"Debería ser ilegal ser tan bonito como tú mi Er, no hay forma de que alguien sea tan perfecto y no se dé cuenta, sí estuviera afuera, me encargaría de no dejarte salir de la cama nunca, te llenaría de caricias y de besos hasta que te hartarás de mí y aunque lo hicieras te dejaría alejarte, mis marcas que llevas en el cuerpo te hacen parte de mí, no podrás escapar, corazón, eres completamente mío y le dejare claro a quien deba hacerlo que si se acercan a ti... estarán muertos antes de que puedan tocarte"
Sonrío al recordar esas palabras mientras preparo el desayuno.
Sé que no debería, todo lo que dijo suena peligroso y para nada romántico o sano siquiera.
Me importa una mierda.
Tal vez deba usar una bufanda o una playera lo suficientemente grande para cubrir las succiones y mordidas.
Pero estoy seguro de que a él no le gustaría, si las hizo es porque quiere que las lleve conmigo y las muestre.
Término de preparar mis alimentos y lo sirvo en el plato, ni siquiera me siento, desayuno mientras paseo por la sala.
Ya quiero verlo.
Tengo la pregunta de hoy y a diferencia de las otras, esta de verdad me importa, las demás respuestas que me dio ya no me interesan.
Ni siquiera he avanzado mi proyecto, no he hecho nada más que pensar en él y en las cosas que me dijo.
El dibujito que me regaló lo tengo en mi buró adornando, tal vez lo enmarque para que no le pase nada.
Es extraño pero anoche por fin pude dormir después de dos semanas de casi no hacerlo, las mismas que estuve sin verlo.
Las mordidas que me hizo me dolieron un poco antes de acostarme, recuerdo que fue en la media noche porque a esa hora terminó el programa que estaba viendo.
Fue raro que me causaran molestia horas después de haber sido hechas, cuando me estaba marcando no sentí nada además de calidez y placer.
Solo duró unos segundos y pude dormir tranquilamente, otra vez soñé con él pero ahora no me sentí mal, al contrario, me encantó poder verlo hasta en los sueños.
Estábamos juntos en una playa tomados de la mano al anochecer, suena absurdo pero me gustan esas cosas.
Termino de desayunar y me alisto para salir, lavo mis dientes y mi rostro, tomo mis llaves y salgo de la casa.
Estoy ansioso, no sé qué haré cuando termine mi "investigación", seguramente no me dejarán verlo de nuevo.
Entonces debo aprovechar todo el tiempo que pueda.
Al llegar uno de los guardias ya me esperaba, me hace la señal de siempre y lo sigo hasta la habitación especial.
Entro y me siento seriamente, lo menos que quiero es que noten que estoy desesperado porque pueden pensar que estoy obsesionado.
Y tal vez comience a ser verdad, pero no quiero que se den cuenta.
─¿Quiere que los dejemos solos? ─pregunta uno de los vigilantes cuando Joel entra.
─Sí, por favor ─pido tranquilamente.
Los guardias asienten y salen del cuarto cerrando por fuera dejándonos solos.
No tuvo que pedirlo cuando ya tenía mis manos debajo de su uniforme buscando la llave, la saqué y quité sus esposas rápidamente.
No quiero hacer ningún movimiento, me quedo estático mientras él rodea la habitación sin despegar la vista de mí.
Se siente como si estuviera expuesto, es como si yo fuera una presa esperando el primer ataque de mi depredador.
Y me fascina.
─Tienes algo diferente, bonito ─se anima a decir luego de unos segundos─ sigue quieto.
Obedezco y quedo esperando, se acerca lentamente y lleva su mano a mi cuello que tiene algunas heridas de ayer.
Las acaricia con las yemas de sus dedos lentamente y luego me toma de la cintura, puedo sentir su cuerpo pegado al mío y me encanta la forma posesiva en la que me trata.
─Ah, es eso, tienes mis marcas ─susurra delineando el borde de mí oído con su lengua.
─S-Sí, las tengo.
─¿Las ocultaste, Er?
─No, no las cubrí para nada.
Ríe un poco sin soltarme y lleva sus manos hasta mi trasero presionándolo con fuerza.
─Perfecto ─-dice besando mi cuello─ quiero jugar, así que dime tu pregunta.
Asiento algo tembloroso por lo que estoy empezando a sentir e intento tranquilizarme, la cuestión de hoy es más significativa.
─¿Por qué me elegiste a mí? ─pregunto sintiendo su agarre haciéndose suave─ ¿Por qué quisiste que yo te entrevistara y no dejaste que nadie más se acercara a ti?
─Me gusta esa pregunta ─asegura soltándome y se aleja lentamente─ ¿Por qué quieres saber?
─Solo, creo que es extraño que de tantas personas que quisieran entrevistaste solo me lo permitiste a mí, creo que debe haber alguna razón, ¿No?
Asiente con su típica sonrisa y golpea sus piernas como ha hecho los últimos días.
Camino y tengo la intención de sentarme en su regazo pero lo impide tomando mi mano.
─Nop, hoy no estarás arriba ─ordena con su grave voz dejando escapar un gruñido─ de rodillas, corazón.
Acepto arrodillándome justo al centro de sus piernas, el me mira sonriendo y acaricia mi cabeza delicadamente.
─Quiero que me masturbes ─pide levantándose, se quita el overol dejándolo en el suelo y quedándose únicamente con su ropa interior y vuelve a sentarse acomodándose mejor dejando mi cabeza entre sus piernas.
Hace su bóxer a un lado liberando su erección, toma mi mano derecha y la lleva a su miembro a medio despertar, hace que envuelva mi mano sobre él y todo con esa sonrisa que me intriga.
─Quiero que uses tu manita para aliviarme, no tienes una idea de lo que provocas en mi cuerpo, creo que es justo que te hagas responsable de tus acciones.
Asiento lentamente y acaricio su polla delicadamente haciendo que se levante un poco más con cada roce de mis dedos.
Los suaves sonidos que deja escapar de su boca me hacen saber que lo hago bien, hasta que su miembro está completamente parado.
Su caliente y palpitante hombría sobresale de mi mano, presiono con un poco de fuerza logrando que saque un gemido más ronco.
Sonrío y comienzo a llevar mi mano de arriba hacia abajo en un movimiento suave, presionando firmemente mientras lo hago.
─Erick, eres un buen chico ─susurra acariciando mi cabello─ por eso te elegí, todos mis fans aman a los asesinos, los periodistas solo es por el morbo de conocerme, pero tú, pequeño Er, eres tan puro y bueno que al verte solo me provoca corromperte hasta que no quede nada de ti, no me mal entiendas, no voy a lastimarte, solo quiero poseerte hasta que no te sea posible abandonarme, corazón, porque mientras más te conozco más me queda claro que tampoco te abandonaré... aunque me pidas que lo haga.