The window. [Larry Stylinson-One shot]

Cuarta parte.

Louis se las tuvo que arreglar solo, y con la ayuda de Niall, fue a la casa de Gemma, la hermana de Harry.

Una bonita mujer de cabello claro le atendió a la puerta.

“¿Tú eres Louis, el que me habló por teléfono?” Le preguntó antes de dejarlo pasar a su casa.

“Sí, el mismo” Sonrió amablemente.

“Un gusto, pasa”

Gemma tenía una casa bastante grande, con todas las comodidades. Efectivamente estaba casada y tenía dos bebés, por lo que lo de su embarazo era cierto.

Los dos se sentaron en una amplia y elegante sala de estar.

“Bien ¿Qué es de lo que quieres hablar?” Le preguntó sosteniendo a uno de sus niños, mientras que el otro gateaba por el suelo.

“Harry…Me gustaría saber cómo se crio en su infancia y bueno, si no te molesta, claro, saber con detalles la separación de sus padres”

Gemma no tuvo problema alguno de contarle todo. Louis volvió al departamento sabiendo que:

Anne, la madre de Harry, se casó con Des, su padre, quién sufría de una constante amnesia, la cual fue heredada por Harry en la familia. Cuando él tenía siete años, se separaron, debido a que los problemas de Des se habían rebalsado del vaso, el hombre ya no sabía ni quién era él mismo y había enloquecido. Anne quiso deshacerse de esos problemas para ella y para sus hijos. A los dos años del divorcio, ella se casó con Robin, su actual padrastro, quién no sufría ningún problema y tenía un estado económico de maravilla. Harry nunca se conformó con esa vida, él quería ver a Des constantemente. A los once años se enteró de cómo fueron exactamente las cosas en la separación, y al año siguiente, se enteró de que el también sufría de amnesia.

Los problemas de memoria de Harry empezaron a notarse a sus quince años, cuando no recordaba lo que habían almorzado ayer, o cuál era su habitación. Terminó creciendo con un trauma, tenía miedo de que su madre lo abandonará cómo hizo con Des, tenía miedo de quedarse solo y no poder hacer nada. Así que a los diecisiete, apenas terminó la secundaria, empezó a ocupar una técnica llena de agendas y notas con recordatorios. Le sirvió bastante, y varias de aquellas cosas quedaron en su cabeza. A los dieciocho empezó a olvidarse algunos nombres y momentos de la niñez. Cuando cumplió diecinueve trató de no olvidarse nunca de las fechas festivas e importantes, como que navidad es el 25 de diciembre, o que el 1 de febrero es su cumpleaños. A los veinte las cosas cambiaron un poco, Gemma se había mudado hacía dos años atrás y en la casa sólo estaban Robin, Anne y Harry el olvidadizo con su mascota, Minnie.

Anne admiraba abiertamente a su hija mayor, por toda su independencia, su madurez, por su pareja, por la familia que formaría en el futuro (y formó), y Harry se sentía algo ofendido y celoso por eso. Harry no se sentía querido por su familia.

Gemma también le contó que desde que se mudó siempre llamaba a Harry, ella siempre hizo lo posible para que su hermano se sintiera conforme con su alrededor y con sí mismo. Ambos se querían mucho y siempre se habían tenido una confianza muy grande, más cuándo Harry le admitió que le gustaban los hombres. Robin se enteró de eso en su momento y casi lo hecha de la casa. Harry se estaba sintiendo el estorbo y el gran error de la familia.

Aún con 20 años deseaba visitar a su papá, porque sabía que Des era cómo él, y tal vez, lo entendería. Pero cuando Harry lo encontró en un geriátrico, Des no sabía siquiera que había tenido un hijo.

Meses antes de su cumpleaños, cansado de cenas con Robin y Anne en silencio, o con críticas hacia los enfermos y a los gays, Harry decidió irse de casa. Gemma no estaba muy segura de eso cuando se lo contó por teléfono, pero lo apoyó y le buscó un trabajo y un lugar digno para vivir.