El amor, sentimiento extraño que esconde maravillas, capaz de transformar y destruir. La curiosidad de un joven llevara a Izuku Midoriya, un joven de 15 años; embarcarse en la aventura de su vida, felicidad y la tristeza, compañeros y mentores; cami...
Han pasado tiempo desde que se escribió esta historia, no escribo esto para decir que reescribí esta parte de la historia, a pesar de que no termina convenciéndome del todo, no lo remplazo simplemente por que representa mi inicio como escritor en esta plataforma, y no podría remplazarlo.
Por lo que te pido que le des una oportunidad.
El dibujo del banner lo hice yo.
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En una habitación de hospital, se encontraban dos personas, el primero un hombre alto de cabellera castaña, que mostraba una mirada de preocupación, la cual era notada por todos en la sala; la segunda una señorita de cabellera verde cual jade, recostada en la camilla del hospital, apretando fuertemente la mano de su conyugue; aunque al hombre le doliera, el sentimiento de preocupación era más abundante en él.
No se preocupe señor Midoriya -Dijo la enfermera- somos especialista en el cuidado de nuestros pacientes, no tiene que temer por la salud de su esposa.
Pero... -El pelicastaño, pero fue detenido por un fuerte grito de dolor que fue escuchado en la sala y las habitaciones contiguas, era el grito de su esposa-
Como no voy a estar preocupado, mi esposa está a punto de dar a luz –Dijo preocupado el pelicastaño- aunque lo intente no puedo calmarme.
La preocupación y nervios se apoderaron de aquel hombre, y como no estarlo, después de todo era una experiencia nueva, seria padre dentro de unos minutos, aquella pequeña vida a punto de hacer presencia en el mundo, cambiaría su mundo.
No te preocupes cariño, dentro de poco serás padre, todo saldrá bien –Menciono la peliverde agitada- ambos sabemos que serás un magnifico padre –Dijo Inko mientras le regalaba una cansada, pero sincera sonrisa–
El hombre se calmó un poco, pero no evitaba ponerse nervioso.
De repente los jadeos y agitación de la mujer se calmaron, provocando que un silencio inundara la sala, para ser destruido por el pequeño, pero para nada débil llanto del recién nacido.
La peliverde presentaba signos de cansancio y agitación, después de todo, había sido un parto peculiar, llevaba horas recostada en la camilla.
Flashback
Él bebe había pateado, advirtiendo de su inminente llegada al mundo, sin embargo al llegar a la sala del hospital, él bebe había dejado de hacer movimiento alguno, esto preocupo a los padres, quienes se mostraban confundidos ante tal suceso, intranquilos la pareja pidió que le realizaran exámenes al bebe, Inko se tranquilizó al recibir los resultados, por otro lado, el hombre angustiado era ahora un manojo de nervios.
Como si de una anomalía se tratara, él bebe comenzó a moverse exactamente cuándo el doctor especialista llego a la sala junto a su equipo ayudante, sintiendo la presencia de más individuos en la sala, decidió que era el momento adecuado, comenzando así la labor de parto.
