Hasta ya no respirar

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Hace dos años, 3 meses…
Primavera en su máximo esplendor, el mejor clima, soleado pero no tan intenso el calor, un paisaje maravilloso rodeado de vegetación, y la mujer de tus sueños recargándose en tu pecho, sería muy prosaico, no sentir inspiración en una situación, y eso es lo que creía Ayden, el perfume del cabello de su amada, para él, era mejor que el de la rosa más fina y hermosa, y sus ojos podrían iluminar todo su mundo, de la misma manera en que lo haría el sol, su voz era como una dulce melodía que él no quería dejar de oír, y su sonrisa la más hermosa constelación de todo el cosmos.
Acariciaba su dulce cabellera rubia, como si fuera el más hermoso tesoro y sus labios musitaron muy levemente en su oído.
- Te amo demasiado.

- Yo también te amo mucho Ayden, quien diría que hace 3 meses ibas a pasar de mi casi asesino accidental, a el ladrón más hermoso del mundo.

- Ah caray, ¿ladrón? ¿Porque?

- ¿En serio no te la sabes? Ay tontito t hace falta más barrio- dijo mientas esbozo una ligera sonrisa – es que te robaste mi corazón, y mi alma, aparte de las llaves de mi casa.

- Hey, hey, hey, esas me las diste tú y se te olvido pedírmelas ¿recuerdas?- replico en tono serio, para después reír.

Y es que ella y el eran así, podían hablar de cualquier cosa y sus pláticas no eran monótonas ni aburridas, tenían un toque de cursilería, pero igualmente eran divertidas, los dos eran unos locos enamorados, y cuando uno está enamorado no dimensiona la cantidad de cosas lindas y hasta ridículas que puede decir, pero así como no lo notan, tampoco importa mucho, porque para Ayden al menos, en esos instantes, no existía nadie más que ella, más que sus ojos, más que su sonrisa y más que su aroma, y él se sentía seguro estando en sus brazos, el lugar del que nunca quería salir hasta ya no respirar.
La tarde transcurría, y ellos ahora daban un paseo por aquel bosque, tomados de la mano tal como los enamorados suelen caminar, hablando de este y de aquello, llegaron a una especie de feria, ya que tenía varios juegos mecánicos y puestos con juegos de habilidad, maravillada por aquel escenario ya que según sus palabras: “Nunca había regresado a una feria desde su niñez”, se  dispuso a disfrutar de aquel viaje al lado de su amado.
-Cielo, ¿Puedes conseguirme ese enorme oso de allá, bebé? – Dijo con tono tierno
-¿El blanco?
-No, el rosa grandotote- le dijo señalándolo con el dedo índice. O ¿acaso el campeón de tiro al blanco de la universidad, capitán del equipo de Futbol y fan de Cristiano Ronaldo no puede lograrlo? – lo reto con tono burlón.
Sintiéndose herido en su masculinidad y retado en todos sus logros, se preguntó así mismo que haría el mismísimo CR7, y contesto con tono seguro de sí mismo.
-Hombre faltaba más, ¿Solo quieres uno? Pídeme 10 y te los consigo mi amor.
-Eso quiero ver- retó nuevamente.
-Saca una libreta corazón, y anota la técnica milenaria ancestral hecha por los mismísimos dioses del olimpo ferial de la muerte.
Se dispuso a tirar las 10 botellas necesarias en el juego con las 3 pelotas que le dieron.
1er Intento: logro derribar 3 botellas
2do Intento: Paso muy cerca y solo derribo uno
El nerviosismo se apodera de él y piensa que la labor es titánica, pasa saliva, enfoca el objetivo y…
3er intento: Logra conectar pero solo derriba 3 botellas.
Había fracasado miserablemente en su intento de conseguirle ese tan ansiado peluche a su amada, pero bueno no todo era malo.
-Derribaste 7 botellas puedes tomar el oso blanco- le dijo el dueño del juego de destreza.
-Amor yo sé que no es tan grande pero…
- ¿Bromeas? Es el oso más lindo del mundo, y el más valioso porque lo ganaste tú mi niño, y eso siempre tendrá más valor que cualquier otra cosa para mí- expreso con los ojos llenos de agua debido al esfuerzo que su novio había puesto en ganarle algo.
La noche había llegado y estaban los dos en el coche, a la entrada de la casa de ella, en eso una canción en la radio resonaba, la canción decía en parte….
“Cuando sientas tristeza que no puedas calmar, cuando haya un vacío que no puedas llenar, Te abrazaré, te haré olvidar lo que te hizo sufrir, no vas a caer mientras que estés junto a mí. Si siente frío tu corazón Seré tu abrigo, tu ilusión, hasta ya no respirar Yo te voy a amar”
Al oírla, Ayden no dudo en dedicarle esas hermosas palabras a ella, le prometió que esa sería su canción, la canción que definiría su relación por toda la vida y que las ultimas frases las cumpliría no importa lo que pasara, el lucharía por amarla, hasta ya no respirar…
Hasta ya no respirar….
Esa frase no se había apartado de su cabeza en los últimos minutos ya que la canción, su canción había estado reproduciéndose en su celular.
De camino al lugar donde se realizaría la boda, aun en la limusina, no pudo evitar viajar al pasado al oír esas palabras que marcarían su vida literalmente hablando.

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⏰ Última actualización: Jun 11, 2020 ⏰

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