Un crush posiblemente imposible

Capítulo III

Cuando abro la puerta me consigo a mamá con una gran sonrisa en sus labios. Me trasmite su entusiasmo y nos envolvemos en un gran abrazo, creo que teníamos más de dos semanas sin vernos en persona y es realmente gratificante verla. Al verla me doy cuenta de cuánto la extrañaba y necesitaba de un abrazo de mi madre.

A pesar de vivir en la misma ciudad casi no nos vemos. Ella tiene su trabajo y a un marido opresor que apenas la deja salir sin su consentimiento y yo tengo la universidad y el trabajo que realmente me dejan agotada y con poco tiempo para ir a verla. Mamá y yo siempre hemos sido muy unidas, nuestra relación es muy buena y desde siempre ha sido más que madre una amiga, una persona con la que sé que puedo confiar para lo que sea. De igual manera siempre nos mantenemos en contacto por llamadas aunque no sea lo mismo que vernos en persona, pero de igual manera no perdemos totalmente el contacto.

Me hago a un lado y nos dirigimos al interior del apartamento.

—Aún no me acostumbro a todo el lujo de este lugar  —Dice mirando todo a su alrededor.

— Créeme que yo tampoco —Contesto cerrando la puerta.

Avanzamos a la sala y nos sentamos en el sillón que hay en el medio de esta. Nos miramos fijamente y noto que mamá está súper emocionada y nerviosa, la conozco cómo a nadie. Cuando Gail Restrepo se removía cada un segundo, sus manos no podían estar quietas en su regazo y tenía una sonrisa amplia, emocionada pero a la vez tensa, era porque tenía miedo decir lo que tanto le entusiasmaba.

— ¿Que pasó? —Indago tratando de notar algo en su expresión.

Noto como su sonrisa flaquea un poco pero aún la mantiene y eso hace que mi entrecejo se hunda y entre cierre mis ojos. Aquí hay gato encerrado, su emoción y nerviosismo es por algo extremadamente importante, lo presiento.

—Mami, no sabes disimular así que dime de una buena vez cuál es la gran noticia que me tenías que decir —Trato de que mi tono no suene brusco sino más bien conciliador— ¡Oh vamos, Gail! No me tengas en la espera y sueltalo ya —trato de bromear para bajarle tensión al asunto.

Siento como sus hombros se relajan y su expresión se calma. Suspira.

—La pastelería a tenido mucho éxito así que nos llegaron con una propuesta de ampliarla y abrir otras sucursales —Mis ojos se abren ante la sorpresa y le doy una gran sonrisa, estoy emocionada ¡esa noticia es una  excelente noticia!—. Contratamos a un abogado para acesorarnos de qué todo sea legal y no sea una estafa y esas cosas. Después de varias reuniones, negociaciones y debates llegamos a un acuerdo en dónde serán los nuevos locales. Por ahora solo abriremos tres en lugares concurridos de la ciudad y si vemos que va bien abriremos más pero ésta vez extendiendo a otros estados.

Suelto un grito de la emoción y me tiro a sus brazos ¡Joder! Esa es una noticia maravillosa. Mamá tiene esa pastelería desde hace años, al principio hacia los dulces en la casa y salía a ofrecerlos por encargo pero poco a poco fue creciendo y se abrió un pequeño local en el centro de la ciudad y le ha ido extremadamente bien, que ahora quiera extenderse de esa manera es un gran crecimiento tanto en lo personal como en lo laboral ya que es una gran oportunidad.

—Esa es una excelente noticia mamá, pero no entiendo porque estabas nerviosa por decirme eso. Si es por el hecho de que viajarás mucho y estarás ocupada y apenas nos veremos no te preocupes, existen las videollamadas y no te irás para siempre - la aliento tomando su mano.

Quiero que vea que la apoyo y estoy emocionada por este crecimiento ha tenido y va a tener con su pastelería, algo que empezó de la nada. La empezó cuando se separó de mi padre ya que no podía vivir del aire y tenía a una hija que atender, no quería trabajar en una empresa a tiempo completo sin poder verme ni darme la atención necesaria así que por eso decidió abrirla, para estar desde su casa trabajando y no dejarme de lado a mí. Que ahora haya crecido tanto me llena de orgullo.