Dúo de chefs (YAOI)

IV Beso

Había llegado el Jueves y aún no han conseguido avanzar.

Heath sabía que era culpa suya por ser tan torpe y distraído, eso le hacia sentirse fatal.
No quería que Deuce tuviese esa imagen de él, aunque este ya le hubiese visto en otras facetas más vergonzosas, sabía lo importante que era el tema de la Gastronomía para Deuce.

Quería sorprenderle, demostrarle que podía hacer algo bien. Quería que se sintiera orgulloso, y también queria que lo apapachara con sus grandes brazos -okey lo último estaba de más.

Mientras Heath se repetía que debía esforzarse para impresionar a Deuce este se encontraba caminando distridamente por los pasillos, estaba tan metido en sus pensamientos que ya había chocado con al menos cinco monstruos, incluida Frankie a la cual le habían saltado las chispas y en este momento se encontraba acomodando sus tornillos.

- Disculpa Frankie, ¿Te encuentras bien?

- Si, no te preocupes- le dio una sonrisa tímida- los problemas de amor a veces te quitan la concentración, deberías de resolverlos, de hecho tengo un par de revistas y páginas que puedo...

- No es necesario- le interrumpió antes de que la conversación se pusiera incómoda, al menos para él ya que Frankie parecía disfrutar de hablar de las relaciones entre dos chicos- me tengo que ir.

- Oh, claro no deberías hacer esperar a Heath.

- Que, cómo sabes que... - pero Frankie ya no estaba. A veces le sorprendía la capacidad que las mujeres tenían para enterarse de todo. ¿Acaso eran adivinas? Con esa duda en mente se dirigió al salón de cocina monstruosa, tratando de no chocar con ningún otro alumno.

Cuando consiguió llegar al salón, sin que nadie lo viese, se sentó con toda la paciencia del mundo a esperar que el otro llegase.

Mientras que Deuce se ponía a pensar (de nuevo) en Heath, el nombrado se encontraba en el campo de fútbol. Ni el sabía como llegó al lugar, pero ahí estaba, observando a la nada y pensando en todo. Las cosas entre él y Deuce se habían vuelto extrañas.

Nuevamente sentía que era su culpa. Tal vez Deuce finalmente se canso de aguantar sus payasadas por eso a veces lo evitaba.

Y tampoco ayudaba el que su cuerpo se pusiera extraño con el mínimo roce o con solo sentir el aroma de Deuce sus mejillas se calentaba y su cuerpo temblaba como gelatina. Tal vez sea una gripe, si eso, seguro y estaba enfermo...

A quién quiere engañar, sabía lo que le pasaba, podía parecer tonto pero no lo era, no tanto, sabía que se estaba enamorando y lo peor de su mejor amigo. Ahora que lo piensa no se le estaba olvidando algo, no, seguro no era nada.

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- Okey, puede que me haya olvidado de que quedamos en vernos- recién entrando por la puerta.

- ...

- Pero llegué -

- ...

- Oye viejo, ¿no estas enojado verdad?

- ...

- Oye... viejo... amigo... Deuce...
Estas dormido?

- No, solo me estoy controlando para no matarte.

- Oh vamos, no es para tanto, solo fue un pequeño retraso- llegó dos horas tarde.

- Siéntate. Estaba pensando en que podrías pedirle ayuda a Scarah.

- ¿Qué?

- Debido a que no puedes recordar los pasos ni los ingredientes, sus poderes serían de mucha ayuda.

- De hecho esa fue la primera opción pero cuando se lo pedí me dijo que una vez ayudo a una chica con lo mismo y al final no resulto.

- Entonces creo que lo mejor es que hoy practiques un nuevo platillo que si en todo caso no te sale del todo bien por lo menos darás un buen espectáculo. Es un postre que...

- ... - dejo de escuchar.

No sabía si era el clima o qué pero de repente tenía calor y ... Desde cuando las serpientes le parecían tan llamativas. Siseaban sin parar y aunque no las entendiera le parecían lindas, y debajo de las magníficas criaturas estaba su dueño, con el seño notablemente fruncido.

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Llevaba ya varios minutos hablando y Heath, a pesar de que lo miraba, se notaba que no lo estaba escuchando entretenido en otra cosa.

Cuando Heath finalmente se dio cuenta de su molestia le dijo

- Si no vas a prestar atención me voy. Es mejor que lo dejemos para otro día- de verdad que sus emociones estaban descontraladas y no tenía la cabeza para seguir pensando. Tenía la seguridad de que si seguía un minuto más en la misma habitación que Heath, terminaría haciendo alguna estupidez.

Fué así que por tal vez por un impulso de idiotez (por obra de la autora), el hecho de tener enfrente a Heath mirándolo con aquel brillo característico y con su boca entreabierta; bueno tampoco ayudaba que sus serpientes estuvieran haciendo comentarios nada decentes.

- Perdón por esto- es lo último que dijo-

- Qu...- alto, paren todo, que alguien le diga que esta pasando... esto no era real ¿o sí? no podía ser... que ... acaso Deuce ... lo estaba besando...

Al principio se sintio extraño, su cuerpo no le respondía pero sentir los labios del otro le empezaba gustar, sentía un revoltijo de emociones. Ambos empezaban a disfrutar de aquel inesperado beso.

Pero...

Toda la atmósfera fue cortada cuando escucharon un "click" junto a una pequeña luz, se separaron al instante solo para ver huir a Spectra.

Cuando se recuperaron de shock el primero en actuar fue Heath, que hizo lo que cualquier otro monstruo haría.

Huir...

(Traigan a los bomberos por que Heath esta que hecha fuego)