Mirada amatista

❉ Capítulo 02 ❉

Otra brisa fría movió los delicados pétalos provocando que una danza rosa se elevará en el aire e Irene fue arrancada inmediatamente de sus pensamientos al notar la figura que estaba entrando por la esquina inferior del parque; por lo que frunció el ceño tratando de obtener una mejor vista.

Cuando lo logró, su sonrisa se ensanchó al mirar el tan conocido rostro y tomando su bolso se levantó con rapidez para llegar hacia el otro; sin embargo, sus ojos se detuvieron en un brillo blancuzco a su izquierda, el cual la hizo voltear de repente buscando la fuente. Mas, no vio nada ni nadie en específico.

Simplemente personas pasando con apuro en sus trajes costosos y elegantes hacia sus empleos, junto a los estudiantes que corrían en manadas por llegar a la universidad que quedaba a sólo algunas cuadras de donde se encontraban.

Lo que la hizo recordar que ella también debía ponerse en marcha, si no quería llegar tarde como siempre.

Iba a dejar el asunto como algo que sólo le pareció ver, con el fin de ir y sorprender a su viejo amigo que todavía no la había divisado desde su lugar, hasta que escucho un eco ajeno y foráneo hablando en su cabeza. Al principio la voz fue baja, un tanto cansada, burlona, pero curiosa, tan curiosa.

«¿Quién se sienta en un parque tan temprano?» La cabeza de Irene se tildó hacia un lado y se preguntó si existía algún tipo de reproche en la voz desconocida.

No entro en conciencia hasta segundos después de que la persona que estaba hablando, lo estaba haciendo directamente en sus pensamientos y no estaba en su radio, es más, no había nadie junto a ella, por lo que no sabía de dónde provenía la fuente.

"¿Que carajos?" Se preguntó luego de un momento, pero fue interrumpida por otra oración.

«Supongo que esa es la suerte de las personas que no trabajan. Me gustaría ser uno de esos...» E Irene no pudo evitar arquear una ceja y mostrar su cara ofendida ante esto, debido a que ese no era su caso. Ella trabajaba y estudiaba. Su familia le ayudaba a pagar el buen apartamento en el que vivía, en una acomodada parte de la ciudad, pero eso era caso aparte. Pensó reclamar a nadie en específico, pero la voz volvió a hablar pronto con un tipo de sonrisa en ella. «No, eso es mentira. Siempre tengo que estar haciendo algo, por supuesto que necesito trabajar, me volvería loco de no hacerlo.»

Bastante extrañada consigo misma, con el emisor que le hablaba cada vez más fuerte y con mayor confianza, como si estuviera allí con ella hablando en un día normal de primavera, y con lo que estaba pasando en general; Irene miró alrededor buscando al dueño de esa grave, hipnotizantemente varonil y casi como caramelo voz, pero su pesquisa no tuvo frutos al sólo mirar personas pasar de largo o charlando con otros en las bancas dispuestas por los senderos.

No tenía idea de quién se trataba.

Agitó su cabeza un poco hacia los lados moviendo su cabello ondulado con la acción, sus grandes ojos analizando y buscando sin querer rendirse, hasta que su sangre se sintió como líquido frío bañándola de pies a cabeza, lista para correr con lo siguiente que escuchó:

«Pero, ¿qué estás buscando, ojos bellos?»

La chica castaña se paralizó con un escalofrío, más que todo porque escuchó esas palabras prácticamente en su oído, fuertes y claras, también seductoras, aunque todavía no había nada que le indicara quién era el malhechor.

¿Qué estaba pasando? ¿Otro psyk estaba jugando con ella?

Pese a que sentía su corazón a mil kilómetros por hora, una suave risa del otro ser en su mente vino antes de poder seguir maquinando toda la situación. El sonido grave y reconfortante de alguna manera calmando sus tumultuosos nervios y los frenéticos latidos que podía sentir en sus audios con fuerza, casi acaparando el sonido cotidiano que la rodeaba.