aquello, pero siempre es un poco difícil para él iniciar a masturbarse. Ojalá fuera tan fácil cómo en sus sueños...
Y, cuando por fin estaba logrando algo escuchó como tocaban la puerta de su recámara, asustándolo al instante.
— ¡Hyung! Saldré un momento, te aviso para que no te preocupes
— Está bien Hun, no olvides tus llaves, no pienso abrirte en la madrugada
— no te preocupes, ya las llevo, adiós

Íncubo - SeHo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora