yoonie › yoontae

39.

— Ugh, h-hola.

El castaño, sorpresivamente tímido, dejó su bandeja en la mesa del pelinegro y se sentó, quedando así frente a frente.

— ¿Que haces?— su voz sonó enojada.

— Solo vengo a hacerte compañía— le dedicó una dulce sonrisa. Era verdad, lo había visto solo y le pareció buena idea hacerle compañía un rato, además de conocerlo un poquito.

— No deberías sentarte conmigo— respondió mirándolo fijamente, intimidándolo un poco.

— ¿Porqué? No creo que vayas a morderme— bromeó, tomado su cajita de leche de fresa bebiendo un sorbo.

— No, pero la gente nos está mirando y seguramente hablaran mal de ti como lo hacen de mí. Lo mejor será que te sientes en otro lado.

Taehyung frunció el ceño.

— No quiero irme— hizo, ante los ojos de Yoongi, un tierno puchero.— ¿Que tiene que hablen mal? Solo son tontos que no saben nada.

Yoongi asintió en silencio y bebió su café.

— Y... ¿cómo te llamas?— bebió otro sorbo de leche.

— Min Yoongi— dijo cortante.

— ¡Oh! Que lindo nombre, el mío es Kim Taehyung— le sonrió.

—¿Siempre eres así? — su tono salió un poco agresivo.

— ¿Así cómo?— jugó con las mangas de su suéter.

— Tan...— Yoongi miró de arriba a abajo— Alegre.

— Pues, creo que sí.

Se quedaron mirando por unos segundos, realmente que eran diferentes. Yoongi con su chaqueta de cuero y Taehyung con su suetér color pastel, tan... diferentes. Yoongi con su rostro inexpresivo y Taehyung con las mejillas rojitas.

La campana sonó, por lo que varios alumnos comenzaron a caminar hacia sus aulas.

— Me gustó hablar contigo, Yoonie, ¡adiós!— le sonrió por última vez, tomó su bandeja y corrió lejos del pelinegro.

Taehyung tenía un peculiar brillo, y Yoongi quería saber que era.

— ¿Yoonie?— susurró, para luego darle un sorbo a la taza— Está frío...

Yoongi, ¿alguien que te caiga mal?

Todo aquel que intente coquetear con Taehyung o que se meta con él.