La Tristeza En Mí - *PAUSADA*

Capítulo 3

Nos tomó, aproximadamente, 3 horas en llegar a Londres.
El día estaba cálido, con una suave brisa.
El paisaje es bellísimo. Las hojas de los árboles con sus tonos verdosos; el suelo cubierto por una alfombra de colores.

Todo hace que esta estación sea mi segunda favorita, luego del otoño.

***

- ¿Dónde me llevas? - le pregunto con curiosidad.
- Aún no te lo diré, solo te pido que te pongas esta venda en los ojos - me dice mientras sostiene en sus manos una delicada tela de seda.
- Está bien, pero nada de sorpresas raras Andrew. Tuve suficiente con la primera vez - le digo riéndome en recuerdo de la vez que trató de sorprenderme en nuestro primer aniversario con una cena bajo las estrellas, pero en su lugar quedé cubierta de pintura.
- Eso fue gracioso, debes admitirlo. Aunque para nada fue planeado - dice riéndose.
- Ahora pondré esta venda en tus bellos ojos, sostén mi mano.

***

El ruido del tráfico poco a poco va disminuyendo. El sonido armonioso de las aves cantando se hace escuchar cada vez con mayor intensidad.
Soy consciente de que mis pies ya no están sobre el asfalto, si no que sobre algo más blando. Tierra tal vez, o pasto quizás.
El camino es irregular, en más de una ocasión mis torpes pies me hicieron tropezar, causando la risa descontrolada de Andrew.

- Sólo un par de minutos más cariño, procura no terminar en el suelo - dice tratando de ocultar su risa.
- Que gracioso eres querido, si pudiese ver por dónde camino eso no sería un problema - le digo fingiendo mi molestia.

Ya no estamos caminando, Andrew ha soltado mi mano y no sé dónde estará.
Estoy parada sola, sin ningún ruido a mi alrededor salvo por el sonido del viento y las aves.
- ¿Andrew? - me comienzo a inquietar, no me gusta la soledad.
Nada...
Con rapidez quito la venda de mis ojos y doy vueltas por el lugar buscándolo.

Dios mío, Andrew...

He quedado sin aliento, esto es maravilloso. No puedo creer lo que mis ojos están viendo...