Para los padres no era novedad que sus hijos fueran demaciado revoltosos, con sus 6 y 5 años cumplidos eran unas máquinas de energía.
Todo el día corriendo por la casa o jugando con la pelota en el jardín, no habia día en que los pequeños estuvieran quietos o juiciosos.
Entonces para Gustabo era muy extraño pero a sus hijos quietos pintando en el despacho de su esposo.
Siempre terminaban con pintura en la cara, en sus ropas y en la pared, recuerda claramente como en una pequeña pelea el hermano menor lanzo todo el bote de pintura a la pared de la cocina.
Fue fuertemente castigado por Jack pero eso no evito que pasara otras cuatro veces.
Gustabo los observaba desde la puerta, analizando sus movimientos buscando en ellos algo que le diera la razón de su actuar, pero solo los veía compartir pintura y mostrarse entre ellos sus dibujos.
Ya vastante extrañado llamado a su esposo que justamente pasaba por ahí con el canasto de la ropa sucia en sus manos.
-¿Que pasa?- pregunto ya a su lado.
-Los niños, están demaciado tranquilos, algo pasa- afirmó el menor.
Jack se asomó y como Gustabo le dijo pudo afirmar que estaban demaciado quietos, pero había un detalle, el si sabía que pasaba.
Con un suspiro dejo el canasto de la ropa a un lado de la puerta y entro a su despachó, se acercó hasta donde se encontraban los niños y se arrodilló frente a ellos.
-Hijo- les llamo
-Si papi- hablo el mayor mirándolo
-Como les digo esto- acomodo su reloj varias veces antes de hablar
-Con palabras papá- dijo obvio el menor
-No tendremos una cabras- les dijo con rapidez.
La habitación quedó en silencio hasta que el llanto de Rogelio se escuchó por todo el despacho, el pequeño se paró y fue corriendo hasta las piernas de Gustabo dónde se abrazo mientras lloraba.
Segismundo solo se quedó callado mientras movía las las orejitas de su peluche favorito.
Gustabo cargo al pequeño que llorara en sus piernas, acarició sus espalda y le pregunto por qué lloraba.
-papá gruñón nos dijo que nos compraria una cabra si nos portavamos bien- dijo entre sollozos el pequeño.
-¿Que hiciste que?- Miro juzgando a su esposo.
-Era la única manera de que estuvieran tranquilo- dijo como lo más obvio.
-No puedo creerlo- le miro enojado- ven segis- llamo a su hijo que abraza a su peluche.
El pequeño se acercó a paso lento y cuando llego frente a su padre este lo cargo también.
-Es cierto que no podemos tener una cabra en casa- el llanto de Rogelio se escuchó más suerte- pero papá nos va a llevar al zoológico, ahí seguro que habrá una para que la vean-
-¿Que?-
-Si- lo miro amenazante- por qué papá se equivocó y tiene que arreglarlo- hablo entre dientes.
-Joder bien, vamos a ir- se cruzó de brazos.
Los niños gritaron de emoción y se bajaron de los brazos de su padre para salir corriendo a la habitación que compartían para cambiarse de ropa.
Gustabo miro una última vez a su esposo y se retiró, tenía que ver qué podría preparar para que los niños comieran cuando tuvieran hambre.
-Joder, hoy era el día de lavado- suspiro mientras tomaba de nuevo el canasto y lo llevaba al cuarto de lavado para dejarlo ahí.
La ida al zoológico fue divertida, los pequeños vieron muchos animales, Rogelio estuvo apunto de tocar una girafa si no fuera por qué al final se asusto y empezó a llorar.
Segismundo monto un pony pero siempre a su lado estuvo Jack cuidando que no se fuera a caer cuando se soltaba y alzaba sus brazos en el aire.
Los dos gritaron cuando entraron a la exposición de cocodrilos, los dos padres casi se mueren ahí cuando vieron que segismundo no se encontraba a su lado, después de gritos y carreras lo encontraron viendo a las aves.
Cuando la noche se hacía presente ellos ya iban en el coche en dirección a su hogar, en el transcurso los pequeños se quedaron dormidos, Rogelio tenía en su cabeza un sombre en forma de girafa y segismundo su fiel cabra, no quería reemplazarla.
A los niños ni siquiera les importo no a ver pidió ver una cabra, tanta fue la diversión que se desviaron del tema principal y los padres lo agradecían.
En casa cada uno arropó a un pequeño, Gustabo dejo un beso en la frente de los dos y Jack les canto una canción en voz baja, aunque estuvieran dormidos ellos siempre escuchaban y dormían mejor.
Cuando se aseguraron de que todo estuviera bien salieron del cuarto apagando la luz y solo dejando prendida una lamparita que creaba imágenes de luz de estrellas y planetas.
Cansados se fueron a su habitación y al tocar la cama quedaron profundamente dormidos, ya tendrían de que preocuparse la mañana siguiente cuando no encontraran la mochila dónde llevaron las cosas.
Pero eso era problema del Gustabo y del Jack del futuro.
Carolcons
11/06/2020¿Algo que se les antoje leer? Díganme un shipp y el más votado lo publicaré en un ratito en historias cortas ✌️😔✨
ESTÁS LEYENDO
La dura tarea de ser papá
FanfictionJack conway y Gustabo García habían sido pareja por más de 5 años y después de muchos problemas decidieron casarse, la familia no estaba en sus planes pero por azares del destino terminaron adoptando a dos pequeños hermanos Segismundo y Rogelio. Ser...