"Tu piel es tan suave, muy bonita, debes cuidarte bastante para estar así de bien, bonito, tienes que dejarme conocerte bien un día de estos, en momentos como este odio no estar fuera, sin dudas te pediría una cita, ¿Tu aceptarías de ser posible? Que cosas digo, obviamente no, pero tal vez si fuera normal te gustaría"
─Hey, ¿estás escuchándome? ─pregunta Zabdiel golpeando mi escritorio.
─¿Eh? Ah, sí, perdón, he estado metido mucho en mi proyecto ─miento para que no haga más preguntas.
He pensado toda la mañana en las cosas que Joel me dijo, se ha metido tan rápido en mi cabeza que no puedo distinguir cuando comenzó a hacerlo.
Zabdiel vino a verme porque desde que estoy con mi entrevista no lo he visitado lo cual es malo porque es mi único amigo pero no puedo evitar pensar en otra cosa.
Extraño a Joel.
─Bueno, como parece que tienes la cabeza en la luna lo repetiré ─insiste frustrado─ tengo boletos para una película que querías ver, son de hoy ¿Te parece que vayamos juntos?
─Lo siento, no puedo ─rechazo mirando mi teléfono─ veré a Joel.
─¿Joel? ─pregunta confundido─ Ah, el asesino, tu investigación está tomando más del tiempo que tenías planeado.
─Lo sé pero sabes como son, quieren tener el control y prolonga más mis visitas.
─Sé a lo que te refieres pero no debes fiarte, no dejes que te manipule, déjame ir contigo para cuidarte.
─No, él solo quiere hablar conmigo, además estaré bien ─niego levantándome de la silla─ si quieres puedes quedarte, yo debo irme.
Ni siquiera me despedí, sé que tiene razón pero no me importa, cada palabra que me dice, cada acción que hace.
Su voz tan ronca.
Sus manos rasposas tocándome pero siendo cuidadoso.
Sus labios comiéndose los míos.
No entiendo cómo pudo adentrarse tan profundo en mi sistema, debería estar preparado para esto, listo para evadir cada uno de sus trucos.
Soy más débil de lo que creí.
Pero no me importa, entro y estoy ansioso porque me dejen verlo, una vez más me dejaron solo en la habitación para esperarlo.
─Hola bonito ─saluda detrás de mí.
─Joel ─nombro pareciendo que tengo el control─ guardias, por favor.
Pido señalando la puerta y me obedecen, ya han sido las cosas así y nunca ha intentado hacer nada malo así que no dudan en hacerme caso.
Joel sonríe y señala con sus ojos debajo de su camisa, entiendo el mensaje y busco debajo para sacar la llave.
Una vez lo libero posa sus manos en mi cintura y hace más grande su sonrisa, se acerca un poco y deja un beso en la comisura de mis labios.
─Te extrañé, Er.
─¿S-Sí? ─pregunto tartamudeando por lo que siento que no sé distinguir.
─Bastante, tocarte fue como una droga, ahora no puedo pasar un día sin poner mis manos en ti ─admite haciendo un puchero y se acerca más hasta que siento de nuevo su respiración─ ¿Me extrañaste también, bonito?
No, debo... Yo, debo luchar, tengo que...
─Sí, demasiado ─confieso cuando no puedo más─ te extrañé mucho.
Ríe de manera burlona sin soltar mi cintura, incluso la presiona más fuerte, quiero correr, su risa me asusta, es como si supiera lo que provoca en mí.
Pero al mismo tiempo me siento a salvo, es extraño, es como si supiera que no sería capaz de hacerme nada malo.
─Me haces tan feliz, bebé ─asegura soltando su mano derecha de mi cintura y la lleva a mi mejilla─ tan bonito, tan perfecto.
Asiento con una sonrisa y el ladea un poco su rostro, se acerca de eso modo a mi cuello y aspira mi aroma dándome escalofríos.
─Delicioso ─susurra con su ronca voz─ ¿Cuál es la pregunta del día de hoy?
─Yo... yo, no tengo mi cámara.
─Es una pena ─dice soltándome y se aleja─ ahora no podré pedir mi pago.
─Pero, puedo preguntar de todos modos- ─insisto preocupado─ de hecho sí, tengo una pregunta.
─Perfecto ─dice volviendo a su sonrisa─ dime.
─¿Cómo elegiste a tus víctimas?
─Que buena pregunta ─dice caminando hasta llegar a su silla y se sienta golpeando nuevamente sus piernas─ ven, siéntate.
Asiento y me levanto rápidamente para acomodarme en su regazo de nuevo, ríe un poco y lleva su mano derecha a mi espalda baja y la otra a mi mejilla.
─¿Sabes? Soy una persona muy posesiva y celosa con mis cosas, creo que tú y yo tenemos algo especial, ¿O no te parece?
─Sí, también lo creo ─afirmo asintiendo rápidamente.
Sonríe y ladea su cara.
─Eso pensé ─asegura dejando un beso en mi mejilla─ como pago por esta respuesta, quiero que me dejes marcarte, lamerte, morderte, quiero asegurarme de que si alguien te ve sepa que tienes dueño aunque no esté ahí para cuidarte.
Sin que me lo pida me quito la camisa y la lanzo al suelo sin importarme que los guardias puedan entrar.
No me esperaba que fuera tan rápido pero siento sus labios hacerse un camino de besos desde mi oído hasta mi cuello, sus dedos van a uno de mis pezones pellizcándolo mientras lame descaradamente.
Siento la primera succión en mi cuello, llevo mis manos a su espalda para no caer porque por tanto placer que siento solo con su lengua creo que podría pasar.
Cuando termina de succionar pasea su boca dejando lamidas hasta que llega a mi pecho, deja un beso en el centro para luego recorrer hasta mi pezón libre que comienza a chupar y hacer succión.
─Tienes mucho espacio en blanco, perfecto para dejar mis firmas ─susurra eróticamente─ yo no elegía a mis víctimas, solo dejé que llegarán a mí.