▬▬▬ 𝗗 𝗘 𝗦 𝗧 𝗜 𝗡 𝗬 | 𝗧𝗿𝗼𝗹𝗹𝗵𝘂𝗻𝘁𝗲𝗿𝘀 [PAUSADA]

O4 | 𝗶𝗻𝗰𝗼𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗲𝗻𝗰𝗲

❛ Molestia ❜
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Ya era un nuevo día, los ánimos de la familia aún seguían un tanto decaídos por los recientes acontecimientos, sin embargo hacían lo posible por mantener una sonrisa.

Atenea y Apolo se habían quedado el resto de la noche analizando aquel collar tan único e hipnotizante, siendo que les parecía algo mítico lo que había hecho de sacar a relucir un precioso brillo azul y haber levantado a la rubia platinada por los aires, al igual que haber mandado a volar al peliblanco. A pesar de todos los intentos que hicieron para hacer que volviera a tener ese brillo, el collar no respondió, por lo que los mellizos se dieron por vencidos y terminaron hablando sobre lo que harían.

Y así, toda la madrugada se la pasaron investigando en internet sobre collares mágicos, incluso buscaron algún tipo de leyenda o cuento para niños que este relacionado, pero no encontraron nada.

La joven le había contado a su hermano absolutamente todo lo que había pasado después de que encontró aquel collar, desde que escucho cuando susurro su nombre hasta lo del accidente. Apolo quedo aún más confundido con el sueño que ella había contado, siendo que no le creía cuando dijo que aquella sombra de su pesadilla le había dejado dos grandes marcas en los hombros, eso hasta que lo vio por si mismo con sus propios ojos, como dos grandes manos estaban marcadas en los hombros y parte de la clavícula de la ojiazul.

Gracias a tanta investigación solo durmieron una hora, por lo que se les había hecho tarde para la escuela ya que no escucharon la alarma.

──No coman tan rápido, se van a atragantar—regaño la madre de los mellizos viendo como estos parecían casi devorar todo el plato y cubiertos.

Apolo trago un poco.

──Ed que de nod hadá tadde —hablo con la boca llena de cereales.

Su gemela hizo una mueca de asco viéndolo, a la vez que tragaba el pedazo de manzana en su boca.

──Primero termina de masticar asqueroso—reclamo en dirección del peliblanco, quien no hizo más que darle un golpe con el pie— ¡Auch!

Diversos golpes se repartieron entre ellos  con miradas llenas de rivalidad y diversión a la vez.

──Ya basta—demando su padre, provocando que ambos dejaran de golpearse— terminen rápido.

──Si papá—dijeron al unisono.

Terminaron de comer y rápidamente se lavaron los dientes, se despidieron de su padre y subieron al auto de su madre.

──¡Jade te prometo que estoy bien!—hablo el peliblanco mientras sostenía el teléfono en su oreja, hablando por llamada con su ex novia.

El auto comenzó a andar y un delicioso aire fresco se hizo presente, acompañado de un leve olor a canela. La mujer castaña alzo su mano y coloco el radio, cambiando de estación hasta que una canción comenzó a sonar, haciéndola mover su cabeza de un lado a otro.