Pesadilla

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Eran las dos de la mañana y la casa se encontraba a oscuras, todos los integrantes de la familia se encontraban en un profundo sueño después de un día agotador, todos menos uno.

Segismundo caminaba por toda la planta de arriba con su fiel cabra en brazos, mientras dormía había tenido una pesadilla y ya no podía dormir con el sentimiento de estar solo, así que había despertado a su hermanito que descansaba en su cama.

El pequeño se despertó adormilado y le sonrió a su hermano mayor que se encontraba a su lado, al principio Segismundo intento dormir con su hermanito pero no lo consiguió así que tomó a su cabra y a su hermanito de su manita y salieron su cuarto.

Con pequeños pasitos se dirigieron al cuarto de sus papás, segismundo recordó que su papá gruñón le había dicho que era un niño muy fuerte y valiente entonces el pequeño se había negado a tocar la puerta, el podría superar su miedo solito o bueno con su hermanito.

Se dio la vuelta y pudo ver a su hermano dormido en el suelo con su fiel mantita, Segismundo se dio cuenta que tendría que luchar contra sus miedos solito.

Camino por todo el pasillo varias veces para cansarse y quedarse dormido pero entre más vueltas daba más se asustaba, podía asegurar que esa sombra no estaba ahí antes.

Frustrado y asustado se sentó en medio del pasillo y abrazo a su cabrita mientras se aguantaba las lagrimas, el era un niño fuerte, el podría con todo y podría volver a dormir como su hermanito que babeaba el suelo.

Cuando se estaba logrando calmar escuchó un golpe seco en la planta de abajo, se pasó su mano por su carita para quitarse las lágrimas y poder ver mejor, camino hacia donde se encontraban las escaleras y se asomó un poquito y pudo observar lo que más le daba miedo.

Oscuridad.

Todo está a oscuro y no podía ver nada, podía escuchar pasos y movimiento en lo que su cabeza relaciono que sería la cocina, trago saliva y se puso a pensar si tenía que bajar, ¿y si era un monstruo? O ¿uno de esos señores que sus papás atrapaban cada día?, Sabía que los dos eran peligrosos y su hermanito no estaba seguro, si el monstruo lograba subir con sus garras podría lastimarlo.

Y el no lo iba a permitir, apretando con fuerza su cabrita bajo los escalones poco a poco, en su mente se repetía las palabras de su papá gruñón en su cabeza, el era valiente y podría con todo, ya tenía 8 años, podría con lo que hubiera abajo.

Cuando faltaban dos escalones se quedó quieto, la oscuridad lo envolvía por completo y apenas y lograba ver algo por la luz de las farolas que estaban en la calle, empezo a temblar cuando los sonidos se empezaron a escuchar más cerca suyo pero sin sonar de que se acercara.

Bajo los dos escalones faltantes y empezó a dirigirse hacia el sonido, pero antes se dirigió hacia la sala donde su papá tenía la mala costumbre de dejar su porra, la tomo con sus dos manitas y acomodo a su cabrita en su axila.

Sintiéndose más seguro se dirigió a pasa lento hacia el sonido, se extraño un poco al llegar, ¿Qué haría un monstruo en el cuarto de lavado?, No le dio importancia y con valentía se acercó para abrir la puerta, cuando está de abrió por completo lo vio.

-¿Pa..Papi?- pregunto el pequeño al ver a su papi gruñón ahí.

-Segismundo deberías estar dormido y ¿Qué haces con mi porra?- Jack dejo de doblar la ropa y se acercó a su hijo que parecía que iba a llorar

-No eres un monstruo- hizo un puchero con sus llenos de lágrimas.

-No campeón, no lo soy, aunque la gente dice lo contrario- le quitó la porra de las manos y la dejo a un lado- ¿que pasa bebé?, Te ves asustado- le pregunto preocupado.

-Crei…creí que eras un monstruo que venía a lastimarnos- sollozo un poquito dejando caer sus lágrimas.

-Oh campeón, perdón por asustarte así- lo tomó entre sus brazos y lo cargo.

-¿Qué haces aquí?- pregunto entre el llanto mientras se aferraba al cuello de su papá.

-Recorde que tú papi me había dejando una tarea y creo que sabemos muy bien que Pasaría si no la hubiera hecho ¿Verdad?-

-Si- afirmó el pequeño ya las calmado de que no hubiera un mounstro.

-Ven, vamos a dormir- apago la luz y cerró la puerta.

Mientras subían las escaleras el pequeño le contaba su pesadilla y todo lo que había hecho, Jack escuchaba atento las palabras de su hijo mayor.

Cuando llegaron arriba Jack piso observar a su hijo menor dormir en el suelo sobre su mantita, miro a su hijo mayor y este solo se alzó de brazos, suspiro para luego agacharse y tomar entre su brazo libre a su hijo menor.

Con sus dos hijos en brazos se adentro a la habitación que compartía con su esposo, dejo a segismundo en medio y Rogelio a su lado, luego el se adentro quedando en la esquina, podría apostar que amanecería en el suelo

Segismundo se acostó pegadito al pecho de su papá Gustabo que al sentirlo lo abrazo contra el, se quedó dormido casi al instante de dentro los brazos de su papá rodearle.

-No creas que no se que estabas haciendo abajo- dijo un somnoliento Gustabo.

-Mierda- maldijo el mayor mientras tenía a Rogelio entre sus brazos

Carolcons

26/06/2020

La dura tarea de ser papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora