3. El plan

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Los cuatro se reunieron por la mañana del siguiente día dispuestos a empezar con la investigación.

Comenzaron a discutir posibles opciones para encontrar algún sospechoso y la razón del porqué asesinó de tal cruel forma a Carla.

—Okay. Empecemos —dijo Katherine en tono de liderazgo—. Debemos vigilar a las personas con las que Carla hablaba más, alguna de ellas debe tener información al respecto sobre lo qué pasó.
—O que quizá, haya tenido algo que ver —dijo Vanessa pensativa.
—La cuestión es, ¿con quién empezamos? —dijo Leonardo—. ¿Quienes son los principales sospechosos? Carla le hablaba a mucha gente. Además, ¿si no quieren hablar?
—El que nada de debe nada teme —dijo Katherine mirando a los ojos de Leonardo—. ¿Porque debería de callar algo en lo que no tuvo nada que ver? Si habla, es porque quiere ayudar. Aunque sea con poco.
—Ajá... pero y si...
—Ya la oíste Leonardo —dijo Trevor dandole la razón a Katherine—. El primer paso es poner nombres sobre la mesa. De ahí, hay que partir para lograr algún resultado, si no, no obtendremos nada.
—¡Ya! ¡Concéntrense! —gritó Vanessa—. Esto es importante.

Pasaron horas repasando una gran lista de personas que hubieran podido tener algo que ver en el asesinato. Ex-novios, chicas con las que en algún momento tuvieron problemas con Carla, estudiantes celosos de sus buenas calificaciones e incluso, profesores que hubieran llegado a odiarla.

Lograron obtener unos cuantos nombres, pero, al no estar seguros si con eso bastaría para dar con el culpable o si alguno de los nombres de la lista fuera el que lo hizo, solo suspiraron resignadamente.

Katherine al ver esto, sintió desesperación de empezar de una vez por todas con la investigación, intento salir corriendo de la sala donde se encontraban. Trevor la detuvo.

—¿A dónde crees que vas? —dijo Trevor agarrándola del brazo para que no pudiera salir.
—¡Tenemos que empezar ya! —gritó Katherine.
—No tenemos ningún sospechoso Katherine... Solo tenemos suposiciones de quien pudo haber sido, pero no uno con certeza.
—Tiene razón Trevor, Katherine —dijo Vanessa tratando de hacerla entrar en razón—. No te puedes salir así como si nada tratando de hacer esto sola. Estamos aquí porque todos queremos encontrar al culpable y si se puede... cobrar venganza por lo que hizo.
—¡VANESSA! —dijo Trevor haciendo lo posible para no enojarse con ella.

Al escuchar lo que dijo Vanessa, Katherine no pudo evitar pensar que sería una buena opción la idea que acababa de escuchar.

Sin decir nada, se sentó de nuevo en el sillón de la sala dispuesta a formular con seriedad un plan de acción que pudiera servir de verdad.

Cuando vieron que Katherine ya había recobrado la calma, volvieron a formular un plan para dar inicio a la investigación.

Al notar que solo tenían nombres escritos de los posibles sospechosos, decidieron inclinarse por esa primera opción. Interrogar uno por uno hasta lograr obtener alguna pista.

        —Okay, —dijo Katherine tomando de nuevo el liderato después de pensar bien las cosas—. Solo tenemos una opción en este momento. Tenemos que hablar con todas y cada una de las personas que están en esta lista.
        >>Nosotros hemos hablado con todos ellos por lo menos alguna vez, incluso algunas las conocemos de hace mucho tiempo. Por lo tanto, tenemos más oportunidades de sacarles más información a ellas que sea útil y que nos pueda servir para ir obteniendo más y más pistas. Debemos de tratar de ser lo más discretos posibles en cuanto a las preguntas para no arruinar el plan.
         —¿Y qué pasará si tratan de evitar el tema de algún modo? —dijo Leonardo preocupado—. ¿Que haremos en ese caso?
         —Haremos todo lo posible de una buena manera. Si alguna persona se llegase a poner nervioso o hiciera algún movimiento extraño y no quiere cooperar, recurriremos a métodos más drásticos.
         —¿Cuales son esos métodos?
         —Los métodos de Vanessa —dijo Katherine sonriendo dirigiendo la vista hacia Vanessa.
         —¡OH, GENIAL! —gritó Vanessa entusiasmada—. ¡Cuenta con eso amiga! Será mucho más fácil que hablen así.

Vanessa era de esas chicas que les gustaba obtener lo que querían a toda costa. No le importaba llegar al grado de amenazar a otras personas con tal de obtener lo que ella buscaba.

Esto lo sabía perfectamente Katherine, porque cuando iban a la escuela juntas ella acompañan en ocasiones a Vanessa para hacer alguna de sus artimañas. En esos tiempos, Vanessa no recorría tanto al recurso de la amenaza debido a que su cara linda le ayudaba a convencer a la gente rápidamente. Pero los pocos que se negaban a hacer algo por ella los trataba de una forma muy poco amigable hasta el punto de amenazarlos cuando era un asunto de urgencia para Vanessa.

Sin embargo, Trevor y Leonardo no sabían a lo que se referían ninguna de las dos. Al verlas reírse de una manera muy extraña sospecharon que podría ser algo malo, pero no tenían ni idea de lo que Vanessa iba a ser capaz de hacer.

Cuando Katherine y Vanessa pararon de reír, Trevor volvió a decir algo, tratando de pasar de largo lo que acababa de pasar.

        —Bueno... entonces... si no hablan por las buenas utilizaremos el método de Vanessa. Y, ¿se puede saber cuál es ese método?
       —¡Si! Cla...
        —No, todavía no. —dijo Katherine interrumpiendo rápidamente a Vanessa—. Hasta que lo veamos estrictamente necesario.
        —¡Pero porque no! —Vanessa se enfado—. Que tiene de malo que lo sepan, Al final de cuentas, lo terminarán sabiendo si es necesario.
        —Exacto, solo si es necesario. Bien lo acabas de decir. Así que calladita te ves más bonita. Siéntate y no digas nada.

Trevor y Leonardo sintieron la necesidad de sabe que era a lo que se referían ambas.

Vanessa se trató de contener cuando ambos fueron con ella a tratar de que les contara cuál es el método del que hablaban. Al principio se negó, porque sabía que Katherine podría volver en cualquier momento del baño. Justo cuando iba a decirles, se escucho la voz de Katherine; que ya sospechaba de que podían estar hablando.

       —¿¡Qué hacen!? —dijo enfadada—. Creí haberte dicho que no dijeras nada.
—¡Pero que tiene de malo que les diga! —Vanessa alzo la voz desafiando a Katherine.
—Que les puedes meter ideas en la cabeza antes de tiempo. Recuerda que primero lo intentaremos siendo lo más pacientes posibles. Así que, cállate. Por favor.

Vanessa se sentó de nuevo. Esta vez sentía que la mirada de Katherine estaba cada vez más encima de ella vigilándola. <<No es nada peligroso, solo es intimarlos siendo un poco rudos. Eso es todo>> se dijo a sí misma, mientras esperaba el más mínimo mínimo instante a que Katherine volteara y pudiera hablar de nuevo y contarles a Trevor y Leonardo.

Katherine decidió ir a la cocina por un poco de comida para todos para tranquilizar la tensión que había en la sala.

Fue justo en ese momento, cuando Vanessa se sentó al lado de los dos, y lo más rápidamente posible, con el tono de voz más bajo que pudo para que Katherine no la escuchara, les contó.

—Okay. Miren. Si todo eso de hacer las cosas por la paz no funciona, vamos a tener que recurrir a amenazarlos o torturarlos, o algo parecido.
—¡ESTAS LOCA VERDAD! ¡COMO SE TE PUEDE OCURRIR ESO!

El grito de ambos fue tan fuerte que Katherine alcanzó a escucharlo desde la cocina. Vanessa sabía perfectamente que su necedad de no poder mantener la boca cerrada cuando debía había hecho enojar a a Katherine.

Sus supersticiones no fueron falsas. Al escuchar el grito, Katherine dejo caer los platos de comida de lo enfurecida que estaba. Corrió hacia la sala de nuevo y sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre Vanessa haciéndola caer en el sillón.

Estuvo en el sillón por unos cuantos segundos, tratando de controlar sus impulsos de ponerse a pelear con Katherine.

Más que nada, por la razón de que estaban ahí para empezar la investigación de la muerte de su amiga, y no por una reunión cualquiera. Pero no pudo controlar sus impulsos y también se abalanzó sobre Katherine empujándola aún más fuerte.

Ambas comenzaron a pelear, jalonearse del cabello y decirse cuanto pudieron, mientras tanto, Trevor y Leonardo las intentaban separar. Así durante buen rato pero sin lograr nada porque ambas eran orgullosas a más no poder.

      —¡YA CÁLMATE!

Inmediatamente, después de que Katherine le dijera eso a Vanessa le dio una cachetada tan fuerte que la hizo caer al suelo y golpearse en la cabeza.

LA HUELLA DEL ASESINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora