La canción que acompaña el capítulo es Me duele amarte de Reik... ¡Qué lo disfruten!
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Unos niños se encontraban corriendo por los alrededores de la hacienda hasta que comenzaron a alejarse, llegando a la cascada que formaba parte de las tierras pero a la que estaba prohibido ir para ellos siendo tan pequeños y encontrándose solos.
Ambos reían relajados, eran los únicos amigos que ambos tenían, ya que sus padres poco los dejaban salir. Los dos habían sufrido y tenido que ver cosas horribles pero, al menos, se tenían el uno al otro para apoyarse en los momentos difíciles.-No deberíamos estar aquí-Comenta el mayor de los dos, quien tenía diez años, y era más razonable aunque siempre se dejaba arrastrar.
-Relájate, en unos momentos ya volveremos. No se darán cuenta que nos fuimos-Le responde la niña entre risas, sentándose en el suelo. Él hace lo mismo a su lado-Entonces, ¿Tu madre se fue?
-Así fue-Comenta triste-La vi cuando salía con sus cosas y ya no volvió-Su entrañable amiga lo abraza con fuerza.
-¿Y tu padre?
-Se la pasa bebiendo, llega tarde y borracho a pegarme-Confiesa-A nadie le importo, nadie me quiere.
-No digas eso, yo te quiero y mucho. Tú eres mi mejor amigo.
-Eso no es decir mucho, soy el único que tienes-Comenta divertido.
-Pues ya no lo eres-Ella se aleja y se cruza de brazos. Claramente los rasgos de su personalidad comenzaban a notarse.
-Yo también te quiero, tu eres mi única amiga también-Él se vuelve a acercar y la abraza.
Luego de unos minutos, se separan para quedarse viendo a los ojos. Un amor puro emanaba de aquellos niños puros
-Tal vez me vaya-Le confiesa Él.
-¿Qué? ¿Por qué?-Le pregunta ella frunciendo el ceño.
-Mi padre quiere mandarme a la capital, creo que tiene otra mujer y se quiere deshacer de mí.
-No te vayas, Fede-Le pidió. Le aterraba la idea de quedarse nuevamente sola y separarse de aquel niño que tanto quería.
-No quisiera irme pero, tal vez, sea lo mejor. No soporto a mi padre.
-¿Y qué va a pasar conmigo?
-Tú siempre vas a ser mi amiga. Un día volveré y nos casaremos.
-¿En una boda grande?-Le preguntó Ella con los ojos iluminados.
-Enorme.
-¿Es una promesa?
-Es un juramento-Sentenció Él con una sonrisa.
-Quiero que tengas esto-Le entregó su cadena de oro con su medallita de la Virgen de Guadalupe-Es para que te proteja y para que nunca me olvides.
-Nunca lo haré.
-Te quiero, Federico Rivero.
-Y yo a ti, Cristina Álvarez.
Se acercaron lentamente y se dieron un pequeño beso. El primero para ambos que encendía, sin entenderlo bien aun, sus pequeños corazones.
Se levantaron del suelo y emprendieron el regreso tomados de la mano...Una Cristina sudorosa se sienta en su cama desconcertada, ¿Qué había sido ese sueño? Ella no conoció a Federico cuando era una niña, ¿O sí? ¡No! Imposible, Ella no tenía ningún recuerdo con Él. Además, el niño de su sueño no se parecía en nada al hombre con quien ella se había casado. Diego había sido su primer amor. Definitivamente, tenía que ser su mente jugándole una mala pasada. Sí, eso debía ser...
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Por otra parte, en otra habitación de la casa se encontraba Federico sentado en el medio de la cama con un collar entre sus manos y una media sonrisa en su cara.
Él si recordaba a la perfección los momentos que vivió junto a Cristina, aunque Ella hacía años había dejado de ser la niña que lo quería. Se sentía un estúpido por no haber intentado recuperarla con amor, paciencia y dedicación, en cambio hizo todo mal en su camino.-Todo esto es culpa de ese maldito hombre. Si Él no se hubiese cruzado en su camino, Ella recordaría que en algún momento me amó-Para Federico era mucho más sencillo echarle la culpa a Diego por haber sido quien le robó al amor de su vida, antes que culparse por sus malas acciones.
Regresar a su "hogar" resultaba raro para Federico. Esa casa, esa hacienda, no la sentía como propia luego de diez años alejado de ese lugar pero no le interesaba. Lo único que le importaba era ver en que se había convertido aquella niña que amó desde su niñez. Ninguna mujer, jamás, pudo quitarla de su mente ni de su corazón.
Salió de aquella casa y se dirigió a la cascada, ¿Por qué motivo? Ni Él lo sabía. Era un impulso, una sensación la que lo llevó a ese lugar, donde entremedio de los arboles pudo ver a una joven sentada en el pasto. Su corazón comenzó a latir con demasiada fuerza cuando la observó definidamente, aquella joven y hermosa mujer era su mejor amiga.
-Cristina-Oyó como la llamaban, ya no le quedaba ninguna duda, aunque tampoco se acercó al ver que un joven llegaba hacia ella y le daba un beso.
Eso fue más que lo que su corazón pudo soportar. Regresó rápidamente a la hacienda "Ojo de Agua" para refugiarse dentro de aquellas cuatro paredes donde se permitió llorar.
No podía creer que Cristina se hubiera olvidado de Él. Se quitó el collar que llevaba colgando en su cuello, el cual nunca se sacaba, para apretarlo entre sus manos y acercarlo a su pecho.-Yo juro que nos casaremos, Cristina, a como dé el lugar. Tú y yo nos casaremos, y seremos felices, mi amor.
Cristina había sido la única mujer que le había roto el corazón a Federico Rivero y Él aun la amaba, aunque había hecho todo al revés para intentar llamar su atención logrando su desprecio.
-Pero te conquistaré, prometo hacer las cosas bien de ahora en adelante. Te lo juro, mi amor. Seré un mejor hombre para ti y te demostraré que podemos ser felices juntos-Sentenció en la soledad de su habitación, antes de guardar la medalla en su cajón y acostarse en su cama para ser arrastrado por el sueño...
Un ángel y un demonio protagonizando una historia de amor, ¿Era realmente posible eso?
¡Espero que les guste el capitulo!
Comenten que les pareció y que quisieran ver en la historia, siempre tomo en cuenta sus palabras. 😊❤🙌
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Locura de amor
RomanceFederico Rivero, el peor hombre que habita sobre el planeta. Machista, violador, violento... Es el diablo encarnado, parecía ser pura maldad. Era como si no existiera bondad ni arrepentimiento en su alma, como si no amara a nadie. Pero eso no era c...