❛ーSONGS ↝ MINSUNG

❛ OO1 ❜

—IS THAT YOU?

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En este mundo, todos estamos conscientes de lo que es un «soulmate». Aquella persona que nos entendería más que todos los humanos que nos orbitan, aquel ser que nos acompañaría como ningún otro lo haría y nos cuidaría como si fuéramos su vida entera. Puede ser un familiar o cualquier otra persona, no tiene por qué tener un sentido romántico, tampoco; incluso, cabe la posibilidad de que tengas más de uno.

Hay solamente una manera de saber si la persona que tienes en frente es ese ente tan mágico: si en tu cabeza transita una canción al azar que, quizás, jamás haz escuchado, pero puedes oírla fuerte y claro, es porque tu alma gemela se le ha pegado en su mente por todo el día. Increíble y bastante curioso, pero real.

Si han pasado días desde que no haz escuchado ninguna canción nueva en tu reproductor de música mental, mala suerte, hay una gran posibilidad de que tu «soulmate» haya muerto. Así de simple.

En mi caso personal, no sé qué clase de persona sea mi compañero o compañera de vida, porque no fue ningún miembro de mi familia. Hay veces que escucho música en japonés con voces bastante chillonas, y en otras oportunidades, melodías con letras realmente ridículas. Fueron muy pocos los artes los cuales captaron mi atención.

Honestamente, considero este tipo de identificación algo molesta, ya que uno en serio lo escucha como si tuviera audífonos y esto puede perturbar las acciones que vaya realizando en mi día a día. Como ahora, que acababa de realizar un examen de física matemática con un cuestionable compas que no cesaba.

—Hey... Chris llamando a Minho desde el planeta Marte... —escuché, más prominente desde mi oído derecho, a mi compañero de clases y amigo quien, recientemente, se había sentado al lado mío, haciendo que me sobresaltara. No le respondí, simplemente lo miré mal, haciendo que sus labios formarán una línea recta y decidiera hablarme de nuevo.

—¿Cómo te fue en el exámen que acabamos de dar? —me preguntó, a lo que solté un suspiro lóbrego y le respondí. Elevé mi voz gracias a lo harto que estaba, haciendo que algunas personas presentes en el salón dirigieran su curiosa mirada hacia mí.

—Chris, ¿No eres tú el que ve esa cosa llamada «anime» y tiene pegada canciones bastante electrónicas con voces femeninas extrañamente agudas? —respondió moviendo su cabeza, negando lo dicho con unos ojos bastante abiertos de la sorpresa— ¡Estoy harto!, quiero conocer rápido a este «soulmate» con gustos bastantes cuestionables los cuales no me dejan concentrarme con facilidad y decirle que, por el bien de todos, escuche algo de calidad —finalicé, enterrando mi cabeza en la mesa, causando un leve golpe con esta y mi frente, mientras mis manos tapaban mis oídos; mi compañero atinó con sobar mi espalda.

—Pero, ¿Sabes? Al menos el tuyo sigue vivo, puede ser que escuche música bastante cuestionable, pero vivo —me dijo, haciendo que instantáneamente elevara mi cabeza de donde estaba, quitara mis manos de mis estructuras cartilaginosas y le pronunciara un «perdón», pero su mano en mi hombro y su mirada me dijeron «está bien».

Chan había perdido a su persona especial hace, aproximadamente, unos dos años. Nunca le conoció, pero desde esa fecha que música desconocida no visita su mente. Me confesó que un día, viendo la televisión, descubrió un caso donde una chica de su edad, bastante conocida por sus dotes artísticas en el sector donde residía, fue fatalmente atropellada por un camión de entregas a domicilio, el mismo día desde que él dejó de escuchar la música que su alma gemela tenía pegada; tiene el gran presentimiento de que aquella víctima de tal catastrófico accidente era este ser especial.