White Demon (Libro #1)

25: Verdades

Rin sostenía en brazos a su bebé, mientras su mirada perpleja veía a los gemelos uno junto al otro

Asher estaba igual de impresionado y su mano temblaba

- ¿q-que significa todo esto?- dijo Rin- ¿como es posible que tu...? ¡Yo te vi morir!- gritó

- estoy tan impresionado como tú- dijo Ryuk de brazos cruzados- desperté en las tierras del Sauce

- Rayden, será mejor que expliques todo- dijo Rin y una de las doncellas se llevó al bebé para limpiarlo

- asesiné a Ryuk para tener mi alma de regreso- dijo el pelinegro sereno- todo comenzó cuando tu querido hermano me traicionó junto a nuestro maldito padre por el trono- ríe irónicamente- el maldito sacrificó mi alma para vivir más tiempo, solo que los humanos lo asesinaron- suspira negando con la cabeza- entonces a cambio de tener mi alma de regreso debía asesinar a este idiota

- ¿y como es que estoy aquí?- siseo Ryuk apretando los puños

- ¡ah!eso- dice Rayden

-¿puedo decirlo yo?- salta Ayame de la nada, Rayden asiente y la pelirroja aclara su voz- escucha- se pone a su lado- "Deseo de cumpleaños"

Todos fruncieron el ceño

- cuando la Luna fue a visitar a su majestad después de haberle abandonado durante tanto tiempo, en busca del perdón de su hijo le dijo que pidiera lo que quisiera he aquí tu nueva vida, agradece- sonríe Ayame

Rin suspiró profundamente

- bien, entonces...- dijo Asher- esto fue un horrible plan asqueroso para recuperar tu alma vendida- Rayden asintió

- lo demás como tu padre y tu madre, los muertos y todo eso son daños colaterales- alza los hombros- debía ser creíble

- mi padre...

- intentó abusar de Ryuichiro- dijo Ayame callando al beta- además de que no sabía que era tu padre, en serio era una escoria

- ella...- Ryuk habló y todos lo miraron- ¿Dónde está?

- no llores, pulgoso- dijo Ayame- está allá arriba en un lugar mejor- señala al cielo y Ryuk abre los ojos

- ¡Ayame!- grita Rin- ella está en el santuario de las ninfas de nieve, junto a Sekai como querías- dice Rin- ella se va a quedar allí y por lo último que supimos está muy bien, aunque debía estar aquí para cuando naciera la bebé- Ryuk miró a Rin y ella le sonrió- no te pregunto

- pensé que habías hecho algo enfermo con ella- dijo Ryuk mirando a Rayden y este entornó los ojos

- no soy como tú, no hago cosas estúpidas ni maltrato y traumo a los demás- le responde su hermano, ambos se ven con resentimiento

- si casi casarse con ella es enfermo, entonces si lo hizo- dijo la pelirroja mirando sus manos- aunque ella no parecía no estar de acuerdo

-¡Ayame!- gritó Rin otra vez, Ryuk miró a Rayden y el gemelo malvado alzó los hombros

-otra larga historia- dijo Ayame sonriendo

**************

- hermana Ryuichiro- grita Nana corriendo por todo el lugar

Ryuichiro se detiene con las flores en sus manos y ve a la pequeña niña detenerse frente ella

- ¿quieres venir conmigo a las piscinas de agua caliente?- dijo la pequeña emocionada- te vas a divertir, son buenas para relajar el cuerpo y pasar un tiempo diferente

-¿dónde es?- dijo ella

- es bajando la montaña, a unos cuantos metros de aquí, allí crece unas plantas medicinales que madre quiere y para bañarse es ideal- dijo Nana- ven conmigo

- pero...

- por favooooor- le suplicó- desde que llegaste aquí no has salido ni recibido visitas, ¿No te aburres?

- bien, pero solo vamos por las plantas y volvemos- dijo y Nana aplaudió

Ambas en compañía de otro grupo de ninfas fueron a donde les habían indicado, se tardaron más de lo deseado por Ryuichiro ya que todas decidieron bañarse

Y por un empujón "accidental" Ryuichiro cayó en el agua caliente y tuvo que esperar que su ropa se secara en las piedras calientes para poder volver

Sería un suicidio volver al hielo con la ropa húmeda

- ves que fue delicioso, hermana- dijo Nana con una cesta de flores y plantas en su cabeza- debiste ver tu cara al caer al agua, fue divertido- Nana comienza a reírse

- no me hables con tanta felicidad después de arruinar mi ropa, enana- dijo empujándola- eso fue muy grosero

Nana ríe y corre, Ryuichiro la sigue y las demás ríen viéndolas

- parecen hermanas de verdad- comentó una sonriendo

-un híbrido no puede ser como nosotras- habló otra, Ryuichiro escuchó y se alejó aún mas del grupo

- Ryuichiro- dijo una de las ninfas que había quedado en el lugar- te esperan en el salón Real con madre Sekai

-¿Quién?- frunce el entrecejo- no espero a nadie

- no lo sé, solo me pidieron que te dijera-

-¿Quién vendría a verte?- la chica que antes había hecho el comentario anterior habló burlándose

- cállate, Ryuichiro tiene buenos amigos y quizás sea uno de ellos- Nana la mira- o tal vez el lindo Rey del que hablaste

-¿Rey?-

-¡Así es! Ryuichiro tiene a un grandioso rey atrás de ella-

- Nana deja de decir esas cosas- Ryuichiro intentó calmar a la pequeña ninfa

- no me hagas reír, ¿Quién podría meterse con una cosa como ella? Sus ojos dan miedo y si es una ninfa ¿Por qué su cabello es tan oscuro?-

- porque...-

- ¡Ya basta!- Ryuichiro alzó la voz interviniendo- no sé que problemas tienes conmigo, pero te voy a pedir que pares, estoy aquí porque no tengo a ningún lugar al cual volver pero eso no significa que aguantaré que alguien como tú diga cosas sobre mi- Ryuichiro se fue acercando lentamente haciendo que todas retrocedieran- y si no quieres saber cómo es sentir la ira de un híbrido y las Miles de maneras en las que puedo lastimarte, entonces déjame en paz

Todas vieron en silencio a la chica y retrocedieron

- vámonos de aquí-

Ryuichiro suspira y Nana grita abrazándola

- eres grandiosa, eres la mejor-

- ya basta, debo ir a ver quien me busca- se separan- no te metas en problemas

Ryuichiro le entregó la cesta y limpió sus manos antes de dirigirse al lugar donde le habían llamado

Se aseguró de lucir bien antes de abrir la puerta y entrar al salón, pudo escuchar voces desde afuera pero ninguna se le hizo familiar

- y aquí está mi pequeña- Ryuichiro entró con una sonrisa que se esfumó al ver los rostros de quienes le esperaban

Uno en particular le hizo temblar las piernas y su vista se volvió borrosa por las lágrimas

- Ryuk...- balbuceó