CAPÍTULO III

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Emprendieron su viaje, ahora sí el equipo 7 estaba reunido de nuevo, Naruto sentía que aquel enorme vacío en su interior por fin había sido llenado, aunque no comprendía muy bien de qué se trataba. Sakura por su lado sintió una gran calma y alivio, además de que durante todo el camino no dejó de imaginarse todos los escenarios en los que podría besar a Sasuke, no podía desviar la mirada del joven Uchiha. El capitán Yamato sentía la satisfacción que todo Anbu experimenta al momento de completar una misión, pero también se preguntaba cómo es que fue tan fácil convencer al chico de volver a la aldea. Sai decía en sus adentros «Así que este es el famoso Sasuke Uchiha, me pregunto qué tendrá que yo no tenga. Tsk, tendré que buscar un libro al respecto». Y por último, Sasuke, que se preguntaba el motivo por el cual había accedido a volver, no entendía porqué le fue tan fácil decirle que sí a Naruto. Todo esto mientras saltaban entre los árboles a máxima velocidad, ya habían pasado todo el día así y empezaba a anochecer.
—¡Alto!—exclamó Yamato—Ya está oscureciendo, acamparemos aquí.
Hizo aparecer una casa espaciosa con su jutsu estilo de madera. Todos observaban sorprendidos excepto Sasuke. Entraron a la casa y escogieron sus habitaciones.
—¡Yo dormiré aquí!—expresó Naruto.
—Como somos cinco y hay sólo tres cuartos tendremos que compartirlos. Sakura, tú duerme en la habitación del fondo, dormirás sola. Sai, tú y yo compartiremos la que está al comienzo del pasillo. Y Naruto, Sasuke y tú compartirán la del medio—explicó el capitán.
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué tengo que compartir con Sasuke?!—se quejó el rubio.
—¿No dijiste que harías cualquier cosa para que yo volviera a la aldea, Naruto? Hasta dormir en la misma cama que otro hombre—se burló Sasuke.
—¡Mmph!—rechistó Naruto—está bien... «¿En serio dije eso? Ugh, que estúpido soy. El tan sólo hecho de pensar en compartir la misma habitación con Sasuke me pone los pelos de punta» se dijo a sí mismo.
—Bueno, ya me voy a dormir. ¡Hasta mañana Sasuke-kun!—dijo la pelirosa con una sonrisa delicada en el rostro, para luego darle un abrazo.
«Por algún motivo me enfurece ver a Sakura abrazando a Sasuke, ¿será que estoy tan enamorado de ella?» pensó Naruto.
Todos se despidieron y fueron a sus respectivas habitaciones. Cuando Sasuke y Naruto llegaron a la suya, se percataron de que sólo tenían la cama de acampar de Naruto ya que Sasuke no traída nada con él —Demonios... —susurró Naruto.
—¿Qué?—dijo Sasuke.
—Sólo tengo una cama, tendrás que dormir en el suelo.
—Qué t... —trató de decir Sasuke, pero no pudo completar su oración. Sasuke se tumbó al suelo sin fuerzas para volver a ponerse de pie.
—¡Sasuke! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás bien?!
—...—Sasuke guardó silencio—es por esa droga.
—¡¿De qué hablas?! ¡¿Qué droga?!—preguntó Naruto preocupado.
Sasuke quedó inconsciente sin poder responder a las preguntas que Naruto le había hecho, temblaba y sudaba, su piel estaba ardiendo en fiebre y su rostro estaba más pálido de lo normal. Naruto acomodó a Sasuke en el suelo y sacó su cama para acampar de la mochila, la extendió en el suelo y se dirigió hacia Sasuke, colocó un brazo en su espalda y el otro bajo sus rodillas y lo llevó hasta la cama, ahí lo acostó y lo cubrió con la cobija. “Sasuke... ¿qué te hizo esa serpiente asquerosa?”, Naruto dejó caer una lágrima, “Ahora estás a salvo, ya nada podrá lastimarte”.
—¿Estás llorando?—susurró Sasuke.
—Eh, no, no ¿de qué hablas? Jaja—se rió Naruto nervioso mientras se limpiaba la cara con el brazo.
—No te preocupes, Naruto. Estaré bien—afirmó Sasuke.
—Bueno, parece que yo dormiré en el piso—respondió Naruto con una mano en la nuca y una sonrisa.
—Si quieres puedes dormir conmigo, digo, hace frío...—dijo Sasuke quedando dormido.
“Vaya, se durmió de nuevo. Debe estar muy cansado, además de los efectos de esa droga que dijo, me pregunto qué le habrán dado en ese horrible lugar...” dijo Naruto para sus adentros, se levantó del suelo y se acostó al lado de Sasuke, la cama era pequeña así que estaban bastante apegados. Naruto se volteó a ver a Sasuke, quedando frente a frente con él, “Creo que empiezo a entender lo que Sakura ve en este chico”.

Pasó la noche y el sol comenzaba a salir, Sakura y Sai fueron los primeros en despertarse. Sai se encargó de despertar a Yamato, mientras que Sakura fue a despertar a los dos jóvenes ninja.
—¡Naruto! ¡Sasuke-kun!—llamó Sakura a la puerta de la habitación. “Nadie contesta, ¿estará todo bien?” pensó la pelirosa, abrió la puerta y se encontró con un par de jóvenes que más que jóvenes parecían niños inocentes, estaban compartiendo la pequeña cama y además abrazados como nunca antes se los había visto.
—Sai, capitán Yamato, vengan—susurró Sakura—¡miren!
Yamato y Sai se acercaron sigilosamente a la puerta para observar a los chicos, los dos miraban intrigados.
—Ah, ¿qué está sucediendo?—dice entre bostezos Naruto—¡¿QUÉ?! ¡Sueltame!—gritó Naruto.
—Agh, ¿por qué tanto alboroto? Sigues siendo el mismo usuratonkachi de siempre—responde Sasuke despertando.
Naruto se levanta haciendo pucheros, alista sus cosas y se dirige a la puerta del cuarto —¿Qué? ¿Qué tanto me ven?—pregunta Naruto molesto.
—Eh... no, ¡nada!—responden Sai, Sakura y Yamato.
Los demás terminan de alistar sus cosas mientras Naruto espera afuera “¿Por qué estaba abrazando a Sasuke?” pensó Naruto sentado en una roca. El siguiente en salir fue Sasuke, se acercó a Naruto y le dio las gracias, Naruto miró hacia arriba en dirección a Sasuke y antes de poder hablar salieron los demás de la casa de madera.
—¡Nos vamos!—exclamó Yamato.
Y así continuaron su viaje de vuelta a la Aldea de la Hoja.






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