TWICE One Shots.

La confesión. (Minayeon)

Mina y Nayeon

Nayeon POV

Mina ha sido mi mejor amiga desde que tengo memoria. Nuestros padres son muy buenos amigos, conviven cada fin de semana, viajamos juntos, comemos juntos... es una amistad que se ha logrado mantener desde hace años.
Por esta vez, Mina y yo nos graduamos de la universidad así que nuestros padres organizaron un viaje a la playa para festejarnos.
—¡Niñas, prepárense para bajar a cenar! No se quieren perder el buffet en la playa.
Expresó mi madre acompañada de la de Mina, mientras caminaban por el largo pasillo con olor a bloqueador solar del hotel.
—¡Ahí estaremos!
Gritó Mina al otro extremo del pasillo, yo abrí la puerta de nuestro cuarto.
El cuarto era bellísimo, estábamos en un hotel de lujo y tenía una terraza con vista al atardecer que pintaba al mar de dorado.
—Ah, un día cansado. Me quemé tanto la espalda que no puedo ni moverme.
Vociferó Mina mientras se lanzaba a la cama que compartíamos.
Yo observé su cabello despeinado y su cuerpo bronceado... había escondido un amor profundo por mi mejor amiga. Siempre me ha confundido, a veces pienso que ella siente lo mismo por mí pero creo que es solamente la amistad.
—Te ves tres veces más hermosa cuando estás bronceada. Me encanta.
Me recosté a su lado.
—¿Y esa actitud romántica qué?
Preguntó mientras se giraba para verme de frente y reía ligeramente.
—¿Qué? ¿Te molesta que te halague?
Dije con sarcasmo, haciéndola reír aún más. La tensión entre nosotras incrementaba y sentíamos una conexión diferente.
—No, me gusta.
Mina sonrió y se acercó un poco más a mí. Todo el día estuvimos así, en la alberca no podíamos dejar de abrazarnos, corríamos juntas frente al mar y saltábamos las olas tomadas de la mano. Nos recostamos en la arena, escuchamos música, nos mirábamos al cambiarnos de ropa... algo había aquí.
—¿Mina, recuerdas que se nos acercó un chico en la alberca y quería platicar conmigo?
—¿Ajá y luego yo le dije que era tu novia, que se alejara por que eras mía?
Mina contestó mientras ambas reíamos por ese momento tan vergonzoso que pasamos.
—Sí, bueno... ¿Sentiste celos?
Pregunté con curiosidad y mientras observaba directamente a los ojos de Mina que me hacían viajar.
La chica se mordió los labios.
—Tal vez.
Respondió.
Hubo unos segundos de silencio y yo tomé un fuerte respiro para escupir mis palabras.
—¿Te digo algo? Ya me harté de esto. Seamos honestas y punto. Mina, me gustas.
—¿Qué?
La chica abrió los ojos como platos y se quedó congelada.
Creo que lo arruiné todo.
—Desde hace cuatro años estoy enamorada de ti, Mina. Pero jamás quise que nuestra amistad se viera afect-
Una vez que hablé no podía dejar de hacerlo hasta que Mina me silenció con un beso rápido.
La chica acarició mi rostro.
-Quizá yo también siento muchas cosas por ti...
Mina susurró y yo no pude contestar por qué de nuevo me robó un profundo y delicado beso.
Comenzamos a besarnos como si lo hubiéramos deseado toda la vida, lo necesitábamos, lo teníamos enjaulado para este momento y lo sentimos.
-Mmm, ahora cuídate M que no vamos a parar de hoy en adelante.
Susurré entre besos.
-Yo no quiero parar nunca.
Mina contestó para volverse a alimentar de mis besos.

Vaya, es cierto que los atardeceres sobre el mar son de la buena suerte.