XXXVI.

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-Pero que tiernas se ven. - Mi hermano utiliza el tono más meloso posible, no puedo creer que haya caído tan bajo, solo soy capaz de colocar mis manos tapando mis oídos tratando de ejercer presión para que no entre sonido alguno, después de tanta insistencia solo logré el adormecimiento de mis orejas.

-Lo mismo le digo pero es muy gruñona para aceptar que la pasó muy bien. - Taylor me ve guiñando un ojo con una sonrisa de oreja a oreja, sí, los dos son unos pesados, ellos siempre se aprovecharon de su estatus de hermanos mayores para convertirme en objeto de sus burlas y ahora... no ha cambiado nada.

-Mira sus caritas de emoción. - Mi hermano desliza sus dedos sobre el smartphone de Taylor completamente embelesado con las caritas sonrientes de sus niñas, me puedo identificar completamente, ellas son un tesoro.

-¡Ya! Denme un respiro, en serio que pesados. - Los señalo completamente seria, mi hermano retira unas pequeñas lágrimas producto de la risa, vuelvo y me pregunto ¿Cómo caí tan bajo?

Sé que nadie entiende lo que sucede en esta mesa, permítanme ilustrarlos, días atrás entró mi hermano a mi oficina pidiéndome un favor de vida o muerte, pensé en ese momento muchas cosas, desde que necesitaba un trasplante de medula ósea hasta dinero para pagar una deuda de juego, cualquier cosa menos que acompañara a Taylor y a las niñas a un concierto de Justin Bieber. Resulta que por su corta edad solo el concierto en el Staples Center se permitía que entraran con adultos a su cargo, casi caigo al suelo de la risa que me dio en ese momento, después de tantas suplicas de su parte y hasta la utilización de su último recurso que consistió en manipularme emocionalmente al recordarme que no estuve presente en gran parte de sus vidas terminé aceptando, no fue una experiencia cualquiera, pensé que solo las acompañaría y sería un sujeto pasivo a la situación, pues no... primero, mis inquietas sobrinas sumado a la hiperactividad de Taylor hicieron del viaje en avión algo inolvidable, segundo, Taylor se sabía todas las benditas canciones y tuve que escucharla cantar a todo pulmón cerca de mi oído, tercero, las niñas casi se desmayan al ver al objeto de sus sueños moverse y cantar por todo el escenario y después tuve que escucharlas como se peleaban por "su novio", no, esa experiencia solo podía haberla sufrido por ellas.

-Y dime, ¿sirvió haberlos dejado solos? -Mi hermano asiente alegremente, toda esta aventura tenía la misión de permitirle a Chris tener una cita con Hailee a solas para reconquistarla, se ha portado muy bien a decir verdad, de apoco ha ido cambiando su posición machista, pasa más tiempo con las niñas, es atento con Hailee y la ha apoyado en su carrera, eso ha logrado llamar la atención de Hailee, por el bien de mis sobrinas espero que ellos lo logren.

-Pues creo que bien... - Frunce el ceño mientras coloca sus manos en la nuca.

-¿Cómo que crees? - Taylor le pregunta curiosa, la verdad es que él no es muy claro.

-Pues verán... la invité a cenar a mi apartamento, le cociné paella que es su plato favorito... ¿qué?... ya no se burlen o nos les cuento. -La risa de las dos no lo deja seguir hablando, él nos ve entrecerrando los ojos, ¿mi hermano cocinando? ¡Que espectáculo!, si ni siquiera se servía un vaso de agua cuando estaba en la casa porque mi abuela lo tenía mal acostumbrado, según ella había muchas mujeres en la casa para atenderlo, que horror lo sé y ahora nos dice que trató de cocinar, pobre Hailee eso debió ser de todo menos comestible, las risas de las dos no parecen ceder, Chris se está impacientando así que hace amagues de levantarse y dejarnos solas, Taylor es quien finalmente intenta hablar dándome un codazo para que me detenga.

-Ya... está bien, sigue... - Taylor coloca una mano en el estómago y con la otra le hace señas de que por favor continúe, yo tomo agua tratando que la risa no me vuelva a jugar una mala jugada.

PROMESA|| CAMREN|| ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora