Capitulo 9.

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Jaebeom.

Llegamos a nuestra casa a las doce de la noche.

-Joder, amo viajar pero lo cansado es cuando se vuelve a casa -dijo Youngjae mientras tiraba su mochila en el sofá e iba a acariciar a los gatos.

-Lo sé -dije mientras dejaba nuestras maletas a un lado y cerraba la puerta.

-Igual... ¿la pasaste bien? -dijo Youngjae mientras sonreía porque Coco jugaba con los cordones de sus zapatillas.

-Contigo siempre la paso bien -respondí.

Youngjae alzó su cabeza mientras me regalaba una de sus hermosas sonrisas que me hacía sonreír de igual modo.

Se fue agachando lentamente a mí, mientras se iba sacando la chaqueta que llevaba puesta, dejándolo solo con una playera negra y sus jeans.

-¿Estás cansado? -me preguntó mientras dejaba la chaqueta en el sofá y me miraba.

-Un poco -murmuré mientras con una mano lo agarraba de la cintura y lo acercaba a mí.

-Tendré que divertirte un poco antes de dormir -dijo mientras sonreía y antes de poder contestar algo, me beso.

Puso su mano detrás de mi cuello para seguir presionando sus labios con los míos y yo no pudiera retroceder, pero no lo iba a hacer.

Poco a poco fuimos caminando hacía nuestro cuarto hasta que escuché como Youngjae cerraba la puerta con el pie.

Lo agarré de las caderas y lo acerque más a mi, Youngjae pasó sus manos por mi cabello mientras mordía mi labio inferior. Ya estaba jadeando. lo apretaba con tanta fuerza que parecía desear estar todavía más cerca de él. Y lo deseaba.

El calor que sentía por todo el cuerpo se hizo más intenso y el deseo que sentía por él arrasó cualquier otro pensamiento. Mis jadeos se hicieron más rápidos. Su respiración también se aceleró entre los besos hambrientos que nos dábamos mientras nuestras lenguas se movían ágiles de un lado a otro. Luego bajo una mano por mi trasero. No pude evitar reír contra sus labios.

-Atrevido -logré murmurar.

-Cállate -me dijo él mientras acercaba de nuevo sus labios a los míos y nos caímos en la cama cuando se abalanzo sobre mí.

Lo agarré de la cintura mientras iba sacándole la playera. Se apretó más a mí. Se notaba que ya estaba excitado.

Gemí y le tiré con fuerza del cabello para volver a pegar mis labios a los suyos. De su garganta salió un gruñido sensual que me recorrió todo el cuerpo mientras nuestras bocas se fundían con pasión. Eso avivó más el fuego que nos abrazaba hasta llevarme a un punto de ebullición. Lo necesitaba.

Bajó los labios por mi garganta y paseó la lengua lentamente, me mordí el labio con fuerza para no gemir pero no pude controlarlo y gemí una vez más mientras frotaba el cuerpo contra el suyo en un intento por disminuir de algún modo la ansiedad. Soltó una breve risa mientras me recorría la clavícula con la punta de la lengua. Estaba disfrutando el momento, disfrutaba hacerme sufrir de aquel modo. Le puse las manos en los hombros y lo empujé hacia atrás para mirarle con el entrecejo fruncido. Me miro y alzó una ceja, la comisura del labio de ese lado de la cara también se elevó en un movimiento paralelo. Era increíblemente atractivo más aún con el deseo que le ardía en la mirada.

-¿Jaebeom? -susurró, se inclino para darme un beso en el cuello, justo debajo de la oreja-. ¿Quieres...? -se detuvo para besarme más abajo del cuello. Ladeé la cabeza y cerré los ojos, aturdido, como si todo me diera vueltas. Me dio un último beso electrizante en el punto justo de la clavícula y deslizó la nariz desde mi cuello hasta mi oreja. Al llegar ahí, terminó su preguntas-. ...hacer el amor conmigo?

Creo que me derretí, literalmente.

Lo besé con pasión, volviendo a respirar entre jadeos. Nos quitamos las múltiples capas de ropa que había entre nosotros, rápido pero en silencio. Cuando los dos estuvimos desnudos y el tacto de sus dedos me abrazó la piel, nos tumbamos en nuestro colchón. Su piel caliente contra la mía, en natural comunión, me hizo sentir como si estuviera hecho de satén. Sus labios dejaban un rastro de humedad sobre la piel. Gimió suavemente en mi oído mientras mis dedos recorrían la parte más sensible y privada de él. Me invadió el deseo, mezclado con el amor y los restos de soledad de nuestra separación de hace meses.

Tiré de sus caderas, tomándolo por fin. Me miro fijamente, con la respiración acelerada y los labios entreabiertos.

-Te amo -le dije.

Me sonrió antes de besarme de nuevo y yo perdiera el control, otra vez.

Le acaricie la mejilla con los dedos, mientras lo tomaba, Youngjae agarraba mis brazos y gemía. Dejó caer su cabeza en mi hombro.

Empezamos a movernos juntos, retorciéndonos con mesura, aspirando el aire entre respiraciones cortas. Era todo tan intenso. Luché contra la creciente presión, deseando que él sintiera conmigo. Él me agarró de la mejilla, manteniendo el ritmo lento y contraste.

Presioné un poco más fuerte y perdimos el poco control que nos quedaba.

Salió de encima de mí para situarse a mi lado, en la cama, y me pasó un brazo por la cintura, abrazándome.

-Estrenamos la casa como casados -murmuro riendo

Solamente le sonreí mientras le daba un beso en la mejilla, antes de quedarme dormido con el amor de mi vida al lado.

treacherous [2jae] × libro #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora