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ACTO DOS
17; SOSPECHOSOS



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Cogió un poco de aire con lentitud. Estaba un poco nerviosa. No sabía cómo reaccionaría, como se desarrollaría la situación. Pero no podía huirle e ignorarle más.

Colocó bien la correa de su bolso y se acercó hasta su taquilla, disimuladamente. El de ojos café, el cual estaba ocupado mirando la suya, varias taquillas más alejada de la de la cubana, alzó la vista, encontrándose con sus ojos verdes.

—Hola —saludó ella—. ¿Cómo estás?

Él tensó su mandíbula. No estaba bien, lo sentía. Y a pesar de que los resultados aún no habían salido, tenía la sensación de que no irían tan bien como su madre y Omar creían.

Quiso decírselo. Contarle que se estaba muriendo, pero sus ojos marrones se fijaron en las ojeras de la cubana. Tenía una mirada cansada y triste. No tenía por qué cargarla con ese sufrimiento.

Ander esbozó una sonrisa.

—Bien —asintió—. ¿Y tú?

—Igual —respondió seca—. Un poco preocupada...

Ella bajó la mirada, escondiendo su cara tras la puerta de su taquilla. Necesitaba que Ander la viera mal y se preocupara, para poder ayudarles; para que confesara en contra de Polo.

—¿Es por tu padre? —preguntó, cerrando su puerta y acercándose hasta ella—. ¿Por Baztán?

De la Fuente puso una mueca y volvió a mirarle una vez estuvo a su lado.

—No exactamente... —murmuró.

—¿Entonces? —insistió—. Sabes que puedes contar conmigo; por encima de todo, y a pesar de todo lo que ha ocurrido entre nosotros, somos amigos.

Sara se alejó, un poco incómoda, y Muñoz lo notó de inmediato.

—Es por Polo —contestó, cerrando la puerta de su taquilla—. Ander, tienes que testificar en su contra.

Él frunció el ceño mostrando su indignación al darse cuenta de que la cubana solo se había acercado por interés. Eso le había jodido, y bastante.

—¿Por eso has decidido hablarme? —inquirió con molestia—. Después de dos semanas te animas a dirigirme la palabra y dejar de ignorarme para que declare contra Polo —bufó—. Es increíble.

—No me eches en cara que te haya ignorado, joder —protestó—. ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué siguiéramos hablando para que pudieras seguir riéndote de mí y de Omar? Vete a la mierda, Ander.

SECRET | éliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora