El Principe

Los Hermanos Kim

— Ha pasado más de una semana desde el evento, no puede ser posible que la prensa siga aun hablando sobre el tema - arroja la revista de su mano.

— También tenemos a los accionistas detrás de nosotros por el estúpido acto de mi idiota hijo – expresa con furia.

— Sr. Kim, por favor tranquilícese – dice la voz de la mujer limpiando la platería detrás del escritorio.

— Sra. Amelia, debe aprender a reservar sus comentarios... ¿Sabe? Mi madre era muy cercana a la suya por eso usted continua trabajando aquí. Después de todos estos años sería lamentable que por sus comentarios tuviera que retirarse exclamo el señor Kim mientras levantaba el teléfono para hacer una llamada.

— Hola... - dice una voz masculina por el teléfono.

— Necesito que encuentren a Kim Seokjin y esta vez no quiero que fallen en traerlo de vuelta – ordena el señor Kim a través del teléfono.

La llamada es interrumpida por el sonido puerta del estudio al ser empujada con fuerza para abrirse.

— ¡¿Qué le vas a hacer a mi hermano?! —reclama Jungkook aproximándose con determinación hacia el escritorio de su padre.

— Te devuelvo la llamada.

El señor Kim cuelga el teléfono para fijar su mirada hacia su hijo que ahora se encuentra frente al escritorio con brazos cruzados y una expresión retadora.

— ¿¡No me escuchaste!? ¡Te lo pregunte! ¡¿Qué carajos planeas hacerle ahora a mi hermano?! ¡¿Padre?!

Jungkook levanta la voz sin apartar la mirada del hombre frente a él

— ¡No vuelvas a ponerle un dedo encima! ¿¡Entendiste!?

— Así que eres capaz de sentir preocupación por alguien más... Me sorprendes... ¿Galletita? – el mayor se levanta del asiento al mismo tiempo que camina para acercarse a su hijo.

— Así es como te llaman ¿no? – Menciona el padre de jungkook mientras esboza una sonrisa hipócrita en su rostro — ¿Tus novias? O quiero decir tus juguetes...

— Alguien con tan poca dignidad como tú, no tiene palabra para venir a retarme, hijo mío. Algún día comprenderás que tú y tus hermanos no saben lo que tienen o quieren.

El señor camina lentamente hasta que su rostro se encuentra a unos pocos centímetros de la cara de Jungkook, se observan fijamente por unos minutos hasta que él hace una mueca burlona simulando una sonrisa.

Con la impresión el menor retrocede unos pasos chocando contra una de las sillas, causando que su padre se ría entre dientes para proceder a servirse un trago de whiskey en la mesita al lado del librero.

El sonido de los hielos moviéndose sobre el vaso de cristal, los pasos de su padre regresando tarareando una cancioncita feliz, le hacía hervir la sangre a jungkook de solo observar la escena. "Como se atrevía a ser así, era una terrible persona e incluso un peor padre, como podía el llamarse a sí mismo padre tratando de esa forma a sus hijos" su mano se hizo un puño intentando contener toda su ira, el respiraba agitado haciendo que su cuerpo comenzara a temblar de cólera.

— ¡No vas a volver a tocar a mi hermano! ¡He dicho!

Los puños de Jungkook golpean con fuerza el escritorio haciendo que el vaso de whiskey caiga al piso.

— No te tengo miedo. ¿Entendiste? Hare lo que sea por mi hermano...

El chico retoma su postura para alejarse de la mesa caminando a la salida.