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Caminaba hacia karasuno otra vez, lo que él rubio le dijo. No sabía si creerle o simplemente tomarlo como broma

Pero....

Justo frente a él estaba Kei con una chica rubia también, se tomaban de las manos y kageyama dejó caer su teléfono, sus ojos se abrieron como dos platos

—¿Tsukki...?—. Yamaguchi ya estaba junto a kageyama y también Hinata

Tobio veía cada movimiento de aquellos rubios, se besaban y no se soltaban de las manos, y abrió su boca aún más sorprendido al ver como su poste andante le agarraba las nalgas a esa chica, se le pudo ver las bragas blancas a la chica la falda era muy corta y Kei metió sus manos por debajo de esta, para así poder tocarla, apretarla y más

— Kageyama —. Hablo nervioso Yamaguchi — Tsukki ...tal vez ..—. trataba de hacer que kageyama no se enojara e hiciera algo malo

—¿Qué tsukishima que?—. Fue Hinata quien habló molesto —¡Míralo!—. Señaló al poste de luz — Mira como la agarra, no estamos soñando ¡Lo voy a matar!

— Hinata —. Hablo serio kageyama, tragó saliva

Empezó a caminar y agachó su rostro, apretó su pantalón y también sus dientes, no quería llorar, no debía llorar, sin duda alguna que lo hizo para molestarlo pero...

¿Y si no está actuando?

Es decir, dos hombres no pueden tener hijos

Más de una pregunta, duda y demás invadieron la mente del de ojos azules

Levantó su rostro y miraba serio, no debía llorar. Al pasar cerca del rubio sus ojos azules mar y los ojos miel se vieron por unos cortos segundos, pero fue suficiente para que tobio se enojara mucho más

Hinata y Yamaguchi aún seguían en su mismo lugar, no podían creerlo

No, jamás lo perdonará

— Maldito —. Estaba tan frustrado, tan triste

Camino aún más rápido y fue directo a su salón de clases, no iría a entrenar. No lo quería ver, sin duda alguna que se burlaría de él, fue estúpido al pensar que tsukishima tenía buenas intenciones

¿Y qué tal si.... tsukishima estaba actuando todo el tiempo?

Dejó de caminar y se quedó parado a medio pasillo

Tal vez tsukishima lo odia y se acercó a él para enamorarlo y luego de eso cuando ya kageyama estuviera locamente enamorado de él lo engañaría, lo dejaría

Todos aquellos " te amo" " me gustas" " te deseo" " no puedo vivir sin ti"

Eran mentiras

A medio pasillo dejó caer sus lágrimas, agachó su rostro y miro al suelo, era borroso ya que sus lágrimas le impedían poder ver bien

No podía perdonarle eso, jugar con los sentimientos de otras personas solo por un odio que esa persona se creó no es justo. Él jamás le hizo algo, jamás

— Rey —. Escucho la voz de Kei detrás suyo, fue sujetado de la muñeca — Escucha

— No me toques —. Ordenó, giro su cabeza para ver al rubio

— No —. Tsukishima estaba en shock —, No llores —. Pidió, trato de acercarse pero kageyama se alejó

—¿Te gustó?—. Pregunto, para luego sonreír tristemente —¿Te gustó jugar conmigo?

— No es así, deja que explique

—¿Explicar que? El como reías en mis narices —. Con brusquedad se limpio las lágrimas — Escucha, no te vuelvas a acercar a mi —. Hablo más que molesto, camino a paso rápido

Se quedó en su asiento mirando al cielo, ahora entendía él porque tsukishima jamás dijo que ellos eran pareja. Al principio Kei no quería que nadie lo supiera

— Tal vez era por ella —. Hablo triste, cerro sus ojos y frunció sus labios quería llorar. Pero no sé lo iba a permitir

Se había quedado dormido a la hora del receso, sus ojos estaban hinchados

No supo como pero ya no supo más, hasta que al abrir sus ojos pudo ver que no había nadie. Estaba oscuro, con pesadez se levantó y agarró sus cosas, salió del salón y cerro la puerta. Todo estaba en silencio y oscuro, tal vez los del club ya estaban por irse

En la oscuridad de la noche caminaba solo, su mirada perdida en el suelo, su corazón más lastimado de que sus dedos, sus pies con un gran dolor sus ojos adoloridos, su cuerpo como si le hubiese pasado un camión encima

Paró sus pasos y levantó su vista al cielo, no había luna. Solo unas cuantas estrellas, el cielo no necesita tener una luna para que sea hermosa, el cielo es hermoso con o sin luna, tiene a las estrellas no necesita una luna

Al llegar a su casa su teléfono empezó a sonar, miro en la pantalla era un número desconocido

—¿Si?—. Su voz sonó  gruesa, debía tomar agua le había dolido la garganta

No respondieron, decidió ir a darse un baño y luego ir a dormir. Se sentía muy cansado, y eso que no había entrenado

TsukikageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora