Pretty Little Liars FanFic Novel.

Prólogo.

"Hace mucho, mucho, mucho tiempo..."

Imagina por un momento que estas en tu último año de secundaria, eres una de las chicas más populares de Santa Fe y tienes el mundo a tus pies. Ahora imagina que a esa edad tu vida es tan perfecta como puede ser y que todos en tu escuela te aman...y una que otra perra envidiosa te odia en secreto, pero aún así te saluda cuando te ve en el pasillo de la prepa y todavía se atreve a decirte "amo como se te ven esos Seven ajustados que llevas hoy" con una sonrisa que muestra unos dientes totalmente blancos. Y piensas "pobre ilusa,ella envidia todo lo que tengo", y a ti no te importa, por que sabes que es verdad. Tu vida es tan perfecta que nada ni nadie puede perturbarla.

Pues bien, así suelen ser las cosas cuando tu mejor amiga es Alexis Bledder, la chica más hermosa y popular de todo Santa Fe. Ella te invita a tomar un Capuccino en Starbucks y tu no puedes decirle que no,por que ella te sacó del anonimato cuando tu eras absolutamente nadie. Ella te volvió, por decirlo de alguna manera, la superestrella que Hollywood estaba esperando.

La nueva y exquisita modelo de Victoria's Secret que todos los chicos babean por tenerla en su habitación y pasar un rato...haciendo...Bueno, tú ya sabes.

- No deberías comer tantas papas fritas, Van-dijo Alexis con un poco de asco en su tono de voz; como solía hacerlo cuando veía a Vanessa comer frituras o comida chatarra que contenía más grasa de la necesaria-. He oído que la grasa tarda en salir de tu cuerpo y mírate-señaló, tocando la panza de Vanessa enfrente de las otras chicas-, ¿así es como pretendes conseguir a alguien para el baile de primavera que la escuela dará el próximo viernes?. Ya casi pareces un mini piggy. Sólo te falta hacer ¡Oig,oing!.

- Yo no veo nada de malo en que Vanessa coma una o dos papas fritas-dijo Angela Marx, la chica de cabello castaño rojizo púrpura-. No es como que ella fuera a aumentar diez kilos.

-Eso lo dices tú, cuyo cuerpo puede procesar todo correctamente y comas lo que comas no tienes tendencia a engordar-la contradijo Alex-. Además, no es que Van se coma una o dos papitas, todas sabemos que ella suele comerse dos o tres bolsas.

-Alexis tiene razón, Angela. Si Vanessa quiere conseguir a alguien con quien ir al baile el próximo viernes, tiene que evitar todo ese tipo de comida que sólo sacia el hambre por un momento, pero que te hace subir de peso y parecer un mini piggy-intervino Danna Sinque, la primera de la clase. La chica que siempre aparecía en el cuadro de honor todo el tiempo y cuyo padre donaba exorbitantes cantidades de dinero a el Instituto Santa Fe.

- Lo siento chicas, no es mi intención que discutamos por algo tan insignificante como esto-habló Vanessa, refiriéndose a la bolsa de frituras que había a un costado de los bolsos de las chicas-. Es sólo que mis papás están discutiendo de nuevo y eso me provoca ansiedad.

- No pasa nada Van, todas pasamos por momentos difíciles y todas nosotras nos apoyamos mutuamente como las mejores amigas que somos-dijo Samantha Thompson, la más tímida de las chicas.

Era un martes por la tarde y todas ellas se habían reunido en la casa de Danna para ver American Idol y hacerse manicura entre sí durante los comerciales. Afuera el cielo era de una increíble tonalidad de naranja con destellos de amarillo y las nubes atravesaban el cielo en busca de refugio, ya que el sol comenzaba a esconderse en el horizonte. Desde hace poco más de tres años, las cinco se habían vuelto mejores amigas y solían hacer pijamadas en la casa de alguna de ellas, una vez a la semana. También solían ir al cine a ver la última película que se suponía era el éxito del verano o de cualquier otra época del año. Y por supuesto, como todas las mejores amigas, se contaban todos sus secretos, entre ellas, sobre el chico que les gustaba a cada una o sobre que maestros les fastidiaban con sus estúpidas clases o cualquier cosa de ese estilo y que sólo las mejores amigas suelen hacer. Pero últimamente, Alexis o Alex, como las chicas solían llamarla, sólo las criticaba y parecía aburrida de hablar con ellas sobre temas de niñas lelas de secundaria; puesto que Alex solía juntarse con chicos mayores de preparatoria ya que ella era parte del equipo de esgrima y, todos en el,eran populares y más interesantes que ellas. O al menos eso era lo que las chicas pensaban.