「 30 days of smut」 ☼ markhyuck

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Tenía casi cuatro años trabajando en aquella junta de abogados como secretario, no hablaba mucho, realmente con los únicos con los que habla es una compañera de trabajo quien tiene su escritorio frente al suyo y un chico de otro piso que se la vive molestándole.

— Buenos días, Hyuck.

Le saludó Hyeyoon, la chica del escritorio de enfrente.

— Buen día, Hye.

Dejó sus cosas en su escritorio, presionó el botón para que su computador se encendiera, y mientras eso sucedía, caminó hacia la pequeña cafetería que tenían en su piso, se preparó un café con leche y azúcar, luego volviendo a su lugar de trabajo, aún esperando un poco a que se terminara de encender el computador.

— Hola, lindo.

Rodó los ojos al escuchar aquello, levantando la vista para encontrarse al que hace de sus días un completo caos.

— Jeno. — Movió levemente la cabeza, asintiendo.

— Hoy te ves más lindo, Hyuckie.

Frunció un poco sus labios, viendo de reojo como el chico se sentaba en una parte que estaba vacía de su escritorio.

— Buenos días.

Se escuchó de parte del jefe de DongHyuck, Mark Lee. Hyuck sintió su cuerpo tensarse un poco cuando le escuchó hablar.

— B-Buenos días..

Respondió el bajito, viéndole pasar de largo hasta su oficina.

— ¿Qué le miras?

Habló Jeno, tomando por el mentón al chico, quien miró a su jefe caminar de vuelta a ellos, entró en pánico.

— Hyuck, a mi oficina, ahora.

Les miraba fijamente a ambos, llevando su mirada del agarre del pelinegro en el mentón del castaño hasta los ojos del castaño un par de veces.

— T-Tengo que ir..

Se deshizo del agarre en su mentón, caminando rápidamente a la oficina del mayor. Se detuvo frente a la puerta, arregló el traje, sacudiéndolo un poco, después tocó un par de veces la puerta de la oficina.

— Adelante. — Se escuchó desde adentro.

Abrió la puerta con sus manos temblando un poco.

— ¿Necesita.. Necesita algo, señor Lee?

Preguntó el castañito acercándose a su jefe, caminando hasta estar frente el escritorio del hombre.

— Puede sentarse.

Comenzaba a preocuparse, ¿y si lo despedía?, ¿qué haría si sucediera eso?, no, no.

Nuevamente sus manos empezaron a temblar, estaba nervioso y temeroso de ser despedido.

— Su empleo no está en peligro, no se preocupe por eso, Lee.

Aquello le relajó de sobre manera, se sentó en uno de los sillones individuales que estaban frente el escritorio del canadiense. Levantó su mirada hacia su jefe, viéndole de vez en cuando a los ojos, le ponía nervioso verle fijamente.

— Quiero hablar sobre algo de lo que me notificaron hace un par de días... — Volvió a hablar luego de acomodar un par de documentos a un costado de su escritorio. — Algunos empleados me han dicho que ha estado cortejando con Lee Jeno de la sección 2B, y hoy pude confirmarlo.

El alto se levantó de su gran silla, caminando hasta quedar parado frente al menor, apoyando su trasero en su escritorio, cruzando sus brazos mientras veía al castaño.