Mundo de papel| Miraculous fanfiction.

I

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Marinette estaba sentada cerca de su escritorio, papeles esparcidos por todas partes. Es que había una idea en su cabeza, pero no entendía qué era.
Por alguna razón decidió tomar estos papeles y unos lápices, eran de diferentes medidas... Como para dibujo. Marinette no recordaba cómo dibujar.

La chica se sentía frustrada.
Hasta que decidió dejarse llevar por esa emoción latente, igual si salía algo feo lo iba a hacer.
Pero la magia sucedió cuando sus dedos tomaron el lápiz.

Es como si su mano tuviera vida propia, empezó a recrear líneas, con una destreza casi sorprendente.
Y cuando menos lo supo...
Dibujó exactamente lo que ella tenía en la cabeza. Es que se veía exactamente igual y Marinette se sintió tan contenta. Al parecer era una prodigio en arte, qué bueno.

Entonces unos golpecitos en la puerta la apartaron de su ensoñación.

«Adelante» fué lo único que murmuró, para que luego la puerta se abriera tranquilamente.

Y ahí estaba parado él, su compañero de habitación, era un chico rubio muy amigable que le había caído bien a la chica desde el primer día.

«¡Te traje la merienda!» la sonrisa que él le brindó era dulce y hasta contagiosa. No pudo evitar acercarse y agarrar la bandeja con esas delicias.

«Adrien, te dije que no debías molestarte» ella se sonrojó, a veces este chico era otra cosa...

Él sólo le sonrió con sinceridad.

«Lo hice porque me gusta ayudarte Mari, y sé bien que aún estás confundida, soy tu... Amigo y siempre voy a cuidarte» él acercó su mano para acomodarle un mechón de su cabello oscuro.

En ese momento se sintió algo extraño. La chica sintió que se detenía el tiempo y se sentía tan feliz por ese ligero toque. Era raro.

Al parecer quedaron en esa posición por unos segundos, hasta que él se dió cuenta de que podía considerarse "raro" entonces se alejó un poco.

«¿Podemos merendar juntos? Quiero ver lo que dibujaste, si es que quieres, claro.» Adrien murmuró, con una expresión extraña en el rostro.

Lucía entre melancólico y asustado.

Ella no quería verlo triste, así que accedió de inmediato, quizás eso lo haría feliz.

Sólo que no fué así.

A medida que le mostraba más de sus ideas, él se veía más triste, anhelante, casi desesperado. A veces la miraba fijamente, como esperando encontrar algo en sus ojos. Pero ella estaba confundida.

Y se preguntaba ¿Quién era realmente Adrien en su vida?