...VIERNES...Los rayos son cálidos ese viernes por la tarde mientras Magda Robins camina por los verdes prados de Olympus.
En la distancia puede ver como se alza su vieja cabaña en medio del verde y solitario prado.
En la entrada de la cabaña hay una camioneta estacionada. Magda sonríe porque eso significa que su joven huésped ya llegó.
Avanza con pasos lentos mientras se acerca a la cabaña entonces escucha la risa de una chica al igual que la voz de un hombre.
Y al saber que la joven estaría acompañada por un hombre su sonrisa se borra de inmediato. Ella se acerca mientras ve al joven cargar las maletas hasta el porche entonces su mirada se desvía en busca de la joven. Magda la ve arrodillada junto a la puerta buscando probablemente las llaves bajo el tapete y mientras lo hace el sol de la tarde se refleja sobre su cabello rubio volviéndolo dorado al igual que lo hacía con el de Isolde cuando ambas solían sentarse por las tardes en el porche a conversar.
Ella camina en silencio hasta situarse frente a la joven quien al percatarse de su presencia da un pequeño salto.
—Lo siento, no quise asustarte —le dice al ver que la asustó.
La joven se levanta.
—No se preocupe —murmura algo avergonzada por asustarse.
Los ojos castaños de Magda la observan con incredulidad. Ella es tan parecida a Isolde que casi podría jurar que es a su hija a quien tiene enfrente. Magda sostiene una pequeña conversación con ella para finalmente darle las llaves y después irse. Durante el trayecto de vuelta a casa no pudo evitar el enorme debate interno que estaba teniendo respecto aquella chica tan parecida a Isolde, ni su enorme deseo por regresar a aquella cabaña y protegerla como no pudo hacer con su hija.
[***]
Varias horas han pasado desde que abandonó la cabaña y la noche ya ha caído, pero su mente no ha podido olvidar a aquella chica que dejó atrás.
La incertidumbre la consume y en medio de ella sale de su casa rumbo a la cabaña del prado. Las luces están apagadas cuando ella llega, aun así, la mujer camina hacia la cabaña en la completa obscuridad y es a causa de esas tinieblas que ella tropieza provocando el inminente sonido de su grito en la noche. Ella vuelve a ponerse en pie para continuar con su espionaje cuando percibe una silueta frente a la ventana y sin pensarlo avanza unos pasos intentando saber quién de los dos jóvenes que se hospedan ahí es el que está en la ventana.
En cuanto ella avanza la persona que está frente a la ventana corre y al hacerlo la luz de la luna le permite ver el reflejo de su cabello rubio.
Ella no sabe si Annabeth logro verla así que inmediatamente se interna en la oscuridad tratando de ocultarse.
Un par de minutos pasaron en el silencio mientras ella nota en medio de las sombras la silueta de ambos jóvenes. Al no verla ambos parecen olvidarse de ello y entonces ella vuelve acercarse, aunque ahora con mucha más cautela.
Se sitúa a una distancia prudente, una donde puede percibir a ambos quienes parecen estar discutiendo ligeramente y eso la preocupa. Ella camina buscando una nueva posición donde pueda ver con mayor claridad lo que sucede, es entonces cuando sus ojos ven un brusco y apasionado entre la pareja, uno que su dañada mente malinterpreta. De un momento a otro ve como él joven levanta a esa chica que es tan parecida a su dulce hija, el dolor la invadió en cuanto él parece arrojarle contra la cama. Desde esa posición ya no puede ver más, pero los sonidos, lo gemidos de la pareja se malinterpretan en su mente donde se mezclan con los recuerdos de su niña, abusada y destruida y entonces es cuando Magda Robins toma una decisión, ella sacara a esa joven de ahí cueste lo que le cueste, porque esa encantadora rubia que conoció esa tarde ya no es Annabeth Jackson ahora ella es Isolde Robins y ella no permitirá que ningún hombre vuelva a lastimar a su hija.
ESTÁS LEYENDO
La cabaña del prado Olympus |COMPLETA|
FanfictionUn simple fin de semana puede convertirse en tu peor pesadilla.