Capítulo III

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Empecé a sentir cómo si una parte de mi cuerpo que siempre estuvo dormida despertara, sentí calidez y al mismo tiempo frío, subí la mirada para verla recordando pequeños fragmentos de su pasado.

- claro... eres tú, nos escapamos los 6... ¿cómo pude olvidar todo eso?- tomé mi cabeza con cierto dolor al no poder recordar más.- ¿qué me está pasando?

- estas en un proceso de recuperar datos... debido a que tú eres el androide más humanizado te dolerá...- dijo en un tono firme viendo la ventana como si estuviese vigilando a mi abuela.

- Ingrid... no debe saber esto.- a decir verdad sentía preocupación de mi abuela, pensé que incluirla le haría correr peligro.

Me levanté con calma, aún sentía el dolor en la cabeza pero me había acostumbrado un poco, sentí que mi cuerpo estaba en un constante y raro movimiento, no eran mis órganos, definitivamente eran mecanismos, aunque en verdad no sabía cómo controlarlos.

- de a poco tomarás costumbre.- ella sonrió casi como si le diera gracia mi estado.

Suspiré con algo de alivio al sentir que ya no dolía tanto la cabeza, tras ello sonreí y miré a Hope.

- bueno... ahora que lo pienso me gusta más decirte Hope que 31.- dije mientras solté una carcajada.

Ella me miró de reojo con una sonrisa y nuevamente entramos a la casa, vimos a Ingrid dormir por lo cual decidimos hacer lo propio.

- no se tú pero yo...- cubrí mi boca rápidamente soltando un bostezo.- debo descansar.

Sin problemas ella asintió y fue al sofá así acostarse allí, entre mi poca memoria tenía claro que para ella no era vital el descanso, pero como bien dijo, yo era el modelo más humanizado de los TX.

Al acostarme sentí un ligero sentimiento de nostalgia, empecé a recordar cada momento en el pueblo, cómo me hice parte de ellos sin saber lo que era.

- lo siento... pero ahora sé que tengo unas cuentas pendientes...- cerré los ojos lentamente y así dormí tranquilo esa noche.

Temprano una alarma comenzó a sonar, lo más raro era que yo no tenía ninguna pero parecía que en los mecanismos activados sí, había una alarma en mí mente. Desperté ligeramente enfadado aunque tampoco lo tomé a pecho, caminé hasta la cocina e hice mi desayuno, Ingrid estaba dormida y aunque a ella le gustaba despertar temprano para hacer las tareas de la casa preferí dejarla descansar y hacerlos yo mismo.

Al pasar por la sala Hope abrió sus ojos y me miró, estaba ligeramente despeinada por lo que resistí a reír, a pesar de no tener todos mis recuerdos sabía que reír en ese momento traería problemas.

- ¿me ayudas con los quehaceres?- le miré mientras comenzaba a beber mi café.

- claro, hasta que no recuerdes todo prácticamente eres inútil.- dijo en un tono frío mientras se levantaba.

En ese momento sí que sentí un ligero dolor en mi pecho, aunque le conociera a veces dolía su sinceridad.

Comenzamos por lavar la ropa, e igualmente ella con telas sobrantes logró hacerse sus propios atuendos, aunque no combinaran mucho estaban bien, yo por mí parte mientras ella hacia sus prendas empecé a limpiar la casa.

- aún no me has dicho el porque de tu llegada Hope.- dije en el momento que pasaba mi escoba sobre la sala.

- mira cin... Blake, si me escuchas debes estar dispuesto a ir conmigo en búsqueda de los demás.- decía mientras miraba las prendas.

TX-52 ESTOY VIVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora