Un crush posiblemente imposible

Capítulo V

Ashton.

Voy abriendo la puerta de mi nuevo apartamento y siento la mirada de Alanny puesta en mí, volteo a verla y está súper pálida con una expresión de terror plasmada en su cara, me parece extraño y quisiera preguntarle si realmente está bien aunque me dijo que sólo tenía un dolor de estómago. Quisiera ir a ayudarla o ver si tiene otra cosa ya que su palidez es extrema, de por sí su color de piel es pálido pero ahorita su color es enfermizo, pero estoy tan agotado que no le presto la mayor atención y entro sin más. Me quito la chaqueta que tengo puesta y la dejo encima del sofá. «Luego la recojo», me digo a mi mismo.

Cuando llego a la habitación me tumbo en la cama. Aún el apartamento está desordenado y con algunas cajas sin desempacar que están regadas por todo el lugar ya que últimamente he estado ocupado con el trabajo y la universidad, apenas y tengo tiempo de hacer algunas cosas. Habiendo un nuevo proyecto en la empresa y siendo éste mi último año en la universidad han hecho que mi tiempo sea reducido y apenas pueda tener espacio para mí mismo.

No fue la mejor fecha para mudarme pero de igual manera no me arrepiento, desde hace tiempo ya quería tener algo más grande y para mí solo. Anteriormente compartía piso con Damián y Mateo, mis mejores amigos, pero cada uno decidió conseguir algo para si mismo. No es que nos estábamos empezando a llevar mal ni que teníamos mala convivencia ni nada por el estilo, solo que queríamos nuestro propio espacio, algo para nosotros solos. Nuestra amistad sigue igual que siempre, somos muy unidos y es difícil que eso cambie.

Los conocí apenas entré a la universidad, Damián fue al primero que conocí y con el que establecí una amistad más estrecha. Luego llegaron Mateo y Nicolás con los que realmente me llevo muy bien y sé que puedo contar. Somos unos desastres andantes, creo que por eso fue que congeniamos bastante y nos hicimos tan unidos.

Veo la puerta corrediza de cristal que da al balcón, siempre que veo a esa dirección recuerdo a mi vecina tocándose placenteramente afuera, en su balcón. Sé que ella me vio. Sé que sabe que la vi y en ese momento no pensé y  cuando sentí su mirada puesta en mí solo entre sin decir una sola palabra ya que sé que viole su privacidad pero me fue imposible apartar la mirada de su cuerpo siendo tocado por ella misma, literalmente me congelé al verla, no podía apartar la mirada por más que había algo en mi que me decía que me fuera y respetara su espacio e intimidad.

A mí mente llegan imágenes de su cuerpo en esa panti y sostén rojo de encaje que hacían contraste con su piel pálida que parecía de porcelana. Su cuerpo no era muy voluminoso pero eso no le quitaba lo atractivo, era delgada pero tenía lo suyo. Sus pechos pequeños y llamativos resaltaban en ese sostén rojo. Su pecho se movía de arriba hacia abajo de manera acelerada por su respiración entre cortada al infringirse placer a si misma. Fue lo más sexy que pude haber presenciado y aún puedo recordar sus jadeos y los pequeños gemidos que soltaba y sin darme cuenta mi mano está en la erección que se formó al imaginarme a esa chica. Lastimosamente no vi su cara ya que su cabello abundante le hacía cortina y la oscuridad que había no me permitió detallarla ni verle el rostro.

Sigo pensando e imaginándome a mí vecina mientras me masturbo, me la imagino encima de mí soltando gemidos más fuerte rodeándome con sus perfectas piernas. Mi respiración se acelera y mi mano se mueve más rápido, cómo quisiera que fuera ella la que me estuviera haciendo esto, cómo quisiera que fuera su mano y no la mía que tocara mi miembro para proporcionarme placer. Desde esa noche no me la puedo sacar de la cabeza, siempre me viene a la mente esa escena que fue realmente maravillosa de presenciar, a pesar que la vi sin su consentimiento no me arrepiento del todo de haberme quedado. Con su imagen en mis pensamientos me corro de manera ruidosa. Mi respiración sigue acelerada y me limpio con unas toallas que tengo en la mesita de noche.