Se sentían sofocados con tanta ropa de por medio, con las chaquetas tiradas a su alrededor y las camisas entreabiertas. Se devoraban a besos, como si intentaran saciar la sed después de encontrar un oasis en el desierto. Namjoon relamía los labios del rubio atrevido, los mismos que había besado innumerables veces últimamente. Jimin quien había iniciado todo aquello, jamás se espero que el mayor tirara de él con tanta fuerza que incluso lo hizo trastabillar.
Las manos del peligris iban inquietas por todo el cuerpo del menor. Lleno de un rubor descarado, Jimin se dejaba hacer, él también deseaba a quien ahora iba rumbo a hacerlo suyo. Más allá del supuesto plan que tenía con Chanyeol, la presencia de Namjoon se había convertido en una carencia para el rubio. Era ilógico, pero ese hombre despertaba en él, sensaciones que calaban sus huesos. Los mismos que comenzaron a temblar cuando la mano de Namjoon bajó el zipper que escondía su erección.
—Espera...Así no ¡Mmm! No...—Gimió el rubio con vergüenza y sus manos fueron inmovilizadas automáticamente.
Namjoon no se inmutó en responder a las palabras que ya había escuchado un sinfín de veces. Cada vez que tenían un encuentro de esa índole era como si Jimin lo invitara a juegos de roles. Cada privación y palabra de espera que salía de la boca del rubio, incitaban más al mayor para que continuara e incluso intensificara lo que fuera que le estuviera haciendo a su compañero.
—Recuerda...que estás en mi consulta y aquí se hace lo que yo diga—Imperó Namjoon en un tono bajo y ronco para luego lamer la oreja de quien ardía en placer con el rubor calentándole las mejillas.
Jimin se sentía frágil y expuesto como una presa a merced de su cazador. Se suponía que él iría para provocar a Namjoon, no para terminar provocado y sin control. Es por eso que no se debe jugar con armas de doble filo como la tentación. Sin tanto que hablar, el rubio se deshizo de la camisa que tanto le molestaba y así también tiró de la prenda superior del contrario quien paró de jugar con el miembro del menor.
—Quítatelo todo—Demandó el peligris siguiendo su misma orden.
Cuerpos desnudos, Apolo y Narciso saboreándose mutuamente con la mirada para luego romper a besarse nuevamente. El sofá crujió cuando Jimin empujó a su compañero sobre el mismo, pero eso no les importó. Nada era más importante que la sensación que inundaba sus cuerpos en aquel instante lascivo y ardiente. El rubio prosiguió a pararse sobre el sofá, dejando que su falo rozara los labios que se apretaron para tragar en seco.
Namjoon alzó la mirada hacia arriba y sintió la sangre calentarse aún más en su entrepierna. Sin dudarlo un segundo engulló el falo del menor quien comenzó a menearse con movimientos lentos y sensuales. Jimin daba suaves estocadas en la boca del peligris, mientras este ultimo apretaba las nalgas del rubio. En un visto y no visto, Jimin bajó del sofá para darle placer oral a quien ahora tiraba de los dorados cabellos al tiempo que musitaba obscenidades sediento de algo más que penetrar esos labios habilidosos.
Como si hubiera leído el pensamiento de Namjoon, Jimin comenzó a jugar con sus pezones sentándose en horcajadas sobre el regazo de Namjoon. Ambos se percataron en silencio que a pesar de todo lo que estaban haciendo, no se habían mirado a los ojos lo suficiente. Hasta aquel momento en el que el rubio comenzó a frotar su entrada contra el miembro del mayor que mojaba el trasero del rubio lubricándolo con el líquido preseminal.
Jimin mordió sus labios cuando Namjoon lamió y veneró sus pezones. Desquiciado por querer colarse dentro del rubio, el mayor dio una nalgada y abrió más los cachetes del trasero de Jimin quien sin pensarlo dos veces se sentó engullendo con su flor el miembro de Namjoon. Un suave quejido salió de los labios que ahora se refugiaban en los del mayor quien gruñía como una bestia hambrienta.
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Envidioso
FanfictionOrillado por su familia paterna, hijo de la amante de su padre Park Jimin lleva una vida inconforme, a pesar que no carece de nada material. Su interior se incinera cada día mientras recuerda que no tiene lo que realmente anhela, el verdadero amor y...