Todo pasa por una razón, no podía asegurar nada, tal vez, aquel hombre había llegado a salvarla de su tormento pero como todo en la vida puede cambiar de un momento a otro, y ese era su miedo. Quería que él fuera quien lograra liberarla.
A la mañana siguiente, despertó por el escandaloso sonido de su despertador, y como las noches anteriores, las horribles pesadillas atormentaban sus horas de sueño dejándola agotada. Como siempre. Antes de ir a la escuela se dio una ducha rápida, al salir, se vistió con unos jeans rasgados, una camiseta floja y unos converse, ya que iba con más de diez minutos de anticipo, salió tranquila de casa con una manzana en la mano, para comenzar a caminar por las frías calles de su ciudad mientras comía dicha fruta.
A lo lejos escuchaba cada vez más voces y la calle se iba saturando de carros, dando a entender que ya estaba cerca. Después de cruzar la calle entró por la puerta principal, uniéndose en el mar de gente que se encontraba por los pasillos teniendo cuidado de no pisar a nadie.
-Disculpa.. -Detuvo su andar al escuchar la voz desconocida que la hizo voltear enseguida.
Él causante, un hombre alto de cabellos rizados que caían desordenados sobre su frente, ojos de un hermoso color celeste, labios medianamente grandes. Otro hombre apuesto se había atravesado en su camino y no le molestaba en lo absoluto.
-Necesito hablar contigo. -Volvió a hablar, se le notaba incómodo puesto que no hacía contacto visual. Su tono de voz era calmado pero aún asi Bella podia notar un toque de desesperación en el, lo cual la ponia en el mismo estado.
-Lo siento, pero ahora no puedo, tengo que ir a clase. -Ahora ella estaba incómoda, no lo conocía y por obvias razones no hablaría con él.- Y..., no te conozco. -Finalizó abruptamente mientras se daba la vuelta pero antes de que pudiera reaccionar, la tomó del brazo con cuidado de no hacer mucho escándalo, haciendo que lo siguiera, empujando a algunas personas a su paso. Objetivo que no logró del todo bien.
La había arrastrado a una de las aulas que por suerte se encontraba vacía, apenas podía ver dentro de la habitación gracias a la tenue luz que entraba por las ventanas. Sólo podía diferenciar la silueta de aquel sujeto bastante cerca de ella, mantenía su brazo con fuerza contra la pared y su rostro estaba extremadamente cerca hasta el punto de sentir su respiración golpear levemente su rostro.
Por inercia giró su rostro hacia un lado, intentando evitarlo. Pasaron un par de segundos en los que sintió el agarre aflojarse, y lo aprovechó, empujando con su mano libre el pecho del sujeto, liberandose.
Él hombre chocó contra un pupitre y rápidamente se volvio a incorporar con ambas manos extendidas, intentando tranquilizarla.-¿Qué es lo que te pasa? -Reclamó Bella hasta el punto te casi gritarle, llegaria tarde y ahora no tendría ningún pretexto que pudiera salvarla de ser castigada por su profesor y, ¿qué le diría? ¿Que un extraño y atractivo sujeto la habia secuestrado momentáneamente en un aula para hacerle quién sabe que cosa? No gracias, necesitaba salir de ahí pues él seguía sin decir absolutamente nada.
Al tomar la perilla de la misma, él avanzó con rapidez, colocando su mano sobre la ajena haciendo un poco de presión en ella.
-Soy amigo de hannibal. -Soltó y eso la dejó sin palabras, ahora lo recordaba.- Te vi con él ayer en la tarde en el café.
No sabía como responderle, sus pensamientos eran un caos, ¿por qué quería hablar con ella acerca de Hannibal? Se sentía confundida y abrumada.
-Primero que nada, ¿quién eres? -Le cuestionó quitando su mano que aún seguía tocando la ajena. Le causaba pequeños escalofríos aquello- Segundo, ¿Hannibal? Sé que lo conoces pero, ¿por qué hablar conmigo? -No sabía que respuesta recibiría pero la esperaba con desesperación.
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My darling ~Hannibal Lecter
FanficIsabella Miles, una chica promedio y bastante normal con excepción de algo, sus horribles pesadillas que la atormentan constantemente y la gran mayoría sobre los asesinatos que ocurrían en su ciudad. Desesperada, intenta buscar ayuda y por azares d...