1.- SOLA

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Estaba en medio de la nada caminando por la cerretera desolada en la madrugada. Sus pies se encontraban descalzos por lo que no tardarían en hacerce daño al pisar el frío concreto, su respiración era pausada con la vista clavada en el piso.
Un sonido más adelante de su posición hizo que elevara la mirada encontrándose con un enorme ciervo negro golpeando sus pezuñas delanteras. Su miedo se hizo más grande al percatarse que dicho animal llevaba cargando el cuerpo de una chica con los cuernos atravesando su torso.
Comenzó a sudar frío al notar como se aproximaba hacia ella, derramando chorros de sangre por su camino. Intentó correr pero sus pies no se movían por más que lo intentara. Gritó cerrando ambos ojos con fuerza, pidiendo ayuda totalmente desesperada y aterrorizada, sintiendo un inmenso dolor en su garganta. Abrió rápidamente sus ojos enfocando al animal lo bastante cerca como para sentir el vapor de su respiración golpeando su cara, producto del insoportable frío de la noche.

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Despertó de un salto empapada de sudor y como en su sueño, gritando. Se sintió agotada puesto que su falta de sueño se debía a las horribles pesadillas que la atormentaban y para su mala suerte, las tenía desde pequeña. Y no era la primera que experimentaba en esa semana, incluso eran dos veces por noche. Algunos de sus sueños eran provocados por cosas grotescas que veía y leía en una página web sobre asesinatos horribles. En este caso, El alcaudon de Minnesota. Quién como en su pesadilla, clavó a su víctima en los cuernos de una cabeza de ciervo.
Con notable cansancio, sacó su cuerpo de la cama para sentarse en el piso abrazando sus rodillas contra su pecho.
Necesitaba ayuda pero, ¿qué pensarían de ella cuando la vieran entrando a la oficina de un psiquiatra? Probablemente que tenía unos cuantos tornillos sueltos.
Sollozando, escondió su rostro entre sus rodillas y su pecho.

-¿Qué debo hacer?.... -susurró para ella e instantáneamente, sus mejillas se inundaron de lágrimas.- Sólo quiero ser normal..

Al levantar su rostro, con ambas manos limpió sus lágrimas dándose cuenta de la hora al voltear hacia el pequeño reloj sobre su mesita de noche justo al lado de su cama. Eran las 4:30 am.

-Diablos, ya casi debo de prepararme. -Murmuró con cansancio y seguido de eso, se puso de pie sentándose ahora en la orilla de su cama.- ¿Debería ir?...-Se cuestionó a si misma restregando ambas manos sobre su cara.-

Después de unos largos minutos, por fin decidió levantarse e ir directamente al baño para tomar una ducha, no dejaría que eso le afectara académicamente y menos en el último grado, ya que se había esforzado durante todos los semestres anteriores.
Al despojarse de su pijama que consistía en un pequeño short holgado y una blusa de tirantes, abrió la llave esperando a que saliera un poco de agua caliente o por lo menos tibia. Se quitó la ropa interior y entró en la lluvia artificial. Sintió escalofríos cuando el agua tocó su piel ya que no estaba tan tibia para su gusto. Comenzó a lavarse.
Terminando, cerró la llave y con una toalla secó y envolvió su cuerpo. Salió de la regadera topandose con el espejo en la pared. Con su mano, limpió el mismo para verse el rostro y notar sus grandes ojeras producto de su mala noche.
Ignorando ese detalle, caminó fuera del baño y comenzó a buscar que ponerse entre su desordenada ropa en el armario.
Optó por unos jeans negros y una camisa de botones algo larga de color blanco. ¿Sus zapatos? Los mismos de siempre, unos Converse negros.
Mientras peinaba su cabello todavía algo mojado, metía sus libros y todo lo necesario para un día de clases a su mochila.

-¡Demonios!, voy a llegar tarde a la primera clase. -Exclamó al ver la hora, faltaban 10 minutos para que su clase comenzara.-

Tomó su mochila y salió de su departamento con rapidez, cerrando la puerta principal con llave. Tuvo bastante suerte de no caerse por las escaleras al bajarlas corriendo y también por que su escuela quedaba justo a tres cuadras de su edificio.
Estaba prácticamente corriendo por las calles de Baltimore, agradeció que no hubieran tantas personas en las calles por ser algo temprano.
Corrió más rápido al ver el edificio de su preparatoria enfrente de ella, sólo quedaba cruzar la calle.

My darling ~Hannibal LecterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora