III- Omelette

606 62 23
                                    

Debido al desastre ocasionado en la cocina y el hecho de que la señora Gorgon le prohibió la entrada a su casa tuvieron que ponerse de acuerdo y convencer al padre de Heath.

Luego de que el señor Burns amablemente les diera el permiso para cocinar en su casa e imaginando el desastre futuro se fue a su trabajo despidiéndose de su hijo esperando que al volver por lo menos el resto de la casa se mantuviese en pie.

La cocina era impecable -por ahora- no pareciera ser usada, y eso se debía a que los dos hombres de la casa no sabían cocinar.

El señor Burns estaban tan ocupado trabajando que no tenía tiempo de hacer las labores domésticas.

Nunca había sido indispensable saber cocinar, cuando su padre no estaba le dejaba unas barras de cereales para que comiera si tenía hambre y si no cualquier vecino estaba encantado de cuidarlo.

Una vez su padre se fue corrió a buscar la escoba para dar una rápida limpieza, o para que al menos el piso este algo decente.

Desde pequeño Heath se había interesado por el cuidado del hogar pero el señor Burns pensaba que esas tareas eran únicamente para las mujeres.

Pero basta de recuerdos.

Como dijo un escritor famoso - no recordaba su nombre-

"Concentrate en el ahora y en las cosas buenas que vendrán".

Cuando Deuce llegó se sorprendió del estado intacto de la cocina. Pero no hizo ningún comentario.

-Bueno, ¿Empezamos?-

Luego de colocar todos los ingredientes sobre la mesa, ingredientes que tuvieron que comprar ya que la heladera de los Burns estaba vacía a excepción de algunos restos de comida rapida.

Por favor, ahora Deuce entendía el porque su amigo le gustaba tanto la comida de la cafeterroria, si no se alimentaba mas que de comida basura, como diría su madre.

Primero habia que batir los huevos.
De eso se encargaría Heath. Mientras Deuce se encargaba de enmantecar la sartén.

En cuanto termino giro su cabeza para mirar y controlar que Heath no hiciera desastre. Se encontró con una imagen que grabaría en su memoria.

Heath se encontraba batiendo felizmente, como un niño pequeño que encantado de ayudar a su madre hacía hasta la tarea más sencilla. Podía ver esa tierna sonrisa, mientras sus ojos se movían al ritmo en el que su mano batia. - Que lindo-

Heath dejo de batir y lo miro.
Mierda lo había dicho en voz alta.

-Q_u_e e creo que ya esta listo. Si eso ya listo.

-Ha bien- su mirada decayo por un momento.

-Creo que podemos agregarle un poco de harina y seguir revolviendo, para que salga más esponjoso- La mirada de Heat se volvió a iluminar.

Luego de que estuviera lista agregaron un poco de queso y ,para que no cayera mal, una pizca de orégano. Y al sartén.

Esta vez ambos se encargarían de vigilar la cocción. Bien todo salió a la perfección, probaron los omelette's y sabian exquisitos. Ahora solo faltaba que Heath repitiera el proceso el solo.

Y todo se fue al carajo. Para Heath era imposible recordar los pasos o que ingredientes debía llevar a pesar de ser algo sencillo. Se distraia con cualquier cosa, ya sea con la agujas del reloj o con la mosca que paso volando. O se emocionaba de más, como en el último intento que cansado de esperar a que se cocinara, tuvo la brillante idea de utilizar su fuego para acelerar el proceso, suerte que se acabo el gas y lo único que causo fue que las alarmas de fuego se prendieran y ambos terminarán mojados.

Heath tuvo que prestarle su baño y una muda de ropa, que Deuce a regañadientes acepto, pues era eso o correr el riesgo de coger un resfriado si salía a la calle con la ropa mojada.

Al entrar en el cuarto de Heath se sorprendió, esa era la primera vez que entraba a su habitación las únicas veces que acompaño a Heath solo llegaba hasta la entrada. Las paredes estaban pintadas de blanco, con varios póster de bandas y diferentes películas. Al lado de la ventana se encontraba una comoda con algunas fotografías, todo se encontraba ordenado a excepción de la cama.

Vio que Heath se encontraba un poco incómodo por lo que se apresuro a entrar al baño y cambiarse. Pero una vez estuvo adentro y con la ropa de Heath en mano, no puedo evitar querer olerla, y lo hizo.

Su mente se perdió entre la fragancia que Heath usaba, olía a madera quemada, sentia su cuerpo reaccionando. Pero antes de que pudiese hacer algo recordó en donde se encontraba y algo avergonzado salió una vez pudo calmarse para que su amigo no viese su estado.

Heath prometió devolverle su ropa el día de mañana, una vez estuviese seca.

Pero quien sabe.
Los usos que se le pueden dar a una muda de ropa de otra persona.
Y más si eres un adolescente con las hormonas revueltas que se prenden y apagan cada dos por tres...

Dúo de chefs (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora