Un molesto pitido era lo único que escucho cuando recuperó la conciencia. Su cabeza zumbaba y daba vueltas, como pudo obligó a sus brazos responder y levantarla del frío suelo en el que se encontraba, una mano fue a dar con su cien automáticamente al sentir una fuerte puntada en su frente.
—Al fin despiertas, creí que está vez no la contabas— habló con cansancio y desinterés un chico a su lado.
—¿Sucedió denuevo?
El chico solo asintió para dirigir su vista nuevamente al fuego que estaba al frente de el, la luz de las llamas hacian que cada cicatriz visible en su fisionomía brillará como si estuvieran selladas con oro en su cuerpo.
La chica observó las llamas como si en ellas estuviera la llave para salir de aquel lugar, nadie que las viera pensaría que son falsas, nada lo era realmente, solo el miedo que podía sentir cada vez que estaba al borde de la muerte, era lo único real.
Y es que ni siquiera ellos eran reales, solo simples imágenes proyectadas a la fuerza en sus cerebros, marionetas del gobierno obligadas a ser parte de un experimento, una nueva era de soldados, un nuevo entrenamiento; inmersión completa de la mente.
Y ella lo había diseñado completamente.
Su mente seguía reprochando le lo ilusa que fue al pensar que ocuparían su proyecto de buena forma, maldecía el día en que firmó el contrato con las fuerzas armadas estadounidenses para llevar a cabo su proyecto como innovación para el entrenamiento de soldados.
Se suponía que solo iban a entrenar soldados voluntarios, el proyecto era completamente seguro, no puedes morir durante una inmersión, pero sentirás el miedo y la adrenalina de una lucha real, aprenderás a defenderte como si ubieras peleado en mil guerras.
Su sistema les permitía enseñar algo que un campo de entrenamiento no permitía, experiencia real.
Nada fue como se lo pintaron y cuando se enteró de que habían modificado su programa para que todo fuera 100% real, era demasiado tarde, los soldados comenzaron a morir, los que no murieron enloquecieron dentro de la simulación y a pesar de que rogó y rogó que detuvieran el proyecto, no la tomaron en cuenta.
El miedo y la culpa pudieron más con ella y huyó, intento alejarse de todo para consolar su acongojado corazón que se culpaba por la muerte de gente que solo quería estar al servicio de su país, pero eso era solo el principio.
Pronto se enteró que muchas de las personas que permanecían ahora en la inmersión permanente eran personas inocentes de todas las edades, tomadas a fuerzas de sus casas para experimentar el comportamiento dentro de su creación, cientos de familias lloraban sus secuestros, manteniendo la esperanza de encontrarlos, esperanzas inútiles.
Pronto la culpa se transformó en irá y de su rabia nació la determinación para detener el proyecto, pero infiltrarse en una base de las fuerzas armadas sola, no fue una buena idea, incluso con todas las cosas que los amenazó, dada su gran cantidad de información contra ellos y sus múltiples violaciones a los derechos humanos, no fueron suficientes para detenerlos y la mejor solución que hallaron fue sumergirla en su propia simulación, moriría eventualmente.
Pero ellos no contaban con lo que sucedió después, ella tampoco lo entendía, quizás fue su conocimiento sobre la simulación, el hecho que ella la creará, un fallo , el golpe de adrenalina o simplemente la voluntad de una mente fuerte, pero sea lo que fuese la ayudo a sobrevivir, modificando sus propios límites físicos a costa de su cordura.
Aún no lograba comprender cómo lo lograba, su cuerpo entraba en una especie de frenesí, atacaba de manera salvaje, acabando con la vida de todo lo que la rodeaba, incluso su mente parecía que lograba salir durante unos instantes de la inmersión, pues era capaz de oír a los cerdos que la engañaron, a veces también los veía, eso la enfurecía más.