CAPITULO 8

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La luna ya se había ocultado hacía varias horas para darle la oportunidad al sol de hacer presencia, sin embargo la mañana no comenzó siendo soleada, comenzó siendo todo lo contrario. El cielo teñido de un suave grisáceo y las nubes que cubrían por completo al sol, prometían que sería un día lluvioso y apagado. Lo que era muy común en aquel país y mucho más en esa época. Seul tenía la característica de ser un lugar con demasiadas precipitaciones a lo largo del año, pero en invierno eran terribles y eso que todavía no había empezado a nevar, aunque pronto lo haría.

La mañana ya estaba terminando cuando Taehyung, el cual estaba acostado en el sofá de la sala cubierto con una simple sábana, abrió los ojos de a poco, despertándose de un profundo sueño al escuchar sonidos que provenían de la televisión encendida. En un estado de somnolencia se incorporó en el sillón e hizo una mueca de disgusto al advertir que ciertos músculos de la espalda le dolían. Sin duda aquel no fue un buen sitio para dormir, era excelente para echarse a ver películas todo el día, pero para dormir no y él acababa de comprobarlo.

Bostezo y se frotó los ojos para eliminar las lagañas que sus ojos poseían. Parpadeó seguidas veces y recién en ese instante se percató de que Jimin se hallaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, mirando con tranquilidad un programa de dibujos animados. ¿Acaso era Tom  Jerry?

—Buenos días —habló Taehyung con la voz medio ronca. Tenía la boca seca y aseguraba que su aliento olía a asqueroso, necesitaba con urgencia lavarse los dientes.

Jimin se sobresaltó levemente al oírlo ya que no se había dado cuenta de que el mayor se había despertado y, como estaba de espaldas, se volteó para mirarlo.

—Oh, buenos días —contestó el rizado con cierta timidez.

—¿Cómo has dormido, Jimin? —preguntó mientras giraba la cabeza con cuidado haciendo pequeños círculos imaginarios para aliviar un poco el dolor que sentía en el cuello.

Para Taehyung, haber dormido en el sillón sin duda había resultado ser una pésima idea. Pero, ¿qué más podría haber hecho? Dormir con Jimin no era opción, por lo tanto carecía de otra alternativa.

—Bien, aunque me has dejado sólito —respondió el ojiverde con un ligero puchero—, no me gusta dormir sólito en lugares que no conozco.

—Lo siento, pequeño, la próxima no te dejaré solo —dijo para tranquilizarlo y miró la hora en su celular. Abrió los ojos como platos al darse cuenta que ya pasaban de las doce del mediodía— ¿Tienes hambre? ¿Quieres desayunar... o almorzar?

Jimin asintió ante las preguntas del mayor.

—Bien, ¿puedes esperarme un segundo que necesito ir al baño?

Nuevamente el rizado asintió como respuesta y, una vez que Taehyung se puso de pie y abandonó la sala de estar, regresó su vista a la televisión para continuar viendo el episodio de Tom & Jerry que estaban trasmitiendo en aquel momento, el cual a pesar de ser un episodio repetido Jimin lo seguía viendo con el mismo interés que la primera vez. 

A los pocos minutos Taehyung, quien estaba vestido con la misma ropa con la que durmió —prendas viejas que solo utilizaba para estar de entre casa—, volvió y caminó directo a la cocina con la intención de preparar aunque sea el desayuno. Estiró el brazo y abrió una pequeña puerta de madera de la alacena para ver que podía preparar.

—Para desayunar tenemos café y... —abrió la puerta contigua y observó todo el interior, aunque no había mucho—... y café —cerró ambas puertas y se dirigió al refrigerador, al abrirlo notó que ni siquiera había leche.

peligro de extinción  vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora