Capitulo 6.

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Youngjae.

-Fase uno, completada -comenté, a Jaebeom que estaba costado a mi lado y con su mano en mi cadera.

-¿Cuál sería la fase dos? -pregunto, mientras me acariciaba con sus dedos la piel desnuda de mi espalda y hacía que me estremeciera ante su tacto.

-Tus padres -dije, aguantando un jadeo.

La mano de Jaebeom se tenso en la parte baja de mi espalda, y cuando levante la vista hacía él, fruncía los labios y tenía la mirada hacía el techo.

Sabía que le preocupaba.

-¿Pasa algo? -me atreví a contestar, queriendo que salga de aquel humor. Odiaba cuando se ponía así. Me gustaba verlo animado.

-No lo sé -contesto, por fin-. No lo van a tomar muy bien...

-Oh, vamos, Jaebeom...

-Ya sabes como es mi padre -dijo Jaebeom interrumpiéndome-. Va a ser todo lo posible para hacerme sentir mal.

-Él te quiere y quiere lo mejor para ti.

-Él solo quiere lo que cree mejor para mí, no significa que lo sea -comentó Jaebeom, con una nota amarga en su voz.

Conocía al papá de Jaebeom, era buena persona pero a la vez estricto, aún con él... que ya era mayor y ya no tenía porque hacerle caso a su padre. Pero Jaebeom... él era tan adorable. A veces me preguntaba como nunca se enojaba con su padre.

-Tu padre no es malo.

-Lo sé, sé que no es malo .dijo Jaebeom suspirando-. Sólo quiero que dejara de presionarme. Que me apoye. Le costó años acostumbrarse a esto de que sea idol y aún seguro no lo aprueba al 100%. Tengo casi veintisiete años, Youngjae... ya no soy más un niño perdido que le tienen que decir que hacer.

-Escucha -me senté en la cama y le agarré la mano, entrelazando nuestros dedos-, así como le costó acostumbrarse a que seas idol, le costará lo nuestro... pero lo tendrá que aceptar, porque al fin y al cabo es tu vida y tuve la suerte que elegiste compartirla conmigo. Y además, diga lo que diga... ahora yo soy tu familia. Le guste o no.

Jaebeom se quedo mirando la mano que entrelazaba con la suya, que justo era la que tenía mi anillo de compromiso, se le acerco a la boca y le dio un beso.

-Eres perfecto.

Negué con la cabeza y me volví a acostar a su lado en su pecho. Siempre me calmaba escuchar los latidos de su corazón, era algo extraño pero así éramos, éramos raros...

Pero lo éramos, juntos.

Y no iba a dejar que nadie lo lastime. Ni siquiera su familia.

treacherous [2jae] × libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora