Tocando

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Me quedé en la biblioteca todo el tiempo que pude. Quiero decir, por dios, Lena estaba buena, pero no creí poder mirarla después de lo que acababa de pasar. Comencé a entrar en pánico cuando el segundo anuncio de cierre sonó a través del sistema de megafonía, hasta que mi teléfono sonó.

Alex: ¿Me prestas tu libro de texto de historia del arte? el mío se lo com...

No fue Len. Traté de fingir que no estaba decepcionada y le envié un mensaje de texto a Alex.

Tú: Sí, no hay problema. A cambio, ¿crees que podrías ayudarme a revisar mis apuntes de biología? mi último examen no fue tan bueno.

Alex: duh, claro, vente al cuarto.

Sonreí. Al menos podía contar con ella. Recogí los libros y mi cosas y comencé a caminar de regreso a los dormitorios. El aire fresco de la noche despejó mi mente y, por primera vez esa tarde, pude recordar algo de lo que había pasado y sonreí en lugar de volverme un tono rojo tomate. Esa mirada en su rostro, la forma en la que escondió su vibrador detrás de su espalda como si tal vez yo no hubiese visto lo que estaba haciendo... Comencé a reír. No pude evitarlo. Lena nunca antes se había visto tan avergonzada y querido señor, me dieron ganas de abrazarla.

Antes de darme cuenta, estaba de pie frente a la puerta de Alex y Sam, la imagen de la expresión de Lena me puso al borde de reírme una vez más. La puerta se abrió y Alex estaba de repente frente a mí.

"Hola", dijo. "¿a qué se debe esa cara y esa sonrisa que traes puesta?" Me encogí de hombros y pasé junto a ella, acercándome a Sam mientras dejaba mi mochila pesadamente.

"Nada. Cosas normales..." Me dieron una mirada extraña, pero escondí mi sonrisa y saqué mi libro de texto. "A lo que venía", dije. "¿Qué sabes sobre las enzimas?"

"Todo", dijo Alex con una sonrisa. "¿Qué quisiste decir exactamente con 'no fue tan bueno' en tu último examen?" Saqué las páginas arrugadas de mi mochila y se sobresaltaron, hojeando el documento incriminatorio. "Bien, bien. Bueno, empecemos por el principio".

Tomó dos horas, pero las cosas tenían más sentido cuando Alex estaba allí para recordarme que debía concentrarme. No dejaba a mi mente vagar como en la biblioteca, no me ponía a pensar en los hombros delgados de Lena, no había tentación de volver a llamarla para poder...

"Kara, ¡Kara!" Regresé a Alex, esa mirada divertida en sus caras de nuevo. "Dios, ¿otra vez soñando despierta?"

"Lo siento", dije. "Realmente lo estoy entendiendo mejor ahora". Hice una mueca viendo la hora y comencé a guardar mis apuntes. "Lamento haberte tenido despierta hasta tan tarde".

"No te preocupes, pero oye", dijo Alex, "¿el libro de texto de historia del arte?"

"¡Oh si!" Mierda, estaba en mi departamento. "Um, creo que... creo que está en mi habitación".

Ella se encogió de hombros. "Genial, vamos a buscarlo".

"Ah, um... espera". Busqué una excusa viable para no volver a mi dormitorio. ¿Enorme fuego? Eso nunca se lo crería, es el mismo edificio. ¿Explosión por experimentos ilegales? Alex solo querría ver todo el alboroto. "Lena puede que... Lena podría estar..."

"Sí, sé que es una criatura horrible de la noche, pero necesito ese libro. ¡Vamos!" Me arrastró fuera de la habitación y por el largo pasillo.

"Espera", le dije. "Déjame enviarle un mensaje de texto ..."

"¿Por qué?" Preguntó Alex, completamente desconcertada. "¿Que es lo peor que puede pasar?" Continuó tirando de mí por el pasillo mientras buscaba mi teléfono. Demasiado tarde, ya estábamos frente a la puerta. Observé la madera y recordé lo que había al otro lado la última vez que la abrí, Alex me miró levantando las cejas.

Quizás podamos aprender a compartirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora