CAPÍTULO IV

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Viajaron entre los árboles, como de costumbre. El capitán Yamato iba por delante, seguido de Sai, Sakura, Sasuke y Naruto en ese orden. Sasuke se había recuperado levemente del incidente de anoche, sin embargo, seguía bastante débil. Los ojos se le empezaron a nublar, veía todo borroso, “Me detendré a descansar un segundo” pensó Sasuke, pero al intentar aterrizar en una rama resbaló.
—¡Sasukeee!—gritó Naruto—¡te tengo!
Naruto alcanzó atrapar su mano y ayudó a Sasuke a subir al árbol nuevamente.
—¿Estás bien?—preguntó el rubio.
—No puedo ver, está todo nublado—respondió Sasuke.
—No te preocupes, yo seré tus ojos.
Naruto cargó a Sasuke en su espalda, “Maldito Orochimaru” dijo en sus adentros.
—¿Todo bien, Naruto?—preguntó Sakura desde su posición.
—¡Sí! Sasuke está un poco débil pero no te preocupes, yo me haré cargo—respondió Naruto.

Pasaron medio día viajando sin cesar y los estómagos de los jóvenes empezaban a crujir. Naruto moría de hambre pero no deseaba parar a descansar, su único deseo era llegar a la aldea para poder cuidar de Sasuke. Sakura había llevado unas píldoras de alimento caseras hechas por ella misma, así que le bastó con comerse una para reponerse, le ofreció a sus compañeros pero estos se negaron ya que las píldoras de Sakura no sabían nada bien. Sai estaba exhausto, sacó un pergamino y dibujo un gran ave, la que se despegó del papel para llevar a Sai en su lomo.
—¡Naruto, sube! Esta ave puede resistir hasta tres personas—exclamó Sai.
Naruto no dudó ni un segundo, —Gracias, Sai.
—¿Cómo está Sasuke?—preguntó Sai.
—Está muy débil, cayó inconsciente mientras viajaba en mi espalda—respondió Naruto dejando a Sasuke acostado y apoyando su cabeza en sus piernas.
—¿Qué tiene él que no tenga yo?—preguntó Sai curioso.
—Sasuke es mucho más genial que tú—presumió Naruto.
—Leí en un libro que cuando alguien está dispuesto a darlo todo por otra persona significa que ese alguien está enamorado—dijo Sai inocentemente.
—¡¿QUÉ ESTÁS DICIENDO, SAI?!—respondió Naruto agitado—tsk. Estás loco.
Sai sólo sonrió y dijo —Estoy seguro de lo que leí y creo que esa es tu situación.
—¿Qué acaso no ves que somos hombres?, idiota—le respondió Naruto haciendo pucheros.
–¿Por qué gritan tanto?—se despertó Sasuke.
—¡Ya llegamos!—exclamó Yamato desde los árboles.
El ave de tinta aterrizó en la entrada a Konoha y desapareció, Naruto cargó a Sasuke en la espalda nuevamente. Todos se dirigieron a la entrada mientras charlaban. Sakura estaba preocupada por  Sasuke así que sugirió que se dirigiera al hospital antes de ir a reportarse con Tsunade-sama. Sasuke se negó con las pocas fuerzas que tenía y susurró algo al oído de Naruto.
—Agh, está bien. Me encargaré de reportarlos yo misma—rechistó Sakura.
—Ten cuidado, Naruto. Será mejor que lo lleves a tu casa—recomendó Yamato.
—Sí, sí. Trataré de convencerlo de ir al hospital. ¡Nos vemos luego!—se despidió Naruto.
Sakura, Sai y el capitán Yamato se dirigieron a la oficina de la Hokage para reportar la misión y avisar que luego vendrían a reportarse Naruto y Sasuke, la misión había salido a la perfección, todos estaban satisfechos.
Mientras tanto, Naruto llevaba a Sasuke a su casa, ahí podría cuidar a Sasuke apropiadamente. La gente de la aldea miraba asombrada y alegre al mismo tiempo, aunque no se encontraron con ninguno de sus amigos. Llegaron al edificio, Naruto estaba muy cansado ya que había cargado a Sasuke por varias horas, subió las escaleras y llegaron a la entrada, Naruto le pidio a Sasuke que por favor se mantuviera de pie por un momento, así podría abrir el cerrojo. Naruto buscó las llaves en su mochila y abrió la puerta —Ven, apóyate en mi espalda—pidió Naruto. Sasuke obedeció. Entraron a la casa y se dirigieron a la habitación de Naruto, ahí Sasuke se recostó.
—Estás ardiendo—comentó Naruto tras tocarle la frente a Sasuke—tengo una idea, esperame.
Naruto salió rápidamente del cuarto y volvió antes de que Sasuke pudiera parpadear.
—¡Ten! Cómete esto. Me las preparó Sakura-chan, no tienen muy buen sabor, pero te harán sentir mejor—dijo Naruto con una sonrisa y extendiendo su mano, en ella tenía un par de píldoras de alimento. Sasuke hizo un esfuerzo y se sentó, simplemente abrió un poco la boca para recibir las píldoras.
—¿Qué? ¿Quieres que yo... —preguntó Naruto sonrojado.
—Sólo hazlo, ¿quieres?—respondió Sasuke, sin fuerzas y algo malhumorado.
El rubio, aunque un poco incómodo e intrigado, obedeció. Acercó la mano con las píldoras a la boca de Sasuke, quien se acomodaba el cabello tras las orejas para tener una mejor visión. Naruto sólo observaba con las mejillas rojas y una cara de vergüenza inocultable. “¿Es esto lo que siente Sakura cuando ve a Sasuke? ¡AH! ¿Qué demonios estoy diciendo?” pensó Naruto. “Esto es extraño, me siento aliviado y seguro con él, pero, ¿qué pensará Naruto de mí?” dijo Sasuke para sus adentros, con un sentimiento de duda que le causaba un vacío dentro, debía ser la droga, sí eso era. O al menos eso creyó Sasuke.
—¿Estás mejor?—preguntó Naruto.
—Sí, creo que sí. Aunque la fiebre no ha bajado—respondió Sasuke cubriéndose con la cobija.
—Hmmm...—expresó pensativo el ojiazul—¡lo tengo! Un baño te hará sentir mejor. Déjame llenar la bañera.
Sasuke no supo muy bien qué contestar, Naruto estaba en lo cierto pero no tenía fuerzas para hacer nada sólo, su amigo tendría que ayudarlo con todo y eso lo puso muy inquieto.
Naruto mientras tanto, dejaba correr el agua caliente en la bañera, acomodó un poco las cosas en el baño ya que estaba algo desordenado. Una vez la bañera estuvo llena, cerró la manija del grifo y se dirigió a la habitación donde estaba Sasuke.
—Ven, levántate—colocó un brazo bajo su espalda y con su mano libre le sostuvo la mano izquiera a Sasuke.
Sasuke no se negó y observó al rubio fijamente, Naruto volteó a mirarlo y sus ojos se cruzaron haciendo que Sasuke no pudiera contenerlo más. Empezó a llorar desconsoladamente, tumbandose de rodillas al suelo, lo que hizo que Naruto cayera también. Naruto simplemente lo sostuvo y lo acercó hacia su pecho, dándole un abrazo cálido.
—Hey... no te preocupes, estoy aquí—susurró Naruto mientras acariciaba ese cabello negro.
Sasuke levantó su mirada, con el rostro enrojecido de tanto llorar y las lágrimas cayendo de sus ojos, tenía una expresión de alivio.
—Gracias, Naruto—susurró Sasuke con una pequeña pero linda sonrisa.
Naruto volvió a abrazarlo. —Estoy aquí, a tu lado. No me iré nunca—afirmó Naruto sosteniendo el rostro de Sasuke en sus manos para luego limpiar sus lágrimas con sus pulgares.
—Ven, el agua va a enfriarse—dijo Naruto ayudando a Sasuke a ponerse de pie.
Los dos jóvenes entraron al baño, Sasuke moría de vergüenza, Naruto tendría que ayudarlo a desvestirse y a bañarse, qué terrible situación. Jamás hubiera imaginado que tal cosa sucedería.
—Siéntate aquí, te ayudaré a quitarte la ropa—explicó Naruto.
—Naruto...—dijo Sasuke en voz baja mirando hacia un costando.
—No te preocupes, Sasuke, confía en mí—respondió Naruto sonriendo.
El rubio comenzó a desatar la cuerda lila que Sasuke llevaba en la cintura, le quitó la camisa, los zapatos y los pantalones hasta dejarlo completamente desnudo. Sasuke sólo se quedó quieto, sus mejillas comenzaban a ruborizarse, y para su sorpresa las de Naruto también.
—Ahora sí, te ayudaré a entrar al agua—expresó Naruto—sostente de mis hombros.
Una vez Sasuke estuvo dentro del agua Naruto comenzó a mojar su cabello con ayuda de un vaso de plástico, lavó su melena con shampoo haciendo que Sasuke se relajara por primera vez dentro de mucho tiempo.
—Oye... no es justo—se quejó Sasuke.
—¿De qué hablas?—preguntó Naruto.
—Que yo tenga que estar desnudo enfrente tuyo y tú no—respondió Sasuke.
—Ahm... ¿de qué hablas, Sasuke?—preguntó nuevamente ingenuo.
—Agh... ¿en serio tengo que decirlo en voz alta?—respondió Sasuke.
—¿Es algo muy malo como para que no puedas decirlo?—preguntó Naruto confundido.
—¡Que entres al agua conmigo!—exclamó Sasuke enfadado.

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