Las mejores historias se escriben de noche, con Santander de fondo y la luna la protagonista, escribiendo en un trozo de papel todo lo que te puedo llegar a querer.
Es el mejor momento para soñar despierto, imaginando tus defectos más perfectos, imaginando tu sonrisa, sonrío, me río, al recordar tu risa, tus pupilas dilatadas, tu respiración entrecortada, eres perfecto.
Podría escribir mil versos, pero me sobrarían todos menos uno al decirte que te quiero.
Las estrellas te envidian al verte, saben que ni ellas podrán llegar tan alto, ni ellas en mil vidas brillarán tanto, ni la botella de ron más cara me hará olvidar tu voz, ni tus mejillas sonrojadas por el frío del querido diciembre.
Querría llegar a la cumbre más alta del mundo, para gritar tu nombre, y que se enterase toda la Tierra de lo mucho que te quiero, y que te querré, pero ahora mismo, solo me queda soñar despierta cada noche y, que fueras tú y no la luna la protagonista por un día, que tu fueses mi foco de versos.