Primera cita

8.1K 272 1
                                    

Carl:
En el intercambio de clases te agarró del brazo y te llevó a rastras casi hacia las gradas exteriores dónde pasasteis la siguiente hora escondidos. Ambos sentados en el mismo suelo, comiendo golosinas que había sacado el Gallagher de su mochila y disfrutando de la compañía ajena. Te robó algún que otro beso poniéndome colorada pero no fue algo que no te gustase, eso era lo que él pensaba cuando tú los correspondías. Cuando escuchó el timbre de receso te acompañó a casa como todo un caballero, aunque sus actos no lo hacían parecer.

Ian:
Si es que puedes llamarlo cita. Te quedaste con él ayudándole en la tienda cuando al entrar la viste tan llena de personas que apenas pudiste llegar tras el mostrador. Estuvísteis todo el día atendiendo casi sin descanso a clientes y clientes, al parecer un par de autobuses llenos de turistas habían parado por allí y la tienda era la más cercana de alimentación. Te lo estuvo agradeciendo todo el tiempo, incluso cuando te acompañó a casa -cabe decir que es un cabezota-. Os dísteis un gran abrazo que duró unos minutos porque ninguno quería separarse antes de que entrases en el calor de tu hogar.

Lip:
Esperó a que tu compañera de habitación saliera para entrar él con un pack de seis cervezas y una sonrisa radiante. Intentaste decirle que debías estudiar pero no podías negarte a sus miradas de cachorro. Pasásteis la mañana ambos tirados en la cama mirando alguna serie en la televisión del cuarto, bebiendo cervezas dándoos caricias y besos. No pasó de ahí, quería demostrarte que iba en serio contigo y eso logró enternecerte. Como conocías el horario de tu compañera le echaste del cuarto antes de que llegase dándole un pequeño beso de despedida que él estuvo recordando todo el camino a casa.

Debbie:
Te llevó al cine eligiendo una comedia romántica pensando que te gustaría, aunque no eres demasiado fan de esa rama. Al final ella acabó amando la película. A lo largo de la producción jugábais con vuestras manos entre las palomitas con la excusa de estar cogiendo de la caja y observabas su rostro a hurtadillas embobada con su perfil. Te acompañó hasta la parada del metro y dejaste un pequeño beso en su nariz cuando llegó dejándola tan roja como el pelo de su hermano mientras se quedaba mirándote hasta que se cerraron las puertas y desapareció el vehículo.

Fiona:
Te hizo despertar tan temprano que cuando saliste de tu casa aún era de noche. Estuviste quejándote todo el camino con una Gallagher riendo por tus quejas, maldiciones y amenazas que realmente no pensabas llevar a cabo. Te llevó a la playa dónde había una manta en el suelo dónde os sentásteis a ver el amanecer. Sacó de su bolso una botella de vodka y te la pasó para que bebieses igual que hizo ella. Disfrutásteis de aquel amanecer en compañía de la otra para acabar postradas en la manta con ella sobre tí y ambas besándoos hasta quedaros sin aire. Fue un momento que simplemente ninguna pudo olvidar en todo el día y toda la vida.

Mickey:
Si bien él no era una persona cursi te llevó hasta un mirador con el coche. Ambos os tumbásteis en el capó disfrutando de aquella noche estrellada y de la compañía del otro. Rodeó tus hombros con su brazo y atrapó tus labios en un beso lento que poco a poco fue tomando velocidad, al final acabásteis haciéndolo allí mismo. No le importó en ningún momento el coche porque ni siquiera era suyo, lo tomó prestado de un desconocido.

Kevin:
Aceptando el consejo de Fiona de llevarte a un lugar bonito, te llevó a un restaurante. El ambiente era tranquilo y vosotros estábais en una burbuja, era como fuéseis los únicos allí. Vuestra velada fue preciosa, él te dijo en incontables ocasiones que estabas hermosa -cosa que lograba sacarte los colores siempre-, y después te acompañó como todo un caballero a casa colocando su chaqueta sobre tus hombros. Cuando subiste un escalón de tu porche se quedó en blanco, había estado ensayando un discurso en su cabeza todo el camino y simplemente se quedó en blanco. Fuiste tú la que, desde tu posición ahora más elevada, tomaste sus mejillas y besaste sus labios como broche final a aquella noche tan mágica.

Verónica:
Te invitó a la discoteca en la que trabajaba y te animaste a ir. Te pusiste tu mejor conjunto y te quedaste con ella en la barra observando cómo servía con maestría cada copa que Fiona le decía.
“No te quedes ahí, entra aquí y baila conmigo.”   La voz de la morena te sacó de tu ensoñación mientras te llamaba con su índice sonriendo de lado.
Tú no tardaste en saltar la barra para bailar con ella, también servía las bebidas cuando le pedían algo pero no se olvidó de tí en ningún momento.
Te quedaste con ella toda la noche y te llevó a casa como agradecimiento, despidiéndose de tí con un fugaz beso que te dejó descolocada unos instantes.

SHAMELESS PREFERENCESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora