Amar sin ley | Cache.

Capítulo 8.

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- Daniela - escuché mi nombre de una voz que frenó todos mis sentidos en ese instante.

- Poché - Llamaron por igual y solo sentí su tensión.

María José y yo nos separamos lentamente, mis mejillas estaban rojas de la vergüenza, por supuesto que yo reconocí esa voz de inmediato y por lo visto mi compañera también reconoció a quien sea que la haya llamado.

- Carolina ... - susurré con un poco de miedo quizás. Me separé de Poché para ponerme de pie e intentar saludar como si nada hubiera ocurrido, pero sabía que no podría ser tan fácil - ¿Qué haces aquí? - me atreví a preguntar.

- Es un lugar público, supongo que puedo venir cuando quiera - respondió seria con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras sus ojos bailaban entre María José y yo. La tensión se cambió demasiado y solo pedía poder tele transportarme a mi casa y estar bajo mis cobijas.

- ¡Nicole! - saludó efusiva la del mechón blanco. Hasta ese momento no me había percatado de la mujer que estaba al lado de Carolina. Era una chica de estatura media, cabello castaño, cejas gruesas. Iba vestida con una falda de cuero de color rojo, pude detallar lo que traía puesto por lo que los reflectores dejaban ver, usaba una blusa blanca con un estampado simple. Era Bonita.

- ¡Poché! - saludó también efusiva y se acercó a ella para darle un abrazo y por una alguna razón que no comprendí esa acción no me gustó para nada. - ¿Cómo vas mi amor? - le preguntó la chica a Poché. Rodee mis ojos.

- Chicos, ella es Nicole García - presentó y todos mis amigos saludaron con una sonrisa. Se giró hacía mí y me ofreció una sonrisa, le respondí igual sin separar mis labios.

- Daniela - llamó Carolina, por unos segundos olvidé que un gran dolor de cabeza se venía para mí - ven - propuso y me ofreció su mano. Quise decir que no, pero quizás teníamos cosas que hablar y hacer, así que solo tomé su mano.

- Daniela - juraba que hoy acabarían mi nombre - ¿te vas? - Amalia y entonces dudé de irme con mi ex esposa.

- Sí - respondió Carolina por mí.

- Ella puede responder sola - mi amiga tomó mi mano sobrante y me haló hacia ella, quedé en medio de las dos con mis brazos extendidos a cada lado.

- Se va conmigo - dictó mi ex esposa.

- ¡Cállate! - gritó Amalia, sabía que la presencia de Carolina no le agradaba para nada y con copas encima de esto podría ponerse feo.

- Calle - habló Poché, quitó la mano de mi amiga y de mi ex esposa para dejarme liberar de agarres - haz lo que te parezca correcto - en su voz noté decepción, pero solo asentí. Me giré hacia Carolina para indicarle que me iría con ella. Miré a Amalia que me miró con cara de pocos amigos.

- Toma - le ofrecí mi tarjeta de crédito, miró la tarjeta para luego verme a mí y volteó sin decir nada más, en un acto de desprecio.

- Pago yo - habló la del mechón blanco, asentí y sin más tomé la mano de Carolina para salir de allí.

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No salimos del bar, nos dirigimos a otra mesa no tan alejada de donde estaban mis amigas. No sé si había tomado una buena decisión al venir con Carolina pero ya estaba hecho.

Me sentí inquieta porque no sabía cómo era que de tantos bares en la ciudad habíamos coincidido. Ya conocía a sus amigos por lo que no fue necesario presentarme, no me llevaba muy bien con ninguno, porque he apoyado a Carolina cuando me fue infiel y porque de alguna manera sintió que algo pasaba entre ellos, estaba segura que tenían encuentros entre ellos mismos y no precisamente en un bar a tomar whisky.