Juntos

26 3 3
                                    

Miras a Jimin dormir junto a ti, mientras él entre sueños sujeta tus manos con fuerza, refugiándose en tu presencia y haciéndote sentir conmovida y triste. No puedes evitar pensar en que quizás hoy es uno de esos días malos, donde, llora hasta que se terminan sus lágrimas o el cansancio lo derrumba.

"Ni siquiera la visita de Taehyung hoy o la presencia de sus flores favoritas en la habitación logra animarlo o sacarlo de la cama" piensas observando el jarrón con tulipanes rojos a un lado de la cama.

Escuchas los gemiditos provenientes del pequeño preguntándote cuándo llegara finalmente el día en el que, él pueda volver a sonreír con la gracia que lo caracteriza. Te nacen las ganas de abrazarlo o moverlo para librarlo de las pesadillas que interrumpen su siesta pero te cuestionas como serias capaz de despertarlo para que viva la angustia que es ahora su vida, así que después de pensarlo unos minutos decides dejarlo dormir el resto de la tarde.

— Ya oscureció — dice Jimin abriendo los ojos de par en par contemplado el anochecer por la ventana.

— Si, dormiste toda la tarde — expresas peinando con tus dedos los pequeños mechones que caen sobre el rostro de Jimin.

— Lamento hacer que pases tu día libre aquí — comenta nostálgico el menor estirándose en la cama como hallando su posición.

— Está bien, no me molesta — sonríes cálidamente sentándote contra el respaldo de la cama.

— Han pasado tres semanas, no puedes estar yéndote tan tarde de aquí...

— ¡De que hablas! Y renunciar a las mejores horas de sueño contigo ¡Nunca! — te acercas a darle un abrazo afectuoso.

— Gracias pero... ¿Cómo volverás a casa? — pregunta con una cara preocupada.

— Jin, vendrá por mí.

— ¿Segura?

— Si, si claro, si no, sabes que yoongi lo obligara — dices bromeando pero él solo te muestra una pequeña sonrisa chueca.

La vibración de tu celular los interrumpe con un mensaje de jin pidiéndote que bajes, te acercas para besar la frente de Jimin con la promesa de volver mañana aunque sea un rato para ver como esta. Él sujeta tu muñeca con fuerza como queriendo que te quedes pero se arrepiente para solo mostrar una sonrisa fingida y decir adiós. Sus padres siempre se encuentran ausentes así que el resto del camino hacia la salida es tan tranquilo como siempre.

— ¿Cómo está hoy? — jin te abre la puerta para que entres al auto.

— Es complicado, el día comenzó tranquilo, repasamos sus asignaciones y el material de estudio para que no se retrasara pero cuando termino el último ejercicio, simplemente rompió en llanto, me pidió que me acostara junto a él y después de un rato se quedó dormido. Jin, me rompe el corazón, quisiera poder hacer más — bajas la mirada triste y él te anima sobando tu hombro queriendo aliviar la tensión.

— Haces lo que puedes, no te preocupes pronto podrá volver a salir de esta casa – la mirada decisiva de jin te calma, en su cara puedes ver la seguridad de alguien que sabe algo importante.

— Espero tengas razón, gracias por tomarte la molestia de llevarme a casa – sonríes y él enciende el auto para salir de ahí.

— Sabes An... Nosotros deberíamos agradecerte, te has quedado a su lado sin falta desde que regresamos de aquel infierno, debe ser difícil para ti con la escuela, las prácticas y todavía enseñarle.

— Aunque apenas nos conozcamos, Jimin es un amigo que me mostro su momento más frágil por lo cual nunca lo abandonare.

— Annie, nunca me canso de pensar en lo increíble que eres. Me siento feliz de haberte conocido.

El PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora