Los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar la ciudad de Etheria, el día pintaba a ser prometedor, desde hace semanas que el pronóstico del tiempo llevaba indicando días fríos y nublados, esta era, desde hace bastante, una mañana que muchos describirían como agradable, muchos, pero no Catra.
Ese día era el primero en su nuevo y brillante instituto, donde ella sabía que era un hecho que se encontraría con personajes insufribles, tal vez no como los tipos con navajas en sus bolsillos y aires de bravucones como los que se había enfrentado ya a lo largo de su vida dentro del sistema estudiantil, pero a juzgar por el supuesto estatus que poseía la "Bright moon high school", si que serían gente demasiado plástica para sus gustos, ugh pensó después de que la idea pasara por su mente de nuevo.
Ni siquiera entendía por qué Weaver insistía tanto en su educación, jamás se ha preocupado realmente por ella, ¿qué caso tiene el no dejarla por su cuenta después de las múltiples expulsiones?.
Cuando finalmente terminó de vestirse y asearse, exactamente veinte minutos desde que su alarma había sonado en su viejo teléfono, se dispuso a bajar, ya que ya había escuchado que la bruja con la que compartía casa se encontraba en la cocina, y lo último que quería era arruinar su "perfecto y emocionante primer día" con una de sus peleas rutinarias.
Bajo los escalones con una energía digna de un zombie, repasando mentalmente el no olvidar nada, igual su lista de artículos no era tan larga; teléfono, audífonos, una libreta desgastada y una pluma vieja, su cartera, y por supuesto su pastillero, donde guardaba los supresores baratos que podía permitirse, ya que, si había algo que odiaba más que ser omega, eran los alfas y sus asquerosas miradas o gestos hacía ella, odiar era una palabra muy fuerte, y por eso mismo encajaba tan bien con su postura ante ese sector de la sociedad, ella odiaba a los alfas.
Cuando llegó al último escalón se planteó varias veces que tantas consecuencias podría traerle el ocasionarse alguna herida grave que la salvará de su doloso destino, sin embargo, la idea del enorme reproche que se ganaría por parte de su querida tutora, más las interminables horas que la haría trabajar para pagar la cuota del hospital como lo había hecho ya con la colegiatura de la estúpida escuela a la que recién se había inscrito le hicieron desechar rápidamente la idea, ella era fuerte, pero no lo suficientemente como para provocarse una herida mortal, y en definitiva cualquier otro escenario no era favorable.
-Buen día, señora- le dijo en un tono agrio a la mujer que se encontraba sentada en la sala de estar ojeando un par de facturas y con un café en la mano, uno negro y concentrado, ¿cómo más podría ser?.
-¿Ya estas lista niña?- recibió de respuesta con el mismo tono de desagrado, ni siquiera se digno en levantar la mirada de su taza.
-Sí, ya llevo todo- respondió a la interrogante.
-Mientes, los documentos que debes presentar siguen en la mesa- y era cierto, necesitaba llevar esa carpeta a la oficina como le habían indicado el día que hizo los trámites, evidentemente no es como si lo fuera a olvidar, ella sabía hacerse cargo de sí misma, pero Shadow Weaver amaba tomar cada oportunidad que podía para reprocharle.
-Claro, ya lo tomo- se dirigió a la pequeña y vieja mesa que cumplía, terriblemente, el papel de comedor, o lo haría en el caso que cualquiera de ellas dos llegase a comer ahí, lo cual nunca sucedía.
-Y date prisa que llegaras tarde, no soportaré otro drama escolar- le escupió, cuando finalmente se dignó en dirigirle la mirada, escudriñándola de arriba abajo, como siempre lo hacía, Catra ya sabía que desaprobaba completamente su forma de vestir, no obstante, esa discusión era tan continua que simplemente se rendían ambas a abordarla de nuevo, su apariencia, a diferencia de la opinión de Shadow Weaver le parecía muy cómoda, llevaba sus típicos vaqueros desgastados y rotos, una blusa de algodón guinda y su chaqueta de cuero, en sus pies usaba sus botas militares, y en el cuello un par de collares y una gargantilla, la última más que ser un accesorio le proporcionaba cierta seguridad falsa, se trataba de una tira de una especie de listón aterciopelado que se unía en un broche en la nuca el cual usaba diariamente, principalmente cuando dejaba su casa. El resto de su persona era por demás simple: una coleta alta que contenía sus rizos, uñas largas y pintadas con el único color de barniz que poseía y varios aretes en una de sus orejas, en total tenía seis perforaciones, cinco de ellas en la oreja izquierda.
-Será mejor que me vaya ahora, entonces- dijo más para ella que otra cosa-
-¿Qué fue lo que dijiste?- excelente, ahí estaba el tono que usaba cuando la hacía enojar.
-Nada, regreso en cuanto salga-
-Catra- la detuvo antes de que cruzase la puerta -compórtate- sentenció la mujer con un tono que pretendía pasar por consejo.
-Sí señora- y con eso último salió de la pequeña casa rumbo al que sería su nuevo instituto, claro, hasta que se las arreglará para que la expulsen de nuevo.
+++
Cuando Catra se encontraba cruzando el estacionamiento en dirección a la entrada se permitió observar un poco del entorno al que se enfrentaría de ahora en adelante, el año escolar ya había comenzado, estaba claro que la única pérdida en toda esta dinámica estudiantil, hasta el momento, sería ella, aunque no era como que le molestara demasiado, pero el ver los múltiples grupos de personas que parecían vivir su fantasía de película adolescente, le causaba náuseas y cierta envidia, ella jamás se había sentido como pez en el agua, tal como describiría a esas chicas que llegaban en sus increíbles coches y que apestaban a omegas engreídas, pero en fin, no era nada de lo que no se hubiera mentalizado ya.
Entró al imponente edificio con un poco de duda, justo entonces la golpeó esa característica mezcolanza de aromas que se incubaba en las escuelas, y el cual detestaba.
Busco con la mirada entre el tumulto de gente algún señalamiento que la ayudará a descifrar hacia qué dirección caminar, porque claramente no pensaba cruzar palabra con ningún espécimen de los que asistía a esa institución, o al menos no mientras no fuera estrictamente necesario.
Justo por encima de su hombro derecho localizó un señalamiento que ponía "atención estudiantil" por lo que decidió comenzar por ahí.
Al entrar se topo con un escritorio donde estaba sentado un hombre bastante particular, vestía con un pantalón negro y camisa blanca, que contrastaba totalmente con la maraña de colores que era su cabellera.
-¿En qué te puedo ayudar?- era un beta.
-Yo...- comenzó Catra, aún algo perdida en todos esos colores.
-Hoy es mi primer día y estoy buscando las oficinas- logró completar.
-¡Tu debes ser Catra entonces!, ven por acá te recibirán tus documentos y te darán indicaciones, el se levanto de la silla en la que se encontraba y la guió por un pasillo en el interior de ese lugar.
-Soy el señor Wind, pero puedes llamarme Swift, mi rol es el de consejero estudiantil para este año, estoy para lo que necesites- se pararon frente a una especie de mostrador, del otro lado se encontraba una mujer morena, Catra logró percibir que también se trataba de una beta, eso o todos allí usaban supresores de buena calidad.
-¡Buenos días!, Catra ya está aquí, ¿has visto a DT cariño?, necesitamos avisarle que requerimos de su presencia- le decía el señor cabello vómito de arcoíris a la beta que se encontraba del otro lado del mostrador.
-Hace unos minutos estaba por aquí, de seguro no tarda en regresar- comentó la mujer.
-Me pudieras entregar la documentación, por favor- esto último iba para ella, Catra le tendió la carpeta que llevaba cargando desde que llegó a ese lugar, mientras la mujer la recibía escucho como una de las puertas cercanas se abría dejando ver a alguien con unos Jeans muy ajustados, botas con tacón y lo que parecía ser un leotardo.
-No más sufrimiento, ya estoy devuelta, escuche que aclamaron mi presencia- exclamó cuando se encontró a la misma altura que el beta que la había recibido.
-Excelente DT, ella es Catra, será la chica a la que guiarás hoy- decía el Señor Wind mientras alternaba la mirada entre ambos. Maldición pensó Catra instantáneamente, al parecer sus planes de ignorar al universo no serían tan fáciles de ejecutar, justo entonces la mujer volvió a hablar.
-Muy bien señorita, aquí está tu horario, las llaves y número de tu casillero y tu identificación de la escuela, como ya escuchaste DT te dará el tour por la institución, cualquier duda puedes recurrir a él o venir directamente a estas oficinas- pausó un segundo.
-Y por supuesto, bienvenida a Bright moon- y mi día mejora y mejora, se dijo mentalmente
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Gracias por regresar
FanfictionOmegaverse/AU Escolar Catradora Rights Gracias al increíble talento de Catra por permanecer el menor tiempo posible en una institución académica, se ve a si misma en la terrible situación de ingresar a la ultima opción de la que estaría dispuesta a...